Entre la Razón y la Locura (The Professor and the Madman, 2019) es
una película de drama biográfico dirigida por P. B. Shemran, que también se
encargó del guión junto a Todd Komarnicki. Está basada en el libro de Simon
Winchester titulado The Surgeon of
Crowthorne: A Tale of Murder, Madness and the Love of Words. Protagonizada
por Mel Gibson y Sean Penn, el reparto se completa con Natalie Dormer (Juego de
Tronos, El Bosque Siniestro), Eddie Marsan, Ioan Gruffudd (102 Dálmatas), Jennifer
Ehle (Una Serena Pasión), Stephen Dillane, Steve Coogan (Philomena), Shane
Noone, entre otros.
Londres, Inglaterra, 1872.
William Chester Minor (Sean Penn), retirado capitán cirujano del ejército de
Estados Unidos, es sentenciado a pasar sus días en una celda del asilo de
Broadmoor ya que es considerado un criminal demente por haber matado a George
Merret (Shane Noone), padre de familia que estaba en pareja con Eliza (Natalie
Dormer). Por otro lado, el escocés y
autodidacta James Murray (Mel Gibson) es convocado para ser editor del nuevo
diccionario de inglés de Oxford. Con un gran conocimiento léxico de idiomas,
literatura y dialecto, la tarea de James de albergar a todo el lenguaje era tan
amplia que junto a su equipo decidió buscar voluntarios. Para ello Murray
redactó una carta con el pedido de ayuda y la colocó dentro de variados libros.
Uno de éstos llegó a Minor, el cual rápidamente se puso manos a la obra,
enviándole a James (la primera vez) más de mil palabras con sus respectivas
citas. A través de la correspondencia, se irá formando una amistad entre los
dos hombres sin que, en un principio, Murray sepa nada sobre la locura de
Chester.
Con buenas actuaciones y una
correcta ambientación de época, el director iraní Farhad Safinia, bajo seudónimo,
se mete en una historia real no tan conocida pero no por eso menos interesante.
El proceso de creación del nuevo diccionario de inglés de Oxford, formado por
12 volúmenes y más de un millón de citas ilustrativas, requirió más de 60 años
de trabajo por lo que es muy fácil presentir que este relato no era el adecuado
para ser llevado a la pantalla grande, en especial por su gran contenido
histórico. Sin embargo, Safinia tomó la acertada decisión de centrarse en las
múltiples relaciones humanas que se dieron mientras James Murray estuvo a cargo
de la edición del libro. A pesar de que el guión sea un tanto pesado con las
diferentes palabras y sus respectivos significados, la profundidad con la que
se diseñó a cada personaje logra que el espectador se mantenga atento las dos
horas de metraje.
Sean Penn compone con maestría a
William Chester Minor, un hombre perturbado por los hechos que vivió en la
guerra, acontecimientos que inevitablemente lo sumergieron en la demencia. Lo
atractivo de su personaje se basa en que William, por más de que es un asesino,
también es una buena persona y, gracias a la interpretación de Penn, fácilmente
nos damos cuenta de que él no tuvo la intención de matar a George Merrit, más
bien debido a su enfermedad se sintió perseguido y creyó acabar con la vida de
su agresor. La inteligencia de Minor y su aporte al diccionario asombra al
punto de que, por Murray, fue considerado un salvador, ya que al duplicar el
progreso los roles se invirtieron, siendo Murray el que tuvo que seguirle el
ritmo al preso. La pasión por las palabras y los significados que compartieron
estos socios traspasa la pantalla y da gusto de ver.
Además, Natalie Dormer se destaca
en el papel de Eliza, madre de seis hijos que quedó sola y empobrecida luego de
que Minor mató a su esposo. Eliza evoluciona a medida que avanza el metraje,
cambiando el odio inicial por redención y amor. Por otro lado, también seremos
testigos de la relación entre Murray y su esposa Ada (Jennifer Ehle), mujer que
fue un pilar fundamental en la vida del autodidacta y, con paciencia, lidió con
que Murray esté menos presente en la familia debido a su arduo empleo.
Es así como Entre la Razón y la Locura se convierte en una historia de
misericordia, comprensión, amistad y esfuerzo para registrar la evolución del
idioma inglés. Aunque puede tornarse extensa, conocer los aportes históricos de
William Chester Minor y James Murray no tiene desperdicio.
Puntaje: 7,50
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