“Blade Runner 2049” es una
película de ciencia ficción dirigida por el canadiense Denis Villeneuve,
reconocido por grandes filmes como son “La Sospecha” (Prisoners, 2013), “El
Hombre Duplicado” (Enemy, 2013), “Sicario” (2015) y “La Llegada” (Arrival,
2016). Está escrita por Hampton Fancher y Michael Green. El reparto incluye a
Ryan Gosling, Ana de Armas, Robin Wright, Sylvia Hoeks, Harrison Ford, Jared
Leto, Mackenzie Davis, Carla Juri y Dave Bautista. La película funciona como
secuela de “Blade Runner” (1982), cinta de culto que en su paso por el cine no
fue bien recibida pero con el tiempo fue ganando un reconocimiento altísimo e
inspiró a otras producciones cinematográficas. Llegó a las salas argentinas
tanto en 3D como 2D el 5 de octubre de 2017 gracias a la distribuidora Sony
Pictures.
Treinta años pasaron desde los
hechos ocurridos en 2019 en la primera película protagonizada por Harrison Ford
y Sean Young. Ahora la historia se centra en K (Ryan Gosling), un nuevo tipo de
Blade Runner que trabaja para la policía de Los Ángeles. Su jefa Joshi (Robin
Wright) le da una nueva orden: encontrar y retirar (matar) a replicantes viejos
a los que se les perdió el rastro luego del Apagón (éstos son robots
hechos por bioingeniería que se hacen pasar por humanos y es muy difícil
diferenciarlos de ellos). Al retirar a un antiguo replicante, K encuentra algo sorprendente
que pone en duda todo lo que se pensaba hasta el momento y puede ocasionar una
revolución.
Desde que se anunció que habría
una secuela 35 años después de la icónica Blade Runner, que marcó un antes y un
después en la manera de hacer ciencia ficción, muchos se preguntaban si era
realmente necesaria, si no arruinaría lo que se creó ya que en la mayoría de
los casos las segundas partes nunca llegan al nivel de la original. Ridley
Scott, quien fue en 1982 director de la primera entrega, esta vez pasó a ser productor ejecutivo dejando
la dirección en manos de Denis Villeneuve. El resultado es sorprendente:
Villeneuve nos brinda una película que exuda respeto hacia su antecesora y a la
vez expande el universo ya creado; el conflicto central es de lo más
interesante y, aunque esté relacionado con la primera, se mantiene por sí solo
sin sentirse forzado.
Sin lugar a dudas, y ya lo
veíamos en los tráilers, Blade Runner constituye un espectáculo visual que sólo
puede ser apreciado completamente en la pantalla de cine más grande que
encuentres. Cada plano y encuadre con su correspondiente paleta de colores te
deja maravillado y atónito por el gran trabajo del británico Roger Deakins, el
cual ya es hora que le den el Óscar luego de 13 nominaciones a Mejor
Fotografía. Cada set de filmación hecho en formato real y con poca utilización
de pantalla verde hace que el espectador vuelva a entrar en ese mundo ya conocido
pero renovado, sin sentirlo en ningún momento falso.
Otro aspecto a destacar es la
banda sonora compuesta por Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch. La música atrapa
en todo momento como también los silencios, generando tensión y una solemnidad
que recuerda a la primera.
Párrafo aparte para la actuación
que ofrece Ryan Gosling. Resulta imposible imaginarse a otro actor en el papel
del oficial K. Su trasfondo es complejo, tiene varios matices y va cambiando a
medida que la trama avanza. Sin hablar demasiado podemos captar cómo se está
sintiendo, lo que va pensando. Su impasibilidad y manera de actuar llama la
atención desde la primera escena.
La actriz cubana Ana de Armas
hace una buena dupla con él, compone a la única mujer en la que K realmente
puede confiar. Su inteligencia nos deja preguntas que sólo pueden ser
contestadas por nosotros mismos y dan paso a la reflexión. Harrison Ford vuelve
a darle vida a Deckard (no es spoiler ya que aparece en el tráiler y póster
promocional) y se creía que desde el principio sería un protagonista más, sin
embargo su aparición se da cuando la trama ya está muy avanzada por lo cual,
aunque sea clave en la historia, hay que tener mucha paciencia para verlo
entrar en acción.
Y hablando de paciencia, Blade
Runner 2049 no es una película comercial que da secuencias de acción porque sí.
Su ritmo es tan pausado como la primera, se toma el tiempo en cada escena y
esto hace que pueda no ser aceptada por espectadores que buscan algo fácil de
digerir. Sí, en sus 2 horas y 43 minutos de duración algunas escenas se podrían
haber acortado, sin embargo a Villeneuve no le importa el reloj sino crear una
atmósfera inmersiva donde lo planteado de la nada da una vuelta de tuerca y te
cambia el panorama.
A “Blade Runner 2049” cuesta
procesarla, deja muchas más cuestiones sin respuesta que la de 1982, hay que
estar muy atento a lo que dicen los personajes y es muy probable que pierdas el
hilo conductor o que necesites verla de nuevo para captar detalles. En mi
opinión, el director supera a la original gracias a un conflicto más atractivo,
el gran reparto y los nuevos elementos que agrega a este mundo futurístico.
Al fin y al cabo, la película
toca temas profundos como qué es lo que nos hace humanos, la creencia de ser
superiores que los robots (casi idénticos a nosotros), el egoísmo, las ansias
de dominación, lo vital que son los recuerdos en nuestra vida y la capacidad de
amar. Una secuela más que digna que se va a quedar con vos mucho después de
salir del cine.
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