“Un Viaje Extraordinario” (The Mercy, 2018) es una película
británica de drama dirigida por James Marsh (“Man on Wire”, “The Theory of
Everything”) y escrita por Scott Z. Burns. El reparto está compuesto por Colin
Firth, Rachel Weisz, David Thewlis (Lupin en la saga Harry Potter), Ken Stott,
Eleanor Stagg, Kit Connor, Finn Elliot, entre otros. Está basada en hechos
reales.
Ambientada en Gran Brataña durante 1968, la historia gira en
torno a Donald Crowhurst (Colin Firth), un hombre de familia que vendía
artefactos que facilitaban la navegación. Inspirado por Francis Chichester, el
único hombre que en su yate pudo dar la vuelta al mundo, Donald decide
inscribirse en la “Sunday Times Golden Globe Race”, una competencia de barcos
en la que si el viajero recorría el mundo sin detenerse en tierra firme ganaba
una gran cantidad de dinero. Según las reglas, Donald podía comenzar la
travesía entre el 1 de junio y el 31 de octubre; sin ningún tipo de experiencia
y ni siquiera teniendo un bote construido aún, Donald se pone a trabajar para
cumplir su sueño, un deseo que lo obsesionará hasta tal punto que los
trastornos mentales no tardarán en llegar.
El título que se le decidió ponerle aquí a la cinta, que
nada tiene que ver con la piedad que plantea el original, nos hace creer que
veremos un recorrido en barco emocionante, con un protagonista de espíritu
aventurero lleno de energía por obtener el premio mayor. Sin embargo, eso es lo
que menos vamos a encontrar en esta película. La mayor falla se encuentra en
que no hay muchas cosas para contar, haciendo que el relato se vuelva de lo más
aburrido ni bien Donald comienza su viaje. Aparte, el personaje toma decisiones
que lo que menos consiguen es que nos llegue a caer bien, por lo que la conexión
con él resulta nula.
Los flashbacks repetitivos que muestran a su familia parecen
puestos sólo con la finalidad de rellenar los minutos con material
prescindible. Toda la empatía que el director supo transmitir en “La Teoría del
Todo” (2014), acá brilla por su ausencia. Marsh ni siquiera se anima a explorar
en profundidad los sentimientos de Donald, lo que genera que sus problemas
internos no estén bien tratados.
La inverosimilitud también juega en contra en esta
producción, en especial cuando se decide poner a actores hablando inglés en una
de las costas de nuestro país. Lo único rescatable se basa en la recreación de
época, que cuenta con una bella fotografía a cargo de Éric Gautier.
“Un Viaje Extraordinario” no produce ningún sentimiento, más
bien se convierte en el típico filme que en un futuro darán por cable y en el
que la mejor opción será saltearlo. Ni Rachel Weisz puede remontar el sopor que
genera esta “aventura”.
Puntaje: 4
No hay comentarios:
Publicar un comentario