“Yo Soy Tonya” (I, Tonya, 2017)
es una película biográfica dirigida por Craig Gillespie y escrita por Steven
Rogers. Está protagonizada y producida por Margot Robbie. Completan el reparto
Allison Janney, Sebastian Stan, Julianne Nicholson, Bojana Novakovic, Bobby
Cannavale, Paul Walter Hauser y Mckenna Grace (Mary en “Un Don Excepcional”).
Recibió tres nominaciones a los premios Óscar, de las cuales Allison Janney se
alzó con la estatuilla como Mejor Actriz de Reparto.
Desde los tres años, Tonya Harding (Margot Robbie) deseaba
patinar sobre hielo. Su estricta madre Lavona (Allison Janney) prácticamente
obligó a Diane (Julianne Nicholson) a que la entrenara, aunque ella no formaba
principiantes. Tonya se convirtió en la primera patinadora estadounidense capaz
de completar un salto de triple axel. La cinta gira alrededor de su turbulenta infancia
llena de palabras hirientes y golpes por parte de su madre, adolescencia en la
que conoció a Jeff Gillooly (Sebastian Stan), que luego se convertiría en un
marido abusivo, y sobre el ataque polémico que sufrió la competidora Nancy
Kerrigan, al cual la prensa se encargó de convertir a Tonya en la culpable
absoluta.
Se podría definir a este filme como la historia que
necesitaba ser contada. Basándose en las entrevistas que se le hicieron a
Tonya, Jeff, Lavona, el guardaespaldas Shawn (Paul Walter Hauser) y el
reportero Martin (Bobby Cannavale), el espectador puede conocer en profundidad
lo horrible que la pasó Harding y cómo ella, a pesar de no ser totalmente
inocente, también fue una víctima que nadie se ocupó en ayudar. La película
tiene muchos toques de comedia irónica que resultan súper necesarios para que
no se convierta en un dramón ultra pesado. Por el contrario, la agilidad y
dinamismo con la que se cuentan los hechos hacen que uno se mantenga atento
durante todo el metraje, interesado por conocer más y más sobre Tonya.
Margot Robbie está excelente en el papel protagónico aunque
sus braquets no llegan a convencernos de que sólo tiene 15 años. Sebastian Stan
también se luce en el rol de su marido y desde el afuera podemos captar la
relación tóxica que llevaba con Tonya, un tire y afloje que en algún punto
inevitablemente daría paso a una explosión. Pero la que se lleva todos los
aplausos sin dudarlo es Allison Janney como Lavona Harding. La actriz supo
componer a una de las peores madres en la pantalla grande. Malhablada, ruda y
sin un ápice de compasión, Lavona hace pasar a su hija por un infierno debido a
la creencia de que con tanta presión Tonya podrá convertirse en una campeona.
Cuando llegamos a la segunda hora de metraje se siente un
quiebre: el foco se pone sobre la herida provocada a Kerrigan y no tanto sobre
Harding. A pesar de que la atención no se pierde, su primer acto logra ser mucho
más entretenido por tener varios aspectos muy bien combinados entre sí.
La banda sonora con cortes retro encaja a la perfección con
el tono de la película. Además, “Yo Soy Tonya” hace una crítica contundente
sobre lo que Estados Unidos desea reflejar a sus habitantes (una familia ideal
y feliz, ropa lujosa y una mujer que sea correcta) así como muestra que la
prensa tergiversa la información con el único objetivo de generar rating.
“Yo Soy Tonya” cuenta con una gran dirección, un buen guión
y actuaciones notables. Gracias a esta producción podremos entender por qué
Harding reaccionaba como lo hacía y cómo es que pasó a ser boxeadora. Un relato
biográfico bien contado para no dejar pasar.
Puntaje: 8
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