“Atómica” (Atomic Blonde, 2017) es una película de acción y
espionaje basada en la novela gráfica “The Coldest City” (La Ciudad Más Fría)
de Antony Johnston y Sam Hart. Está dirigida por David Leitch, coordinador y
doble de riesgo estadounidense, y escrita por Kurt Johnstad. La protagonista es
Charlize Theron, que también es una de las productoras del film. Completan el
reparto James McAvoy, John Goodman, Sofia Boutella, Eddie Marsan, Toby Jones, Bill
Skarsgård, James Faulkner, Roland Møller y Sam Hargrave. Llega a las salas
argentinas el 7 de septiembre gracias a la distribuidora Universal Pictures.
Ambientada en el año 1989, antes de la caída del Muro y
durante la Guerra Fría, la historia se centra en Lorraine Broughton, una espía
de alto nivel del MI6 que tiene como misión viajar a Berlín, aliarse con David
Percival y hallar una lista que contiene datos fundamentales de agentes de
todos los países. A su vez Lorraine debe encontrar a Satchel, un doble agente
que traicionó al MI6. Tanto en Berlín Este como Oeste se vive un clima tenso,
en donde no se puede confiar en nadie. Así es como Lorraine deberá enfrentarse
a la KGB (policía secreta de la Unión Soviética) y, mientras busca la lista
escondida dentro de un reloj, también conocerá a Delphine Lasalle, una chica
muy especial.
Aunque no fue acreditado, David Leitch hizo su debut como
director con John Wick, esa cinta del 2014 protagonizada por Keanu Reeves que
sorprendió a todos por sus escenas de acción tan bien coreografiadas. Teniendo
en cuenta esto no se podía dudar que en Atómica elevara lo que mejor sabe hacer
a la máxima potencia: la cámara capta con unos planos espectaculares a Charlize
Theron pateando traseros a lo loco, usando lo que tiene al alcance de su mano
para ir contra los que la quieren derrumbar. Una manguera, un taco o simplemente
unas llaves le sirven a Lorraine para eliminar a sus enemigos. Se nota un gran
compromiso por parte de la actriz al rodar estas escenas ella misma, sin la
necesidad de un doble y además sin que la cámara corte: el espectador puede
apreciar la lucha de principio a fin. Esto requirió un entrenamiento intenso
con coreografías extensas que se lucen a pleno en la pantalla grande. Pero
Lorraine no es una mujer invencible: ella también recibe golpes y muy duros,
tanto que al verla caer o ser golpeada su dolor se transmite genuinamente hacia
el espectador.
La banda sonora es otro aspecto destacable dentro de la
película: la música ochentosa está en todo su esplendor con clásicos de David
Bowie, ‘Til Tuesday, George Michael y Nena. En particular hay una escena fascinante
cuando la protagonista debe proteger a un hombre de la Stasi. La manera en la
que ocurre la acción en esa secuencia larga y sin música de fondo, sólo
escuchando las respiraciones agitadas de los personajes, es excelente y hasta
se le da un toque gracioso buenísimo. No termina ahí ya que se le suma una
corrida automovilística con la canción “I Ran (So Far Away)” de A Flock Of
Seagulls. Icónica.
El arte del film es bello por donde se lo mire. Las luces de
neón y los colores potentes complementados con un vestuario de ensueño (botas
altas, tapados, vestidos brillosos) dan una estética que parece introducirnos a
un videoclip.
No todo brilla ya que el guión tiene sus problemas. Hay
bastantes nombres complicados difíciles de recordar y si no estás familiarizado
en cuanto al contexto y siglas de cada agencia de inteligencia probablemente no
vas a entender quiénes actúan a favor de Gran Bretaña, Unión Soviética o
Estados Unidos. Durante la segunda mitad de la película se dan vueltas de
tuerca bruscas en las que la mayoría puede perderse y no entender las
motivaciones de algunos personajes. Los letreros de “Berlín Este” o “Berlín
Oeste” no son de gran ayuda y la manera de contar la historia, usando dos líneas
temporales diferentes, no es la más dinámica.
“Atómica” constituye un espectáculo visual lleno de
adrenalina que demuestra una vez más que la mujer puede ser igual o aún más
badass, astuta e inteligente que el hombre. ¡Charlize, nunca dejes de
pegar puñetazos!
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