“Arpón” es un thriller dirigido por el venezolano Tom
Espinoza, siendo su ópera prima como director y escritor (antes hizo cortos). Co-producida
entre Argentina, España y Venezuela, el reparto incluye a Germán de Silva (José
en la aclamada “Relatos Salvajes”), Ana Celentano, Laura López Moyano (Premio
Revelación por “La Patota”) y el debut cinematográfico de Nina Suárez, hija de
la actriz y cantante Rosario Bléfari. Aunque la cinta fue filmada durante
cuatro semanas en la ciudad de Berazategui, el director viene pensando las
ideas del film hace cinco años. Luego de pasar por variados festivales, entre
ellos el de Chicago, Torino, Varsovia y Valladolid, el estreno en Argentina
está pautado para el 7 de diciembre.
La historia se centra en Argüello (Germán de Silva), un
director de escuela que día a día se rige por sus propias reglas: revisa las
mochilas de cada alumno, trata mal a los demás, se deja llevar por sus
impulsos, entra donde no le corresponde, etc. La única de las alumnas que le
hace frente es Cata (Nina Suárez), una chica de 14 años que guarda un objeto
peligroso. Debido a un accidente y sin lograr contactar a su familia, Argüello
deberá hacerse cargo de ella por una noche. Lo que no sabe es que eso tampoco
será para nada fácil en su vida, ocasionándole un gran problema a futuro.
La película abarca varias temáticas interesantes que pueden
apreciarse si desde un principio tenemos en cuenta que es un producto de
ficción. Por un lado tenemos a un hombre que aprovecha su posición de poder. Su
autoritarismo es un aspecto normal en esa escuela y él se justifica a sí mismo
gracias al objeto que encontró en las pertenencias de la problemática Cata.
Germán de Silva compone a una persona que influye temor porque uno no sabe hasta
dónde es capaz de llegar. No lo conocemos en profundidad pero por sus acciones
captamos que cuando se propone algo, no para hasta cumplirlo.
El carácter fuerte de Cata lo descoloca por completo,
haciendo que las escenas juntos sean súper disfrutables de ver. Nina Suárez es
toda una revelación: sólo con su mirada penetrante, ya que los diálogos son
escasos, logra transmitir la soledad que siente. Cata hace cosas que en su
interior sabemos que no desea y su único objetivo es el de pertenecer. Hay una gran
crítica hacia lo que implica el ser popular en la adolescencia, con el boom de
las redes sociales y sus estereotipos de belleza. La joven también demuestra
sus dotes para el canto en un rap con mucho significado. Aunque su rol es
primordial en la película, me hubiese gustado que desarrollaran en mayor medida
su situación familiar.
Debido al bajo presupuesto se produce un abuso del uso de
cámara en mano, por lo que hay demasiados planos cerrados donde sólo vemos la
nuca del protagonista caminando. Sin embargo cuando llega la tensión, lo hace
con toda la fuerza, manteniéndonos intrigados por lo que pasó.
Ser testigos de cómo se manejan los profesores dentro de un
colegio resulta interesante, y más si escuchamos lo que hablan entre ellos, sin
sus alumnos presentes. Ana Celentano en el papel de la maestra Sonia hace un
gran trabajo a la hora de expresar lo que quiere conseguir de los chicos, qué
enseñanzas desea dejarles. Su relación con el director es ardua, con peleas que
van aumentando a medida que transcurren los 82 minutos.
La película hace foco en la trata de personas sin que sea su
tema central sino una vía para llegar a lo que se quiere contar. Al principio
creemos saber para qué camino nos quiere llevar Tom Espinoza, sin embargo luego
eso cambia completamente y las teorías armadas desaparecen, lo que puede dejarnos
decepcionados. Únicamente pasado un tiempo de su visionado uno descubre lo que
se quiso transmitir: en ese ámbito la naturalización es plena.
Puede que “Arpón” sea un largometraje pequeño, sin embargo
los tópicos que toca, sus buenas actuaciones y originalidad lo hacen grande. Casi
imposible que no te atrape su historia.
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