“El Seductor” (The Beguiled, 2017) es una película dramática
dirigida y escrita por Sofía Coppola. Está basada en la novela de Thomas P.
Cullinan, que ya había tenido su adaptación cinematográfica en 1971. El reparto
incluye a Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Colin Farrell, Oona
Laurence (Leila en “Revancha”, Natalie en “Mi amigo el dragón”), Angourie Rice
(Holly en “Dos tipos peligrosos”), Addison Riecke y Emma Howard. Fue presentada
en el Festival de Cannes donde Coppola hizo historia al ser la segunda mujer
que consiguió el premio a la Mejor Dirección. Llegó a las salas argentinas el
26 de octubre gracias a la distribuidora UIP.
En 1864, durante la Guerra de Secesión, Martha Farnsworth
(Nicole Kidman) está al mando de un internado de señoritas en Virginia. Las
únicas que siguen viviendo allí son la maestra Edwina (Kirsten Dunst), la
adolescente Alicia (Elle Fanning) y otras cuatro niñas. Un día Amy (Oona
Laurence) camina por el bosque en busca de setas y por sorpresa se encuentra
con un hombre herido recostado en un árbol. Él es John McBurney (Colin Farrell),
cabo del norte que dejó el campo de batalla debido a su pierna maltrecha.
Aunque sea considerado un enemigo, Amy decide llevarlo hacia el internado para
que Martha lo cure. La llegada de este soldado revolucionará la vida metódica
de estas mujeres que tienen las hormonas a flor de piel. Lo que no saben es que
John seduce a quien se le cruce y ni se le pasa por la cabeza volver a la
guerra.
El gran acierto de la cinta es mostrar todos los sucesos
desde el punto de vista de las mujeres, cómo les afecta la llegada de este
desconocido y cómo actúan para llamar su atención. Muchos podrán decir que la
primera parte del film consiste en una recopilación de escenas en las que no
sucede nada relevante, sin embargo el foco tiene que hacerse sobre los pequeños
detalles: en el internado Farnsworth las chicas aprendían caligrafía, idiomas,
modales, rezaban, cocinaban y preparaban la huerta; dentro de esa gran casa las
reglas eran rígidas y desde la llegada del cabo como espectador podemos
observar cambios enormes. De repente la atracción sexual aparece en sus vidas,
lo que da paso a interesarse por algo “nuevo”, tener otro propósito que no sea
limpiar u ordenar. Las formas que tiene cada una de llamar la atención de John,
sus risitas y curiosidad están tan bien plasmadas que todo el primer tramo se
hace súper disfrutable.
La ambientación de la época es otro de los grandes aciertos.
La manera en la que está filmada, el diseño del título y los créditos dan la
sensación de que estamos viendo una película antigua, que no tiene problema en
tomarse su tiempo para desarrollar la historia. El contraste entre los vestidos
blancos y el bosque, la oscuridad con la luz de las velas y el amanecer con la
llegada de la noche están muy bien logrados junto a la armonía interrumpida que
reina en ese lugar.
Hay que tener en cuenta que el tráiler de la película puede
resultar engañoso ya que nos plantea que estas mujeres son consumidas por los
celos y por venganza le hacen pasar una pesadilla al soldado herido. Esta idea
no puede ser más errónea. En esta versión Sofía Coppola cambia aspectos mínimos
que en su conjunto logran tener otra perspectiva: muestra lo desprotegidas que
se sienten, cómo algunas acciones no tienen una intención maligna de trasfondo
y que la violencia se da por parte del hombre.
Todo el elenco está muy bien pero ninguno llega a destacarse
por sobre otro. Individualmente no llegamos a conocer casi nada de los personajes,
aunque esto no genera que no nos interese lo que va sucediendo debido al
atractivo que genera ver la forma de vida en el internado.
La primera parte nos prepara para lo que va a venir, sabemos
que algo en cualquier momento va a explotar y cuando lo hace el film se queda
corto. Quizás hubiese sido más fructífero sacar algunos minutos del comienzo y
desarrollar más el final, ya que éste se siente apresurado teniendo en cuenta
el ritmo planteado desde un principio.
“El Seductor” se basa en los gestos, formas de vestirse, de
caminar, miradas y ligeros cambios de actitudes para mostrar el deseo femenino.
Plasma las (des)ilusiones y lo que uno está dispuesto a hacer por su propia
seguridad. Aunque el desenlace sea abrupto, la cinta es un buen producto que no
hay que dejar pasar.
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