“Doctor Sueño” (Doctor Sleep, 2019) es una película dramática de
terror sobrenatural dirigida, escrita y editada por Mike Flanagan, el cual ya
viene realizando varios filmes de calidad en este género como lo son “Oculus”
(2013), “Hush” (2016) o “El juego de Gerald” (Gerald’s game, 2017), además de
ser el responsable de la intrigante serie de Netflix “The Haunting of Hill
House” (2018). Basada en la novela homónima de Stephen King publicada en 2013, esta
producción funciona como secuela de “El Resplandor” (The Shining, 1980),
película de Stanley Kubrick que adaptaba el best seller de King de 1977.
Protagonizada por Ewan McGregor, el reparto se completa con Kyliegh Curran,
Rebecca Ferguson (El gran showman), Emily Alyn Lind, Cliff Curtis, Zahn
McClarnon, Alex Essoe, Carl Lumbly, Jacob Tremblay (La habitación), Violet
McGraw, Henry Thomas, Bruce Greenwood (Endless love), Carel Struycken, entre
otros.
En 2011, Danny Torrance (Ewan
McGregor) es un alcohólico con problemas de ira debido a los sucesos
traumáticos que vivió de chico en el aislado Hotel Overlook. Escapando de sí
mismo, Danny llega a un pequeño pueblo en donde un buen hombre llamado Billy
Freeman (Cliff Curtis) le consigue hogar, trabajo en un hospital y, por sobre
todo, le brinda ayuda para superar su adicción a la bebida. Pronto, Danny
comenzará a recibir extraños mensajes en la pared de su casa. Éstos provienen
de la mente de Abra Stone (Kyliegh Curran), una joven que también posee la
cualidad de resplandecer, en mayor medida que él. Cuando Abra percibe la
amenaza de un clan de demonios liderado por Rosie La Chistera (Rebecca
Ferguson), a Danny no le quedará otra que intentar protegerla de estos seres
que se alimentan del dolor y la muerte de las personas que tienen el don.
Casi 40 años después de uno de
los mejores filmes de horror de todos los tiempos, nos llega su segunda parte,
centrándose en qué es lo que pasó con Danny Torrance en su adultez. Difícil
tarea tenía Flanagan ya que es sabido que Stephen King no quedó satisfecho con
la película que dirigió Kubrick, que en cambio sí funcionó para los
espectadores y la crítica. De esta manera, el director decidió no dejar de lado
ni a los fanáticos de los libros de King ni a los que admiraron la obra
cinematográfica de 1980. ¿Consiguió su cometido? Sí, pero no por eso el
resultado es del todo satisfactorio.
Y es que al querer homenajear
tanto a su predecesora, esta cinta sale perdiendo. La cantidad de referencias
recalcadas a “El resplandor”, en especial durante el último acto, hacen que el
tributo a Kubrick sea excesivo, añadiendo elementos que quedan muy forzados y
no terminan funcionando. Uno de los mayores errores radica en la recreación de
escenas con personajes de la anterior película, pero esta vez interpretados por
otros actores. No solo es inverosímil, sino que descoloca al espectador. Sin
embargo, cuando el director se esfuerza por añadir guiños sutiles sí se le
agradece, ya que en esas escenas no se subestima la capacidad del público.
Por suerte, esta secuela tiene
más aciertos que errores. Por empezar, “Doctor
sueño” se ocupa de mostrar con más detalle qué son capaces de hacer las
personas que viven con la habilidad de resplandecer. Cada personaje está muy
bien desarrollado y Flanagan se toma su tiempo para que conozcamos a cada uno,
por lo cual ésta no es una película que apela al susto fácil o a los jump
scares: el temor pasa por otro lado, es más atmosférico y genuino porque
verdaderamente nos importa el bienestar tanto de Danny como de Abra.
En cuanto a las actuaciones, Ewan
McGregor fue la opción perfecta para encarnar al Torrance adulto, un hombre
atormentado, melancólico y bastante callado que transmite una sensación de
soledad adondequiera que vaya. Sin embargo, las mejores interpretaciones del
filme son dadas por Kyliegh Curran y Rebecca Ferguson. La nena demuestra que
tiene un prometedor futuro como actriz y Ferguson compone a una villana tan
seductora como amenazante. Además, a pesar de que aparece muy poco en pantalla,
Jacob Tremblay es parte de la mejor escena de horror.
Por otro lado, cuando la película
se enfoca en su propio conflicto alrededor de los demonios es cuando más se
disfruta. Trucos mentales, una forma de alimentarse atemorizante sumado a unos
sonidos insufribles constituyen la identidad propia de un filme que en su
tercer acto se aleja de lo que tan bien había sabido construir. Los
antagonistas funcionan en gran parte por su trasfondo, ya que tienen motivos lógicos
para accionar de esa manera.
Alejada de ser una maravilla, “Doctor sueño” es una digna secuela que
encara tópicos tales como la represión de los miedos y la vida más allá de la
muerte. Con un crecimiento notable del personaje principal entre el comienzo y
el desenlace, la película deja bien en claro que no hay que ocultar nuestro
verdadero ser.
Puntaje: 7
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