“Okja” es una película dramática surcoreana estadounidense
original de Netflix dirigida por Bong Joon-ho y co-escrita por él y Jon Ronson.
Está protagonizada por la niña Ahn Seo-hyun y tiene un reparto ejemplar que
incluye a Tilda Swinton, Jake Gyllenhaal, Paul Dano, Giancarlo Esposito, Steven
Yeun, Lily Collins y Devon Bostick. Fue ovacionada en el Festival de Cannes que
se llevó a cabo el 18 de mayo de 2017. A la plataforma de películas llegó el 28
de junio.
Mija vive con su abuelo en las pacíficas montañas de Corea
del Sur. Desde los cuatro años cuida a Okja, una cerda gigante que es su mejor
amiga. Luego de 10 años la corporación multinacional Mirando llega a la casa de
Mija, comandada por el presentador de tv Johnny Wilcox, que pretende llevarse
al animal a una competencia de Nueva York por ser “la mejor súper cerda de
todas”. Mija, con la ayuda del Frente de Liberación Animal, viajará a Estados
Unidos y hará lo imposible para recuperar a su mejor amiga en una ciudad llena
de consumidores y empresarios capitalistas.
Con una idea muy original, la película parte de lo que
parece una fábula para niños a diversas críticas a la sociedad. En el prólogo
ambientado en 2007 somos oyentes del discurso convincente que brinda Lucy
Mirando, directora de la corporación. Ella parece haber encontrado la solución
a la escasez de comida que está sufriendo el mundo: descubrió una nueva especie
de animales, va a mandar a 26 súper cerdos a distintos países para que sean
criados por granjeros y luego de 10 años sólo el mejor regresará. Su monólogo
esperanzador termina con que lo más importante del cerdo es que “tiene que ser
delicioso”, dejando atrás toda la bondad que se había transmitido antes y ya
poniendo en foco de qué va a tratar el film.
La globalización de la ciudad de Nueva York, lo artificial
que es Lucy Mirando, que sólo quiere dar una excelente imagen empresarial y la
estrella de tv ridícula Johnny Wilcox generan un marcado contraste con la
naturaleza armoniosa en la que se crió Okja en las montañas de Corea. A lo
largo del metraje el tono de comedia con música alegre se va transformando en
un drama devastador, con escenas crudas que muestran el maltrato animal, cómo
se maneja la industria alimentaria (la imagen que da a través de las redes
sociales y lo que hace en realidad), la importancia del negocio y el dinero por
sobre cómo se obtiene la comida, el pensamiento de los consumidores que ignoran
si el alimento es transgénico o no, lo que importa es que sea barato, y la violencia
por parte de la policía a la hora de
reprimir a los ambientalistas.
Los buenos efectos visuales que se utilizaron para crear a
Okja la hacen creíble y desde que aparece en pantalla nos encariñamos con ella.
La relación entre la niña y su mascota es adorable, se entienden con sólo
mirarse. Aunque la mayoría de los actores sean reconocidos mundialmente, la que
se destaca es la nena Ahn Seo-hyun, uno con sólo verla actuar unos minutos ya
sabe que arriesgaría su propia vida para salvar a Okja, su lazo es irrompible.
Tilda Swinton se mete en la piel de Lucy Mirando y no le puede salir mejor:
extra maquillada y estratega, su falsedad se nota a millas de distancia. Jake
Gyllenhaal como el zoólogo televisivo combina el absurdo de sus atuendos con el
histrionismo de su manera de ser. Paul Dano encarna al líder del Frente de
Liberación Animal, un hombre que se rige por sus ideales y al que, sino se
respetan sus órdenes, no se puede pertenecer al grupo.
El film conforma una sátira social bien lograda ya que el
espectador sabe que muchas de las situaciones no podrían pasar en la realidad,
pero en el contexto de la película tienen sentido, como por ejemplo que los
proteccionistas de animales sean representados como terroristas o que se haga
un festival en las calles de Nueva York con un cerdo gigante.
Llena de moralejas y con un final tan perfecto como
agridulce, Okja se convierte en una cinta necesaria para los tiempos que
corren, haciéndonos poner incómodos y querer cambiar el método por el cual se
consigue nuestra cena.
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