“El reino de la corrupción” (El Reino, 2018) es un thriller
dirigido y co-escrito por Rodrigo Sorogoyen (“Que Dios nos perdone”, 2016).
Coproducido entre España y Francia, el filme está protagonizado por Antonio de
la Torre (“La noche de 12 años”). Completan el reparto Nacho Fresneda, Laia
Manzanares, Mónica López, Bárbara Lennie (“Una especie de familia”), Ana
Wagener, Luis Zahera, Paco Revilla, entre otros. La película obtuvo siete
premios Goya, entre ellos el de mejor director, guión original y actor
protagonista. Además se presentó en la Sección Oficial del Festival de San
Sebastián y en la Sección World Contemporary Cinema del Festival Internacional
de Toronto.
La historia gira en torno a Manuel
López Vidal (Antonio de la Torre), un vicesecretario que está listo para dar el
salto a la política nacional. No obstante, se filtra información a los medios
de comunicación sobre lavado de dinero y malversación de fondos por lo que,
dentro de su partido, Manuel y su mejor amigo Paco (Nacho Fresneda) quedan
manchados. Al ver que este último sale indemne del problema y que sus propios
compañeros de partido rápidamente se transforman en enemigos que pretenden
seguir sin él como si nada hubiera pasado, Manuel decidirá arremeter contra los
demás políticos para dar cuenta a la población de que los culpables de la
corrupción dentro del sistema español están por todos lados.
Vertiginosa, frenética y
estresante, la nueva película de Sorogoyen se destaca por su puesta en escena,
la cual no da respiro ni un segundo. Con una cámara que en mayor medida se
dedica a perseguir al protagonista de acá para allá y una banda sonora
electrónica que sorprende para bien ya que el ritmo encaja a la perfección con
el ambiente político opresivo, la cinta nos sumerge rápidamente en la vida de
Manuel, la cual de un día para otro se convierte en un escenario de
preocupaciones, nervios, peleas y gritos.
A pesar de que desde un primer
momento cuesta empatizar con Manuel porque estamos al tanto de su soberbia, ambición,
prepotencia y acciones ilegales pasadas, el director logra que nos sea fácil
comprender su enojo: el vicesecretario en un abrir y cerrar de ojos pasa a ser
completamente descartado de su partido y no hay nadie en quien pueda confiar.
El trayecto que recorre López Vidal para demostrar que ninguno es inocente como
parece resulta un descenso a los infiernos marcado por la venganza y la
indignación.
Antonio de la Torre se luce en
este personaje caracterizado por los nervios y las situaciones límite. La
película cuenta con varias secuencias largas sumamente tensas donde el
espectador siente que cualquier cosa puede llegar a suceder, en especial
durante la segunda mitad de metraje. Gracias al buen trabajo de edición, un
guión convincente y actuaciones a la altura, el filme, a pesar de ser una
ficción, consigue dejar reflexionando sobre cuántos hechos fraudulentos o
acciones realizadas por los propios intereses cometerán tanto los empresarios
como los medios de comunicación día tras día.
Con un final colosal, “El reino de la corrupción” se
transforma en una muy buena película española que va a mil por hora y deja un
llamado de atención hacia la mayoría de la población que se encuentra
adormecida ante una maquinaria política que continúa estando marcada por los
secretos y las ilegalidades.
Puntaje: 8
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