“Voice from the Stone” es un thriller supernatural dirigido
por Eric D. Howell y protagonizado por Emilia Clarke, la “madre de los dragones”
en la exitosa serie de HBO “Juego de Tronos”. También actúan Marton Csokas,
Caterina Murino, Remo Girone, Lisa Gastoni y Edward George Dring. Está basada
en la novela del mismo nombre de Silvio Raffo. Tuvo un estreno limitado el 28
de abril (no llegó a Argentina).
Ambientada en la Toscana de 1950, la historia se centra en
Verena, una mujer que se dedica a ayudar niños que hayan pasado por algún tipo
de trauma o problema. Luego de despedirse de una familia, Verena es contratada
para ver a Jakob, un chico que no emite palabra desde la muerte de su madre
Malvina. La casa en donde comenzará a pasar sus días es más bien como un
castillo que al lado aloja cada cadáver de los antepasados de la familia, ahora
incluido el de la mamá de Jakob. El padre del niño esculpe figuras en piedra y
de antemano le avisa a Verena que otras enfermeras trataron de hacer hablar a
su hijo pero nada dio resultado. Jakob pasa mucho tiempo con la oreja pegada a
las paredes de piedra, algo que comienza a perturbar a Verena.
Tenía muchas ganas de ver esta película desde que salió el
trailer: parecía tenebrosa y con una gran dosis de suspenso, el papel de Emilia
Clarke me recordaba a su rol en “Yo Antes De Ti”, en la que también es
contratada para ayudar a alguien. Sin embargo, en la mitad de Voice From The
Stone me terminé aburriendo, sin importarme parar la película, estar con el
celular y reanudarla luego. Creo que esto sucedió porque al comienzo resulta
interesante, vemos al niño presenciando cómo a su madre se le va la vida y cómo
ella le dice sus últimas palabras. Todo lo que rodea siete meses después a ese
castillo genera intriga: la niebla, soledad, el bosque, armarios, el cementerio
del sótano y… las piedras. Pareciera que alguien le está hablando a Jakob pero
su padre no escucha nada. Pasan los minutos y esperamos que suceda algo pero
ese algo no llega: seguimos viendo a Verena hablándole a Jakob y él no
respondiendo, ellos junto al padre del nene cenando en silencio, la abuela de
Jakob peinando a Verena y así se suceden más y más escenas cotidianas, salvo
por la del chico pegando su oreja a las rocas. ¿El espíritu de su madre está
allí o son sólo alucinaciones?
Hay una relación en particular que resulta inverosímil por
ser tan abrupta. La narración en la segunda mitad de la trama se vuelve difusa,
no se comprende qué cosas pasan de verdad o son sólo sueños/pesadillas de los
personajes. Debido a esto su final es raro: no queda claro lo que pasó y cada
uno puede sacar su propia conclusión.
Emilia Clarke, con sus cejas tan expresivas y en partes
hablando en italiano, hace lo que puede para dar vida a este thriller lento,
con un vestuario acorde a la época, música intrigante y un desenlace confuso.
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