“La Cordillera” es una película nacional dramática dirigida
y co-escrita por Santiago Mitre, siendo su tercer largometraje luego de “El
Estudiante” (2011) y “La Patota” (2015). El reparto incluye a Ricardo Darín,
Dolores Fonzi, Érica Rivas, Gerardo Romano, Elena Anaya, Leonardo Franco,
Daniel Giménez Cacho, Paulina García y Christian Slater. Tuvo su estreno
mundial en el Festival de Cannes de 2017 mientras que en Argentina se estrena
el 17 de agosto gracias a la distribuidora Warner Bros.
Hernán Blanco pasó de ser intendente en la provincia de La
Pampa a presidente de los argentinos. Su campaña se basó en utilizar su
apellido como símbolo de la pureza y autenticidad, sin que los medios conozcan
mucho sobre su vida personal ni los ciudadanos sepan qué esperar de su
liderazgo. Junto a su asistente personal Luisa y su jefe de gabinete Castex,
Blanco asiste a la cumbre de presidentes latinoamericanos en Los Andes, Chile. Allí
se deberá enfrentar con varios problemas: desde lo político, los representantes
de México, Brasil y Estados Unidos lo intentan manipular sobre la alianza
petrolífera en la que se basa la cumbre; su yerno quiere sacar a la luz la
manera en la que fue financiada su campaña presidencial y su hija Marina está inestable emocionalmente al punto de que llega a no decir palabra.
Blanco recurre a un especialista para tratar de que Marina vuelva a hablar.
Éste utiliza la hipnosis y la joven cuenta una historia que ocurrió cuando aún
no había nacido. El presidente tendrá que lidiar tanto con su faceta pública a
la hora de decidir a quién seguir como con la situación familiar que puede
llegar a tornarse peligrosa.
Desde sus tráilers el film transmitía una cierta onda de
misterio que daba ganas de querer saber más, aparte del gran elenco que
Santiago Mitre supo reunir. Ser testigos de cómo se maneja un presidente dentro
de la Casa Rosada, quiénes se la pasan dándole consejos y los temas que se
discuten en una reunión con él ya de por sí es curioso y atrapante. Los planos
que se utilizan junto a la fotografía son exquisitos: Los Andes está en todo su
esplendor, con una belleza inmensurable que contrasta con los conflictos
internos de Hernán Blanco.
Y hablando del presidente, Ricardo Darín lo compone de una
forma en la que no llegamos a conocerlo del todo: es un hombre serio, cansado y
con una mirada fija que hace que queramos saber en lo que está pensando. La
película tiene dos temas centrales diferentes entre sí; por un lado cómo se
desarrolla la cumbre, los formalismos, charlas a solas con otros presidentes
latinoamericanos, estrategias; y por otro tenemos la llegada al hotel de la
hija de Blanco. Esta última para mí fue la que genera mayor interés. Dolores
Fonzi hace un trabajo espectacular, su cara refleja lo dañada que está. Desde
que aparece sabemos cuál es su postura hacia el gobierno y cómo es en la actualidad la relación
con su padre. Lo que dice, tanto sea desde su locura o quizás no, logra
hacernos pensar en los problemas de gran magnitud que puede acarrearle al
presidente. El resto de los actores hacen una labor correcta, destacándose
Érica Rivas como la asesora de Blanco.
La película tiene escenas que se pueden tornar largas, con
mucho diálogo que aburre. Es como una montaña rusa: tiene partes muy buenas,
con un misterio muy bien trabajado, y otras en las que querés que se vuelva al
tema anterior. Luego de su visionado quedan más incógnitas que resoluciones, el
final te deja con un mal sabor de boca, protestando por lo abierto que es el
relato. Se entiende que fue deliberado el dejar tantos cabos sueltos pero esto
no llega a funcionar del todo, quizás se necesite verla de nuevo para tratar de
sacar una conclusión.
“La Cordillera” cuenta con grandes actuaciones, una
magnífica dirección de arte y de fotografía. A la hora de verla te recomiendo
que tengas en cuenta que trata sobre el bien y el mal que habita en el ser
humano, por lo que es un film para interpretar que no te va a dar
explícitamente las soluciones que buscás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario