“Luciferina” es una película de terror argentina dirigida y
escrita por Gonzalo Calzada. Es la primera historia de la saga “La Trinidad de
las Vírgenes”, también escrita por Calzada, a la que le siguen “Inmaculada” y
“Gótica” (está previsto que estas dos también se adapten a la pantalla grande).
El reparto está compuesto por Sofía del Tuffo, Pedro Merlo, Marta Lubos, Malena
Sánchez (Nina en la miniserie “Cromo”), Tomás Lipán, Stefanía Koessl (Mónica en
“El Clan”), Vando Villamil, Gastón Cocchiarale y Francisco Donovan. Llega a las
salas argentinas el 15 de marzo gracias a la distribuidora Energía Entusiasta.
Natalia (Sofía del Tuffo), una chica de 19 años, tras
enterarse del suicidio de su madre, decide dejar el convento en el que se estaba
formando para ser monja. Al regresar a su hogar se encuentra con su padre
(Vando Villamil) postrado en la cama del ático, todo vendado debido a que
intentó detener a su esposa de sus frenéticos ataques en los que pintaba úteros
sangrientos. También ve de nuevo a su hermana Ángela (Malena Sánchez), que
sigue teniendo una personalidad totalmente diferente a la de ella y está en una
relación violenta con Mauro (Francisco Donovan). Ángela y sus compañeros de la
facultad de psicología planean irse a las islas del Tigre para ser parte de un
ritual espiritual con un chamán que les hará tomar la bebida sagrada conocida
como ayahuasca. Natalia se les une sin tener plena consciencia que la ayahuasca
la hará experimentar visiones terribles así como posesiones que junto a la
Hermana Gregoria (Marta Lubos) deberá exorcizar.
Finalmente llega a la cartelera una propuesta que no defraudará
a los fanáticos del terror. Ya hemos visto variadas historias que tratan sobre
posesiones pero no generan el miedo que esperábamos, por suerte aquí sucede
todo lo contrario. La película consigue perturbar al espectador de una forma
que pocas veces se logra, haciendo que diversas escenas queden grabadas en la
mente después de días de haberla visto. Y esto sucede gracias a la perfecta ambientación,
los buenos efectos especiales y el maquillaje que en ningún momento luce falso.
El convento abandonado al que los jóvenes se dirigen resulta
el escenario ideal para que ocurran las más terroríficas tragedias. Tanto la
fotografía como los sonidos están tan bien utilizados que hasta a la luz del
día el lugar da mala espina. Ésta no es una cinta plagada de jump scares: el
director se toma su tiempo para crear situaciones visualmente espeluznantes, ya
sea por la cantidad de sangre, la potente voz del Diablo o el accionar de los
personajes poseídos, en especial el de Abel (Pedro Merlo). Hay más de tres
secuencias que por lo terrible que está pasando deseamos que acaben ya, sin
embargo son súper largas y logran incomodar por bastantes minutos.
El film aborda temas tales como la virginidad, el aborto y
el aura que posee cada persona. A pesar de que el interés se mantiene durante
los 114 minutos de duración, el guión en algunas partes flaquea por lo que
queda la sensación que algunos hechos podrían haber sido mejor explicados.
“Luciferina” logra que una historia bastante conocida en el
género dé espanto. No sólo por segundos, sino durante la mayoría de la trama.
Su tercer acto posee un alto contenido morboso que no va a dejar indiferente a
nadie. Al verla, bien no la vas a pasar, pero qué bueno es ver producciones
nacionales de esta calidad.
Puntaje: 7,50
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