“Deadpool 2” (2018) es una comedia de Marvel que
funciona como secuela de “Deadpool” (2016). En esta oportunidad el encargado de
dirigirla fue David Leitch, reconocido por la primera entrega de “John Wick”
(2014), aunque en esa ocasión no fue acreditado, y “Atómica” (Atomic Blonde,
2017). Ryan Reynolds vuelve a producirla y ponerse en la piel del antihéroe,
esta vez también participando de la escritura del guión junto a Rhett Reese y
Paul Wernick. En el reparto retornan algunos de los actores de la anterior,
tales como Karan Soni, T. J. Miller, Brianna Hildebrand y Morena Baccarin;
además, se suman bastantes nuevos: Josh Brolin, Zazie Beetz, Julian Dennison,
Lewis Tan, Rob Delaney, entre otros.
Ya convertido en todo un mercenario que utiliza sus
habilidades para matar a delincuentes, narcotraficantes y asesinos, Deadpool
(Ryan Reynolds), por más roto que esté en su interior, debe enfrentar otro
problema que involucra a un joven llamado Russell (Julian Dennison), el cual se
nombra a sí mismo Firefist por su poder de crear fuego con sus manos. Aparte de
que el chico no quiere volver al orfanato de mutantes donde vivía, pronto
comenzará a ser buscado por Cable (Josh Brolin), un villano que puede viajar en
el tiempo. Deadpool, dándose cuenta de que no puede ocuparse del asunto sin
ayuda, formará la “X Force”, un equipo compuesto por otros mutantes que
rápidamente se pondrá manos a la obra.
Si en la primera película nos sorprendimos con este
personaje irreverente, gracioso y malhablado, aquí todo se eleva a la máxima
potencia. Tanto la acción como los chistes abundan durante las dos horas de
metraje, lo que para algunos puede jugar en contra ya que no hay respiro. Las
bromas se suceden una tras otra, y aunque muchas continúan siendo súper
ingeniosas, haciendo referencias buenísimas al mundo de Disney, DC, X-Men y
hasta a Justin Bieber, otras no generan la risa buscada por sucederse tan
rápidamente.
En cuanto a la estructura narrativa, en su primer visionado
la cinta resulta rara porque como espectador cuesta captar qué camino quiere
tomar el director con la historia. En los primeros minutos parece que el foco
estará puesto en la relación de Wade con su novia Vanessa (Morena Baccarin) y
en cómo él pasa sus días combatiendo a los criminales sueltos por el mundo, sin
embargo luego el relato toma otra dirección completamente distinta, que a la
larga llegamos a aceptarla porque no queda otra. No obstante, la segunda hora
del filme tiene varias situaciones que podrían haberse acortado.
Ryan Reynolds sigue siendo la opción perfecta para encarnar
a Deadpool, logrando que sea imposible imaginarse a otro actor encarnando este
papel. De las nuevas incorporaciones, Shioli Kutsuna como “Yukio” da ganas de
que tenga más momentos en pantalla hablando con Wade y Zazie Beetz en el rol de
“Dominó” tiene mucha presencia sin decir muchas palabras. En cuanto a los
actores que ya estaban en la primera, se esperaba más participación de Brianna
Hildebrand como “Negasonic”; la joven mutante tiene incluso menos escenas que
en 2016.
Si vas a ver “Deadpool 2” por su humor negro, ironías,
referencias a otras películas y alguna que otra situación grotesca, que no te
quede duda que la vas a pasar fenomenal. En mi caso prefiero a su predecesora,
que me pareció mucho más clara con lo que quería reflejar. Eso sí, la última
escena post créditos se convierte en una de las mejores en lo que va de filmes
de superhéroes, ya sea por lograr una situación desopilante como por burlarse
con inteligencia de errores cometidos en el pasado.
Puntaje: 7
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