jueves, 26 de octubre de 2017

Estado ausente

“Alanis” es una película argentina dramática basada en un cortometraje. Está dirigida y escrita por Anahí Berneri, siendo su quinto film. La protagonista es Sofía Gala Castiglione, hija de Moria Casán. También actúa Dante Della Paolera, hijo de Sofía tanto en la realidad como en la ficción. Fue premiada en el Festival de San Sebastián con tres galardones: Concha de Plata a la mejor dirección, mejor actriz y Premio de la Cooperación Española. Llegó a las salas argentinas el 21 de septiembre de 2017 gracias a la distribuidora Cine Tren.


María (Alanis para los clientes) es una joven madre y prostituta que alquila un departamento de Once junto a su amiga Gisela (Dana Basso). El lugar lo usa para vivir, criar a Dante (Dante Della Paolera) y además trabajar. Un día tocan timbre, María abre la puerta y dos policías que se hacen pasar por clientes irrumpen a la fuerza y se llevan presa a Gisela (luego de revisar y romper varias cosas de su hogar). Después de este episodio el dueño del departamento llega y prácticamente deja en la calle a María y su bebé, no queriéndoles abrir la puerta. Así es como Alanis tendrá que rebuscársela yendo a vivir por unos días a la casa de su tía Andrea (Silvina Sabater), que tiene un local de ropa por la zona.

La película nos invita a meternos por 83 minutos en lo difícil que es trabajar de algo sin ningún tipo de protección por parte del Estado. Alanis decide dedicarse a la prostitución, no es víctima de trata. Aparte de que cada uno hace con su cuerpo lo que desee, Anahí Berneri incluye el tema de la maternidad y decide que el foco esté puesto ahí. El tipo de trabajo que optó tener María en ningún momento influye en la calidad de madre que es. Las escenas entre la protagonista y su bebé inundan la cinta, haciéndonos ver cómo ella cuida del niño dándole un amor de lo más sincero.


Sofía Gala Castiglione se consagra como una gran actriz gracias a este rol. Su actuación se siente súper natural, fresca y espontánea. Que su hijo aparezca en la mayoría de las escenas también es para destacar: la química que tiene con su madre es indiscutible y transmite muchísima ternura.

Con una fotografía sombría que nos muestra las calles y plaza de Once, la película exuda realismo con situaciones que sabemos que suceden pero nos ocupamos de ignorar, como por ejemplo el enojo (y hasta violencia) de un grupo de prostitutas porque otra “nueva” se paró en el lugar que ellas estaban.

Se nota que la cinta está hecha con bajo presupuesto, sin embargo esto no hace que el mensaje que quiere dar no quede bien plasmado. El desenlace da un toque de esperanza para el futuro de María, un optimismo que solo no alcanza y hasta el día de hoy tiene que lidiar con un sistema social excluyente.


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