“Lady Bird” (2017) es una película coming of age
estadounidense que marca el debut de Greta Gerwig como directora y escritora. El
reparto está compuesto por Saoirse Ronan, Laurie Metcalf, Tracy Letts, Lucas
Hedges (Patrick en Manchester by the Sea), Beanie Feldstein, Odeya Rush (Fiona
en The Giver), Timothée Chalamet, Stephen McKinley Henderson, Lois Smith y
Jordan Rodrigues. En los Globos de Oro la cinta ganó en la categoría de “Mejor
Película – Comedia o Musical” y Ronan se llevó la estatuilla de Mejor Actriz.
Está nominada a cinco premios Óscar, incluyendo “Mejor Película”, “Mejor
Actriz” y “Mejor Director”. Llega a las salas argentinas el 1 de marzo gracias
a la distribuidora UIP.
Christine McPherson (Saoirse Ronan), una chica de 17 años que
vive en Sacramento, reniega de su nombre real haciéndose llamar Lady Bird. A
punto de graduarse de la secundaria católica “Sagrado Corazón”, la joven desea
a toda costa ser aceptada en alguna universidad de la Costa Este para
adentrarse en las artes liberales y cultura que su pueblo no le brinda. Su
madre (Laurie Metcalf) no está de acuerdo, lo que genera aún más roces en la
relación turbulenta que tienen. Con el paso de los días escolares, Lady Bird se
enamorará, reirá con su mejor amiga Julie (Beanie Feldstein), se postulará para
una obra musical y compartirá secretos con su padre (Tracy Letts).
El film está basado en las experiencias que Greta Gerwig
tuvo en su adolescencia, sin que los sucesos que se cuentan hayan pasado de esa
forma en la realidad. Ambientada en 2002, la cinta no se siente una película
sino que nos hace sentir parte de un momento en la vida de Lady Bird, personaje
súper empático que evoca las inseguridades que se tienen hacia el futuro, el
miedo a crecer y, por el sistema educativo norteamericano, la angustia que
produce dejar atrás el hogar.
Saoirse Ronan, que ya estuvo nominada al Óscar por
“Expiación, deseo y pecado” (Atonement, 2007) y Brooklyn (2015), vuelve a dar
una interpretación memorable. Christine decide cambiar su nombre porque aún no
tiene definido quién va a ser, no sabe qué rumbo tomar. Su carácter tan fuerte,
que puede pasar del enojo al consuelo en segundos, la convierte en una
protagonista divertida e inteligente. Las escenas con su mamá (una gran Laurie
Metcalf) resultan toda una delicia de ver gracias al guión excelentemente
elaborado. Las peleas nos hacen sentir identificados por ser situaciones que
casi todos atravesamos, tales como ser regañado por no ordenar la ropa o usar más
de una toalla para bañarse. Las palabras hirientes están, pero también se
percibe el gran amor que sienten la una por la otra y cómo cuesta, para la
madre, el momento en que debe dejar que su hija empiece a tomar sus propias
decisiones.
No sólo la relación maternal está bien reflejada en pantalla.
Además veremos la hermosa complicidad que Lady Bird tiene con su papá, hombre
que sufre depresión y acaban de echarlo del trabajo; el vínculo con su mejor
amiga Julie, a la que Christine en cierta parte decide dejar de lado para
juntarse con la popular Jenna (Odeya Rush); y el primer enamoramiento con Danny
(Lucas Hedges), que conlleva a sentirse con el mundo en las manos luego de un
beso.
Las reglas del colegio religioso, tales como usar la pollera
hasta la rodilla o bailar sin tocar mucho a la pareja, el pelearse por querer
ir al baño cuando en la casa solo hay uno o el mentir para ser aceptado, todas
son situaciones que nos pueden haber ocurrido en la adolescencia. Eso es lo que
hace tan especial a Lady Bird, película con una simpleza encantadora que, una
vez que acaba, dan ganas de ver una y otra vez.
Puntaje: 9
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