“Sangre Blanca” es un thriller dramático
nacional dirigido y escrito por la cineasta salteña Bárbara Sarasola Day,
siendo éste su segundo filme luego de “Deshora” (2013). Filmada
mayoritariamente en la localidad de Salvador Mazza, la cinta está protagonizada
por Eva De Dominici (Sangre en la Boca, No Dormirás) y Alejandro Awada.
En el Paso Internacional entre
Argentina y Bolivia, la joven Martina (Eva De Dominici) está metida en un
problema demasiado grande como para resolverlo sola. Junto a su pareja Manuel
(Rakhal Herrero), Martina había llegado a la conclusión de que la mejor manera
de conseguir plata rápida era convirtiéndose en mula de droga. Sin embargo,
nunca se le cruzó por la cabeza que su novio podría morir con las 65 cápsulas
de cocaína dentro del cuerpo. Presionada por las constantes y amenazantes
llamadas telefónicas de los traficantes, a Martina no le quedará otra que
contactarse con Javier (Alejandro Awada), padre con el que nunca tuvo relación.
Estamos ante una película que
tiene una temática interesante pero por cómo fue llevada a la pantalla grande
da la sensación de que la historia sería mil veces mejor si se hubiera
concebido como un cortometraje. Teniendo en cuenta que la mayoría de escenas no
tienen diálogo, más bien muestran acciones de la protagonista, ya sea bailar,
despertarse o caminar, el ritmo se pierde por completo lo que genera que la
paciencia del espectador se agote muy rápidamente.
Hay varias situaciones que nos
hacen perder la credibilidad del relato, en especial que el personaje principal
mantenga el cadáver en una habitación de hotel con el aire acondicionado al
máximo o que el padre de la joven sepa dónde ir a buscarla sin que ella le diga
la dirección exacta. Al no otorgar un trasfondo sobre Martina o Javier, qué
pasó con la figura materna o por qué él desprecia tanto a su hija, tampoco se
puede lograr una conexión con estas dos personas opuestas.
Eva De Dominici da una buena
interpretación al estallar en llanto en un locutorio pero por lo demás su papel
se siente como si cualquiera otra actriz podría haberlo hecho. Por otro lado,
la manera de hablar de Alejandro Awada, que más bien pareciera que recita sus
líneas, no ayuda ni un poco a que la dinámica entre ellos se vea natural.
Con demasiados minutos que no
aportan nada a la trama, además de prolongados silencios, “Sangre Blanca” no
consigue ser un thriller recomendable por más que tenga un desenlace correcto. El
tópico de los portadores humanos de drogas daba para mucho más, e incluso en
esta cinta ni el accionar de los traficantes es creíble.
Puntaje: 4,50
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