“Línea Mortal: Al Límite”
(Flatliners, 2017) es una película de suspenso escrita por Ben Ripley y
dirigida por Niels Arden Oplev, conocido por “La Chica del Dragón Tatuado” (The
Girl with the Dragon Tattoo, 2009). Funciona como remake del film de 1990 con
el mismo nombre, protagonizado por Julia Roberts, Kevin Bacon, Oliver Platt,
William Baldwin y Kiefer Sutherland (este último tiene un pequeño papel en la
remake). Ahora los actores principales son Ellen Page, Nina Dobrev, Diego Luna,
Kiersey Clemons y James Norton. Llega a las salas argentinas el 12 de octubre
gracias a la distribuidora Sony Pictures.
Cinco estudiantes de medicina se
unen para experimentar qué es lo que sucede cuando el corazón deja de latir por
unos minutos. Al revivir, van notando que sus pecados del pasado los persiguen
por lo que sólo podrán vivir tranquilos si deciden hacerse cargo de sus
errores.
Desde su estreno en Estados
Unidos no hay casi ninguna crítica positiva hacia este film, ya con el horrible
póster promocional parecía una producción mala, por lo que verla con bajas
expectativas ayuda mucho. Nadie pedía una remake de la buena película de 1990,
sin embargo cada vez más se nota en Hollywood que las ideas originales
escasean. Así es como en esta producción se ocupan de que cada uno de los
estudiantes de medicina cargue con la culpa de algo que hizo y ese pecado tiene
cierta similitud con lo que pasaba en la película de los 90, además de que
también está el que no se anima a experimentar qué es lo que pasa luego de
morir.
Al ritmo de frases como “hoy es
un buen día para morir”, somos testigos de lo que hacen cinco jóvenes en el
sótano de un hospital, encabezados por Courtney (Ellen Page), la que perdió a
un ser querido y la que más quiere saber qué es lo que hay en el más allá. La
diferencia que establecieron en esta remake se basa en que luego de volver a la
vida, los chicos tienen habilidades que antes no poseían como también son
perseguidos por entes malignos. Y en este agregado es donde el film falla. Mientras
que todo el primer acto resulta interesante, cuando se decide dar “terror” con
jump scares y efectos malísimos la cinta va perdiendo cualquier atisbo de
credibilidad.
El reparto está en un nivel que
ni es bueno ni malo. No llegamos a empatizar con ninguno de ellos pero tampoco
aburren. Se nota que quisieron darle a la historia una onda más adolescente y
lo consiguen. A pesar de ello hay algo inentendible que sucede en la mitad de
la película aproximadamente que descoloca lo que se venía narrando. No se puede
dilucidar qué es lo que le pasó al director por la cabeza a la hora de armar
esa secuencia, que si entramos en detalles sería spoiler.
“Línea Mortal: Al Límite” hubiese
estado mucho mejor si se apegaba al relato original, sin embargo no es la película
desastrosa que todos creen. Aunque no valga la pena gastar dinero para verla,
es el típico film que entretiene y deja un buen mensaje si querés pasar una
tarde con amigos sin darle mucha vuelta a un argumento sencillo que seguramente
olvides con el paso de los días.
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