Van Gogh: En La Puerta de la
Eternidad (At Eternity’s Gate, 2018) es una película biográfica dramática
sobre los últimos años de la vida del pintor Vincent Van Gogh. Coproducida
entre Estados Unidos, Francia y Reino Unido, la dirección corre por parte de
Julian Schnabel, que también se ocupó del guión junto a Jean-Claude Carrière y
Louise Kugelberg. Protagonizada por Willem Dafoe (Bajo La Misma Estrella,
Aquaman), el reparto se completa con Oscar Isaac, Rupert Friend, Mads
Mikkelsen, Emmanuelle Seigner, Amira Casar, Mathieu Amalric, entre otros. Tuvo
su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde
Dafoe ganó la Copa Volpi por su interpretación. Además, el actor estuvo
nominado en la categoría de Mejor Actor de los Globos de Oro y los Oscars.
El film nos muestra cómo el
artista holandés conoció y forjó una amistad con Paul Gauguin (Oscar Isaac), la
relación con su generoso hermano Theo (Rupert Friend), su recorrido y estadía
en Arles (pueblo al sur de Francia), el contacto que tuvo con la naturaleza,
sus diversas crisis y su paso por rehabilitación. Por otro lado, también
seremos testigos de cómo Vincent era maltratado por los niños de la comunidad,
a la vez que los adultos lo consideraban una persona peligrosa por su obsesión
hacia el arte, la cual en ese momento no era para nada valorada e incluso
muchos la consideraban burda.
La historia de Van Gogh ya fue
llevada al cine en bastantes ocasiones, siendo esta última la excelente
película Loving Vincent, producción polaca hecha a partir de pinturas al óleo
que también cuenta con actores reales. En esta nueva representación de la vida
del pintor, lo innovador que logra aportar Schnabel consiste en que la mayoría
de escenas están construidas a partir de la visión del protagonista, dándonos
cuenta de esto gracias al recurso del silencio y la decisión de que la mitad
inferior de la pantalla se vea borrosa, aparte de que es el mismo Van Gogh el
que relata lo acontecido cuando la pantalla pasa al negro.
Es gracias a la preciosa
fotografía a cargo de Benoît Delhomme que la película logra escapar del sopor,
en especial porque, a pesar de que Dafoe brinda una contundente actuación, la
película requiere de una paciencia extra por parte del espectador. La belleza
visual está presente no solo en los cuadros, sino también en la búsqueda del
pintor por encontrar el atardecer perfecto, la ubicación ideal para retratar el
paisaje, los verdes pastos, las coloridas flores y las imponentes montañas.
Al ya conocer la mayoría de sucesos
en la vida de Vincent, para muchos la cinta puede tornarse pesada, aburrida y
excedida en su duración. Aunque está bien retratado el hecho de que Van Gogh
fue incomprendido e ignorado por la sociedad, el escaso guión no ayuda a
conectarnos con la trama.
Van Gogh: En La Puerta de la
Eternidad no es una película para cualquiera, sin embargo la labor de su
protagonista y el trabajo de fotografía logran destacarse por sobre lo demás.
Si se quiere conocer mejor la historia de este sufrido artista mejor optar por Loving Vincent.
Puntaje: 6
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