“Un Viaje en el Tiempo” (A Wrinkle in Time, 2018) es una
película de fantasía dirigida por Ava DuVernay, reconocida por el drama “Selma”
(2014). El guión fue escrito por Jennifer Lee y Jeff Stockwell en base a la
novela homónima publicada en 1962 de Madeleine L’Engle. Ésta conforma la
segunda adaptación del libro ya que en 2003, también por Disney, fue lanzado un
filme sólo para la televisión. El reparto está compuesto por los niños Storm
Reid, Deric McCabe, Levi Miller (Peter Pan en “Pan”) y Rowan Blanchard; también
por los adultos Oprah Winfrey, Reese Witherspoon, Mindy Kaling, Michael Peña,
Chris Pine y Zach Galifianakis.
Meglet (Storm Reid), una chica de 13 años que es burlada en
la escuela, fue criada con mucho amor por sus dos padres científicos y se lleva
bien con su hermanito Charles Wallace (Deric McCabe), el cual fue adoptado. Pero
ya nada es igual desde que Alex Murry (Chris Pine), su papá, desapareció hace
cuatro años sin dejar rastros. Con la inesperada aparición de tres mujeres
poderosas que se hacen llamar señoras “Qué” (Reese Witherspoon), “Cuál” (Oprah
Winfrey) y “Quién” (Mindy Kaling), Meg viajará por el universo junto a Charles y
su reciente amigo Calvin (Levi Miller) para descubrir en qué planeta quedó
extraviado su padre.
Al ver esta película uno no puede evitar preguntarse qué se
le cruzó a Disney por la cabeza para brindar tan terrible producto
cinematográfico. Y es que la cinta no tiene razón de ser: por más que haya un
gran despliegue visual lleno de los más brillantes colores, el guión falla por
donde se lo mire. Desde el comienzo la conexión con los personajes no se logra
y lo previsible que resulta el relato sólo consigue hacernos dar cuenta que las
casi dos horas de duración son inconcebibles para lo que se quiere contar.
Los mensajes que se
pretenden transmitir al espectador son buenos, tales como la aceptación de uno
mismo, las apariencias, el amor de familia y el mal que convive en cada ser
humano. Sin embargo, éstos son tratados de una forma totalmente superficial y
acartonada, con frases que parecen salidas de un libro de autoayuda. La emoción
que se quiere dar nunca llega a destino porque no existe la naturalidad, sino
que todo queda forzoso.
De las tres viajeras astrales, la única que llama la atención
y aporta frescura es Reese Witherspoon. Mindy Kaling tiene escasos momentos en
los que sólo se dedica a recitar frases célebres, haciendo que su personaje sea
intrascendente. Oprah, ultra maquillada con brillos, en ciertas escenas tiene
su cuerpo agrandado al máximo en comparación a los demás, queriendo dar la
apariencia de una mujer con sabiduría superior (pero lo que realmente nos hace
pensar es en lo ridículo que lucen esos efectos especiales).
Por el póster promocional uno cree que las tres mujeres
poderosas tendrán un protagonismo importante, no obstante a mitad de la
película desaparecen y le ceden el foco absoluto al niño Deric McCabe. Enorme
error. El chico otorga una interpretación tan sobreactuada como insoportable en
la que no se puede creer que la elección de casting haya sido tan mala.
Por otro lado, Levi Miller encarna a Calvin, que surge en la
historia sin ningún tipo de desarrollo y se une a la aventura porque sí. Sus
líneas tampoco lo ayudan: se la pasa diciéndole a Meg qué lindo cabello posee,
tema de conversación cero creíble en chicos de esa edad.
En “Un Viaje en el Tiempo” la travesía de Meg se vuelve
insulsa por más que los paisajes sean ostentosos y el maquillaje esté lleno de
glitter. Lo único que se puede sacar como positivo son las risas provocadas
durante el metraje, que para nada fueron buscadas sino que surgen de las
diversas incoherencias del filme.
Puntaje: 3
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