“Good Time: Viviendo al Límite” (Good Time, 2017) es una
película dramática dirigida por los hermanos Josh y Benny Safdie. El primero de
ellos la co-escribió y el segundo la protagonizó junto a Robert Pattinson.
Compitió por la Palma de Oro en la Competencia Oficial del último Festival de
Cannes, donde fue aplaudida de pie durante seis minutos. Llega a las salas argentinas el 14 de diciembre gracias a la distribuidora BF.
Luego del intento fallido de robar un banco, Connie (Robert
Pattinson) logra escapar pero su hermano Nick (Ben Safdie), que tiene una discapacidad
mental, choca con una puerta de vidrio y es esposado. Sabiendo que la cárcel es
uno de los peores lugares en el que Nick puede estar, Connie deberá conseguir
el dinero que le falta para poder sacarlo de allí.
Si hay algo para decir de esta película es que su título es
totalmente irónico: no está hecha para que la pases bien en el cine sino todo
lo contrario. Durante el transcurso de una noche Connie busca ayuda en
diferentes personas, actúa por impulso y como espectador lo vemos hundirse cada
vez más en un agujero que él mismo provocó. Los directores no se ocupan de
darnos detalles sobre la vida de estos dos hermanos pero sí nos dejan en claro
que Connie haría lo que sea para proteger a Nick. La determinación que le da
Robert Pattinson a su personaje es notable y es gracias a esta producción que
el actor logra alejarse de Crepúsculo
(2008), saga que lo convirtió en una estrella hollywoodense. Aquí hace
notar que puede meterse en proyectos independientes arriesgados y salir muy
bien parado ya que en ningún momento al verlo actuar recordamos su faceta de
vampiro enamorado.
Desde el principio la película maneja un ritmo que no da
respiro, con una gran secuencia de robo al banco que mantiene la tensión y nos
introduce para lo que se viene. La violencia tanto verbal como física se palpa
en cada escena por lo que no es una cinta fácil de ver y/o digerir; hay
momentos en particular que impresionan y no dan ganas de seguir viéndola, no
porque sea mala sino por lo fuerte de su temática. La fotografía de Sean Price
Williams junto a la banda sonora de Oneohtrix Point Never logra meternos de
lleno en una faceta pocas veces vista de la ciudad de Nueva York: más realista,
salvaje y oscura.
A medida que avanza la trama algunos hechos llegan a ser
confusos y poco creíbles; la forma en la que el film está grabado, utilizando
cámara en mano con primerísimos planos, consigue poner nervioso al espectador
por la manera brusca de mostrar sus movimientos. La empatía hacia el
protagonista es nula debido a que vive tomando decisiones erróneas o faltando
el respeto hacia los demás, lo que genera que presintamos su destino.
“Good Time: Viviendo al Límite” se convierte en un
largometraje difícil de recomendar ya que no es para todo tipo de público. Si
estás preparado para ver un thriller intenso, fuerte y que se va a quedar con
vos luego de salir de la sala, adelante. Para las personas impresionables,
mejor dejarlo pasar.
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