“El Legado del Diablo”
(Hereditary, 2018) es una película de terror psicológico que constituye el
debut como director de Ari Aster, que también se encargó del guión. El reparto
incluye a Toni Collette (Little Miss Sunshine, Miss You Already), Alex Wolff
(Día del Atentado, Jumanji), Ann Dowd (The Handmaid’s Tale), Gabriel Byrne y
Milly Shapiro. Fue presentada por primera vez en la sección Midnight del
Festival de Cine de Sundance.
La familia Graham, compuesta por
la pareja de Annie (Toni Collette) y Steve (Gabriel Byrne) y sus hijos Peter
(Alex Wolff) y Charlie (Milly Shapiro), se ve afectada por el fallecimiento a
los 78 años de Ellen (madre de Annie). La anciana era una persona muy reservada
que, debido a sus trastornos mentales, tuvo una relación distante con su hija.
Ellen en su momento quiso cuidar a Peter desde su nacimiento, sin embargo Annie
no se lo permitió. Sí cedió su lugar materno con la llegada de Charlie, por lo
que la niña es muy retraída ahora que su abuela ya no está. Debido a otro hecho
aún más trágico, Annie decidirá asistir a un grupo de autoayuda; allí conocerá
a Joan (Ann Dowd), una mujer que la convencerá para que inicie un ritual
espiritista y así poder comunicarse con los muertos. Esto agravará aún más el
estado mental de Annie, llevándola a la inminente locura.
Desde que la cinta fue exhibida en
Sundance a principios de año mucha es la expectativa que generó por ser
calificada como “la mejor película de terror de todo el mundo” o que sería como
“El Exorcista de nuestra generación”. Aparte, su productora es A24, empresa que
en el pasado trajo filmes de gran calidad como “La Bruja” (The Witch, 2015), “Viene
de Noche” (It Comes At Night”, 2017) y “El Sacrificio del Ciervo Sagrado” (The
Killing of a Sacred Deer, 2017). Teniendo en cuenta estos datos, debo decir que
el furor muchas veces juega en contra, siendo “Hereditary” un ejemplo perfecto.
Y eso no significa que la
película sea mala, por el contrario cuenta con una factura técnica
deslumbrante: desde la primera escena vemos una maqueta (Annie se dedica a
construirlas) y la cámara se acerca a tal punto a una de las habitaciones que
luego ese pasa a ser el plano central, como si la estructura fuera la casa de
los Graham en miniatura. La iluminación, la música penetrante y cada fotograma
están súper cuidados, lo que hace que seguramente en su primer visionado no
hayamos podido captar todos los detalles que el director dispuso.
Por otro lado, ya sabíamos que
Toni Collette es una buena actriz pero aquí pasa a estar a otro nivel. La
australiana debió interpretar a una mujer muy compleja, que tuvo un pasado
familiar con bastantes sufrimientos y en la actualidad cree ser una mala
persona por no sentir tanta tristeza ante la muerte de su madre. El director se
toma su tiempo para que Annie explote, y Collette nunca llega a sentirse
forzada a pesar de sus potentes gritos.
El problema a mí parecer recae
tanto en la campaña publicitaria del film como en su historia. La mayoría de
los pósters tienen centrada su atención en Milly Shapiro, aprovechándose de su
aspecto y dando a entender que ella será la protagonista. Aunque la nena
otorgue una correcta actuación y tenga cierta relevancia, está muy alejada de
ser un personaje principal. Aparte, con el correr de los minutos el relato se
vuelve pretencioso y realmente sólo llega a perturbar en sus escenas finales.
“El Legado del Diablo” pretende
mostrar cómo el árbol genealógico de una persona puede influenciarla a futuro.
No es un terror que será aceptado por la mayoría ni es una de las mejores obras
del género, por lo que te recomiendo que si querés disfrutarla no tengas muy en
cuenta la aclamación que obtuvo.
Puntaje: 6,50
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