“Soledad” es una película
dramática que marca el debut como directora de Agustina Macri, la cual también
se encargó del guión junto a Paolo Logli. Coproducida entre Argentina e Italia,
la cinta está basada en hechos reales, teniendo como inspiración al libro “Amor
y Anarquía. La vida urgente de Soledad Rosas 1974-1998”, escrito por Martín
Caparrós. El reparto incluye a Vera Spinetta (hija del Flaco Luis Alberto Spinetta), Giulio Maria Corso, Marco Cocci,
Fabiana García Lago, Marco Leonardi, Viola Sartoretto, Florencia Dyszel, Luis
Luque, Francesco De Vito, entre otros.
María Soledad Rosas (Vera
Spinetta) es una joven argentina de 23 años que vive con sus padres de clase
media-alta. Pasea perros, tiene un novio y no está muy interiorizada en la
política como su hermana Gabriela (Florencia Dyszel). Cuando su sofisticada
madre la incita a irse de viaje por Europa antes de decidir qué hacer con su
vida, Soledad no está muy convencida. Sin embargo, acepta la propuesta y va a
Italia junto con su tía Silvia (Fabiana García Lago). En Turín, conocen “El
Asilo”, una de las principales casas tomadas por la Federación Anarquista.
Desde ese momento Soledad querrá saber más y más sobre los squatters,
movimiento de jóvenes que ocupan casas abandonadas como forma de protesta
contra el sistema. Aunque Silvia no está de acuerdo con que su sobrina se quede
allí, es imposible persuadirla para que se vaya con ella a París. Soledad
conocerá al gran amor de su vida Edoardo “Baleno” Massari (Giulio Maria Corso)
y será acusada injustamente de un atentado eco-terrorista.
A 20 años del suicidio de Soledad
en una granja italiana donde cumplía arresto domiciliario, nos llega una cinta
basada en su trágica historia de vida. Como el relato es verídico, aquí no importan
los spoilers: aunque se sepa muy por arriba lo que va a pasar, o no, la
película tiene que conseguir atrapar al espectador de igual manera. Por suerte,
la ópera prima de Agustina Macri lo logra.
Esto sucede gracias a varias
buenas decisiones tomadas. En especial, la elección de Vera Spinetta para el
rol principal. Su personaje está casi todo el tiempo en pantalla y nunca
dudamos de que ella sea Soledad y no Vera. La actriz aprendió italiano para su
papel y suena súper natural al combinar ese idioma con palabras en castellano,
lo que resulta verosímil siendo que Soledad nació en Argentina y al estar en
Italia tuvo que adaptarse. Por otro lado, la estructura narrativa no es lineal;
no obstante está tan bien editada que de esta manera el relato es mucho más
dinámico y atractivo, además de que en ningún momento genera confusión.
Con una cuidada fotografía
apagada, el gran mérito del film está en cómo se desarrolló a la joven que con
el tiempo se convirtió en un ícono de la cultura popular anarquista. Tranquilamente
podríamos diferenciar a dos Soledades distintas: una adolescente rebelde, que
se va y vuelve de su casa cuando quiere, que no se siente parte de su familia
ni se comunica mucho con ellos pero que a su manera los ama; y por otra parte
la Soledad que sale a la luz en Turín, de carácter fuerte y una firmeza
increíble ante sus ideales. Se puede no estar de acuerdo con su forma de pensar
y/o accionar, pero no se puede negar que la protagonista despierta empatía como
también felicidad al verla hallar su lugar de pertenencia en este mundo.
“Soledad” se convierte en un
largometraje muy bien realizado para conocer más sobre una mujer a la que el
Estado italiano decidió culpar solo por la necesidad de mostrar a un culpable. Rosas
podría haberse desvinculado del movimiento para su propio beneficio, sin
embargo nunca se le cruzó por la cabeza y eso demuestra, como tantas otras
cosas, su enorme coraje.
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