miércoles, 18 de octubre de 2017

Un desastre artificial

“Geo-Tormenta” (Geostorm, 2017) es una película de ciencia ficción dirigida, co-escrita y co-producida por Dean Devlin. El reparto incluye a Gerard Butler, Jim Sturgess, Ed Harris, Abbie Cornish (Wally en El Romance del Siglo), Andy García, Alexandra Maria Lara (Marlene en Rush), Robert Sheehan (Simon en Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso), Daniel Wu, Zazie Beetz, Eugenio Derbez y Talitha Bateman (Janice en Annabelle 2: La Creación). Llega a los cines argentinos tanto en 3D como 2D el 19 de octubre gracias a la distribuidora Warner Bros.


Jake (Gerard Butler) años atrás diseñó un satélite para controlar las catástrofes naturales de la Tierra pero ahora todo está comenzando a fallar: en Afganistán descubren cuerpos congelados, en la estación espacial una persona murió y en Hong Kong el piso se convirtió en lava, causando la caída de varios edificios. Max (Jim Sturgess) se lleva muy mal con su hermano Jake pero juntos deberán evitar la formación de una Geo-tormenta que puede acabar con la vida humana en la Tierra. Por otro lado, el mal funcionamiento del satélite no es una casualidad: alguien lo desestabilizó y los hermanos, separados por años luz ya que Jake volvió al espacio, deberán descubrir quién fue.


Si miramos para atrás, por el cine ya han pasado varias películas sobre desastres naturales que además cuentan con una buena historia. Las más emocionantes podrían llegar a ser “El Día Después de Mañana” (The Day After Tomorrow, 2004) o “Lo Imposible” (The Impossible, 2012). Otras en las que el argumento es medio flojo pero utilizan buenos efectos para retratar la destrucción de la naturaleza son “En El Tornado” (Into The Storm, 2014) y “Terremoto: La Falla de San Andrés” (San Andreas, 2015). Por el póster promocional de Geo-Tormenta uno llega a creer que las diversas catástrofes que veremos en la pantalla grande van a ser épicas: nos engañaron. 

El film tiene sus mayores fallos en el guión, que desde la primera escena ya nos aburre. Los personajes hablan y hablan en un juzgado, en reuniones políticas, se comunican a través de pantallas tecnológicas con los que están en el espacio, etc. Si el guión estuviera bien armado quizás las conversaciones nos generarían un mínimo interés, pero con el paso de los minutos esto no se revierte y encima se colocan chistes forzados que lo que menos hacen es dar gracia.

La relación entre los hermanos Jake y Max está muy mal desarrollada, al punto que a veces se sube el volumen de la música melancólica para enfatizar lo que está sucediendo. Si desde el primer  minuto no hubo ningún tipo de esfuerzo por hacernos empatizar con ellos dos, de la nada no se puede lograr que nos interese lo que les pasa.

La cinta usa de excusa a los desastres naturales para mostrar una conspiración dentro del gobierno. Sin embargo este aspecto tampoco está bien logrado. El objetivo del villano es demasiado inverosímil, lo que hace imposible que sea tomado en serio. Todo lo que dicen los actores resulta falso y acartonado gracias a los malos diálogos que les dieron. La única que se salva es Talitha Bateman como la hija de Jake, una niña que a pesar de tener dos escenas sabe transmitir la preocupación por la vida de su padre.

Y en cuanto a la destrucción del planeta, aspecto que hay que tener mucha paciencia para que de una vez por todas llegue, también deja mucho que desear. El CGI quizás podría zafar si como espectador nunca se vio una película de este estilo. Caso contrario es fácil darse cuenta de lo mal utilizado que está, haciendo que la conexión con lo que sucede sea nula.

“Geo-Tormenta” quiso mezclar cuestiones políticas y ambientales con científicos espaciales. El resultado es una película catastrófica en la que sus 109 minutos se te harán una eternidad.


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