“Secretos de Estado” (Official
secrets, 2019) es un docudrama político dirigido y co-escrito por Gavin Hood.
Basado en el libro de Thomas y Marcia Mitchell llamado "The spy who tried to stop a war: Katharine Gun and the secret
plot to sanction the Iraq invasion", la película está protagonizada
por Keira Knightley. Completan el reparto Matt Smith (Doctor Who, The Crown),
Matthew Goode (Lazos perversos), Ralph Fiennes, Rhys Ifans (The Amazing
Spider-Man), Hattie Morahan, Jeremy Northam, entre otros. Tuvo su premiere
mundial a comienzos de año en el Festival de Cine de Sundance.
La cinta cuenta la verdadera
historia de Katharine Gun (Keira Knightley), una traductora que en 2003
trabajaba para el Servicio de Inteligencia Británica. Cuando Gun lee un
documento secreto de la Agencia de Seguridad Nacional que detallaba cuáles eran
los planes de Estados Unidos para dar inicio a una guerra ilegal contra Iraq
bajo el mandato de George Bush, ella decide filtrar esos papeles y dárselos a
Yvonne Ridley (Hattie Morahan), una periodista anti guerra que se los hace
llegar a Martin Bright (Matt Smith), trabajador del periódico The Observer.
Desde que la información delicada se hace de público conocimiento, Katharine será
acusada como traidora por violar la Ley de Secretos Oficiales, además de que el
gobierno complicará la estadía en Reino Unido de su marido kurdo Yasar (Adam
Bakri).
Con muchos datos duros por
asimilar y siglas que no son usuales en nuestro país, esta nueva producción de
Gavin Hood, responsable de la fallida “X-Men orígenes: Wolverine” (X-Men
Origins: Wolverine, 2009), funciona como thriller y se deja ver gracias a la
correcta actuación de su protagonista. Keira Knightley deja de lado los papeles
de época que tan bien la benefician para encarnar a una mujer que existe en la
realidad. Katharine Gun tuvo la enorme valentía de no quedarse callada y hacer
algo al respecto para que su pueblo no sea engañado. Con objetivos bien claros,
el personaje de Gun es el que nos va a interesar durante todo el metraje,
gracias a que los guionistas se tomaron su tiempo para mostrarnos cómo es ella
tanto en el trabajo como en su hogar.
Indignada por las declaraciones
falsas que ve en el noticiero, Katharine genera empatía con el espectador por
luchar desde su lugar arriesgando por completo la estabilidad de su vida. Al
ver que Estados Unidos tenía la intención de conseguir la aprobación de
diversos países para catalogarlos como aliados y así poder destruir a Iraq con
fundamentos sobre armas nucleares que no estaban confirmados, a la traductora
le resulta imposible quedarse callada ante semejante situación. Por otro lado,
la tensión aumenta una vez que dentro de su empleo se decide interrogar
individualmente para descubrir quién es el responsable de la filtración de
información. Otra vez, el coraje de Katharine se vuelve admirable.
No obstante, al ser tan hablada y
manejar un lenguaje complicado de seguir, la película llega a tornarse bastante
pesada, en especial porque el montaje no ayuda a que exista un ritmo parejo
durante todo el metraje. Además, el desenlace pierde por completo la fuerza que
se logró manejar en variadas escenas, dejando una sensación gélida y de
indiferencia.
“Secretos de Estado” expone un
suceso interesante que merecía ser contado, sin embargo la manera en la que fue
llevado a la pantalla grande no llega a ser fructífera si es analizada en su
conjunto. Es solo gracias a Knightley que el filme se deja ver.
Puntaje: 6
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