“A La Deriva” (Adrift, 2018) es
un drama romántico dirigido por Baltasar Kormákur (Everest) y escrito por David
Branson Smith, Jordan y Aaron Kandell. La cinta está basada en el libro
autobiográfico “Red Sky in Mourning: A True Story of Love, Loss and Survival at
Sea”, que Tami Ashcraft escribió junto a Susea McGearhart. Protagonizada por
Shailene Woodley (que también es una de las productoras) y Sam Claflin, el
reparto se completa con Grace Palmer, Jeffrey Thomas y Elizabeth Hawthorne.
La historia se centra en la vida
real de Tami Oldham (Shailene Woodley), una joven californiana de espíritu
aventurero que en 1983 llega a la isla de Tahití sin tener un trabajo fijo ni
saber cuánto tiempo se quedará. Allí conoce a Richard Sharp (Sam Claflin), un
marinero inglés de 33 años que hace un tiempo construyó su propio barco. Con el
pasar de los meses los dos se van enamorando y empiezan una relación. Un día,
Richard se topa con Christine (Elizabeth Hawthorne) y Peter (Jeffrey Thomas),
unos viejos amigos que le piden un favor: como ellos deben volverse rápidamente
a Londres, necesitan que alguien navegue su yate por el océano Pacífico hasta
la ciudad de San Diego. Si Richard acepta ayudarlos, recibirá diez mil dólares
y pasajes de ida y vuelta en primera clase. Tami y su novio se embarcan en esta
aventura; no obstante, las cosas comienzan a complicarse debido al huracán
Raymond, que alcanza dimensiones jamás imaginadas.
Las películas románticas buenas
en este último tiempo escasean, ya sea porque no se desarrollan bien los
personajes, porque se usan demasiados clichés o debido a que la emoción que
pretenden transmitir no traspasa la pantalla. Por suerte, “A La Deriva” escapa
a todo eso y sin dudas quedará en la memoria de los fanáticos del género, más
aún porque es un relato real.
La estructura narrativa no es
lineal, es decir que veremos escenas del barco destrozado luego de la tormenta
combinadas con los hechos que ocurrieron cinco meses antes, cuando Tami conoce
a Richard. Aunque al principio esta forma de contar la historia pueda resultar
chocante, mientras pasan los minutos uno se llega a acostumbrar, por lo cual la
edición deja de ser un problema.
Se podría decir que la película
tiene una duración corta (1 hora y 40 minutos), sin embargo al espectador le
deja la sensación de que fue muchísimo más larga. Y esto no tiene que ver con
que el filme sea aburrido o pesado, sino que uno sufre emocionalmente casi de
la misma manera que los protagonistas, por lo que, al involucrarnos tanto, la
travesía también es abrumadora para nosotros.
Con respecto a esto último, el
mérito absoluto lo comparten tanto el director como los protagonistas. Baltasar
Kormákur decidió que más del 90% de la cinta sea filmada en el mar, por lo que
la mayoría de las escenas tienen un realismo impactante. La cámara se mueve
como el océano y en varias ocasiones vemos por debajo del agua, recurso más que
bien utilizado. En cuanto a los actores, la química entre Woodley y Claflin es
innegable. Sus miradas, sonrisas, el apoyo mutuo que se dan y la enternecedora
relación sana que construyeron son solo algunos de los aspectos que consiguen
que la empatía hacia ellos sea suprema.
Párrafo aparte para Shailene, que
luego de verla actuar en Adrift se entiende por qué también quiso ser productora.
La actriz nació para interpretar este papel y es imposible imaginarse a otra
persona en el rol de Tami Oldham ya que las dos mujeres comparten varias
similitudes en cuanto al estilo de vida. Antes del rodaje Woodley, que ya era
amante del agua, perfeccionó sus habilidades náuticas y durante la etapa de
filmación se sometió a una dieta extrema en la cual comía solo 350 calorías por
día, para así reflejar cómo Tami pasó los días en el medio de la nada racionando
las pocas latas de sardinas que le quedaban. Ultra natural en todo momento, es
casi imposible no emocionarse con su interpretación, la cual se alza como una
de las mejores de su carrera.
“A La Deriva” deja un gran
mensaje de fortaleza, vulnerabilidad, supervivencia y, sobre todo, amor. Para
disfrutarla a pleno es recomendable no leer nada sobre la historia real de
Tami. Eso sí, ¡no olvides los pañuelitos!
Puntaje: 9
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