“Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas” (Valerian and the
City of a Thousand Planets, 2017) es una película francesa de ciencia ficción
dirigida y escrita por Luc Besson. Está basada en los icónicos cómics “Valerian
and Laureline”, que fueron escritos por Pierre Christin e ilustrados por Jean-Claude
Mézières. Los protagonistas son Dane DeHaan, que hace poco lo vimos en “La Cura
Siniestra” (A Cure For Wellness), y la modelo Cara Delevingne (Margo en
Ciudades de Papel, Enchantress en Escuadrón Suicida). También actúan Clive Owen, Rihanna, Ethan
Hawke, Herbie Hancock, Sam Spruell, Kris Wu, Alain Chabat y Sasha Luss. Es
el film europeo independiente más caro de la historia, con un presupuesto que
ronda entre los 177 y 210 millones. El jueves 24 de agosto se estrenó en salas
argentinas tanto en 2D y 3D como en formato IMAX gracias a la distribuidora
Diamond Films.
Valerian y Laureline son dos agentes espaciotemporales que
trabajan para el gobierno y deben cumplir variadas misiones. En el siglo XXVIII,
la Estación Espacial Internacional se transformó en Alpha, una grandiosa
metrópolis donde especies de todo el universo convergieron y continúa en pleno
crecimiento. Allí se comparten los diferentes idiomas, conocimientos y culturas,
cada especie se ocupa de algo en particular y tienen distintos hábitats. El
conflicto comienza cuando el jefe de Valerian y Laureline les comunica que la
armonía en la que se desarrolla Alpha puede llegar a destruirse ya que hay una
zona contaminada en donde no se puede respirar y se está expandiendo con
rapidez. Todo parece estar relacionado con los Pearls, unos seres del planeta
Mul que están en busca de un convertidor para replicar las playas paradisíacas
donde vivían. Los agentes se embarcarán en busca de la verdad y descubrirán que
no todo es lo que parece.
Luc Besson desde chico es fanático de los cómics y era su
sueño transformarlos en una película, un sueño que le resultaba imposible en su
momento debido a la gran cantidad de efectos especiales y el vasto mundo que
conformaba Alpha. Con el estreno de Avatar en 2009, Besson se dio cuenta que
“la imaginación es el único límite” y Valerian podía convertirse en un producto
para la gran pantalla. Luego de un trabajo que duró 10 años, el film ya está listo
para ser apreciado por todos y no decepciona. Como espectador uno se mete de
lleno en el universo exótico del director, los colores, montaje y efectos
especiales sorprenden a gran escala. La puesta en escena es excelente y se
valora muchísimo la creatividad que se usó en las distintas misiones de los
agentes.
Es para tener en cuenta y agradecer que la historia sea
sencilla. Es tan simple que resulta muy predecible quién es el malvado o qué
sucedió en el pasado, pero esto no juega en contra. Estamos sumergidos en Alpha
y es un viaje maravilloso. La escena inicial con la canción Space Oddity de
David Bowie resulta una de las mejores y desde ese momento entendemos cómo se
manejan en la ciudad.
En cuanto a los protagonistas, no se entiende cómo en el
título del film obviaron poner a Laureline. Cara Delevingne sorprende en su
faceta de actriz y se destaca por sobre DeHaan teniendo incluso más
protagonismo que él. Compone a una mujer badass que respeta sus ideales y no
teme ir contra su propio trabajo. Con un carácter alocado y perspicaz, dan
ganas de seguir viéndola en nuevas aventuras dentro de este universo. La
química que tiene con DeHaan es lograda y agradable de ver.
Los actores secundarios cumplen sin destacarse demasiado, a
excepción de Rihanna que, aunque actúa pocos minutos, su escena de baile como
un ser “cambiaformas” es todo un deleite.
Hay tantas criaturas distintas que es difícil recordar cada
uno de sus nombres. Sin embargo la más tierna es Melo, un animalito que vive
con los Pearls y es capaz de replicar un montón de perlas llenas de energía si
sólo se le da de comer una. Los Doghan Daguis hacen reír al conformar a unos
traficantes de información valiosa que entre tres funcionan como un único
cerebro, por lo que si uno solo es eliminado, parte de la info es destruida
para siempre.
Una de las escenas finales se siente innecesaria y alargada.
A pesar de ello, Valerian deja una buena moraleja sobre lo que es capaz de
hacer el ser humano para salvarse a sí mismo y cómo puede llegar a destruir la
naturaleza o a otras especies. Quizás la misión primordial para algunos resulte
extensa por los inconvenientes que se van dando en el recorrido (cómo los
protagonistas se tienen que salvar el uno al otro), en mi opinión estas
situaciones extravagantes entretienen gracias al alucinante trabajo visual.
“Valerian y la Ciudad de los Mil Planetas” merece ser vista
en la pantalla más grande de Argentina para entrar en el espectacular universo
que es Alpha, con sus naves, grandes mercados, organización y miles de seres.
Los efectos especiales y la pareja protagónica ya valen la entrada. No la dejen
pasar😎
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