sábado, 21 de octubre de 2017

La conexión entre pasado y futuro

“2:22” es un thriller de Estados Unidos y Australia dirigido por Paul Currie y escrito por Todd Stein y Nathan Parker. Los protagonistas son Michiel Huisman, conocido por su papel de Daario Naharis en la exitosa serie Juego de Tronos, y Teresa Palmer (Clare en la reciente Berlin Syndrome). Se estrenó el 30 de junio de 2017 pero no llegó a salas argentinas.

Dylan tiene una vida rutinaria que se basa en trabajar como controlador del tráfico de aviones. Su padre fue un gran piloto pero él tiene miedo a volar. Un día en su empleo le sucede algo inusual: es como si se desconectara del presente, lo que genera que casi dos aviones choquen. Luego de ser suspendido por semanas, Dylan conoce a Sarah, una de las pasajeras que casi pierde la vida por el descuido de él. Sarah trabaja en una galería de arte, donde su ex novio (Sam Reid) va a presentar un holograma. Dylan comienza una relación con ella y empieza a notar que cada día a determinada hora hay cosas que se repiten: cae una gota de agua, aparece un bicho muerto en su cuaderno, pasa por al lado de una mujer que dice siempre la misma frase, etc. Además tiene una visión de una situación que pasó 30 años atrás en la Terminal Grand Central de Nueva York. Desconcertado por estos patrones que se repiten y que siempre terminan con algún accidente cercano a las 2:22 pm, Dylan deberá conocer en detalle lo que pasó en Grand Central para poder librarse tanto de su muerte como la de Sarah.

La película parte de una idea súper interesante, en la que nos dan toda una explicación sobre las constelaciones, el tiempo y el espacio, para después decaer en picada. Busca ser pretenciosa, aspira a que el espectador no entienda lo que suceda, y luego se torna demasiado previsible, sin dar las respuestas necesarias a lo que se planteó en primera instancia.

Su máximo error radica en la manera en la que está narrada: no tiene ritmo y hay demasiadas escenas en las que no sucede nada relevante, por lo que está justificado que te llegues a aburrir y no la quieras terminar. El guión también es bastante soporífero pero los protagonistas, gracias a su química y carisma, logran su cometido.

Más que un thriller la cinta llega a convertirse en una historia de amor entremezclada con conexiones temporales que unen a la pareja con otras dos personas del pasado. Por desgracia no se supo utilizar bien la temática por lo que cuando termine, casi seguro que en tu memoria no van a quedar rastros de lo que viste. 


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