“Burnt” (Una Buena Receta, 2015) es
una película dramática dirigida por John Wells y protagonizada por Bradley
Cooper. Sienna Miller, Daniel Bruhl, Omar Sy, Riccardo Scamarcio, Sam Keeley,
Matthew Rhys completan el elenco junto a apariciones breves de Emma Thompson,
Alicia Vikander, Uma Thurman y Lily James.
La trama gira en torno a Adam
Jones, un reconocido chef de París que ganó dos estrellas Michelin por sus
deliciosos platos. Debido a su comportamiento arrogante y al abuso de drogas,
Adam se alejó de la gastronomía, generándole problemas a sus compañeros de
trabajo. En Nueva Orleans se impuso como auto-castigo abrir un millón de
ostras, volver a estar sobrio y luego viajar a Londres para abrir un nuevo
restaurant y finalmente conseguir la tercera estrella Michelin. Para eso tendrá
que convencer a sus antiguos compañeros de volver a trabajar con él y reclutar
a otros nuevos, mientras que se hace chequeos de salud semanales con la doctora
Rosshilde.
El film nos hace parte de la
competencia severa que se vive dentro del ámbito culinario, donde vemos cómo se
deben acatar las órdenes al instante y cómo un artículo del periódico puede
afectar al negocio. Para los chefs los “hombres de Michelin” son como su
Biblia: Michelin envía inspectores a comer a los restaurantes y dar estrellas
(o a veces ninguna). Nunca se conoce la identidad de estas personas por lo que
siempre los platos deben estar perfectos para cada comensal.
Con esta premisa somos testigos
de la ambición de Adam Jones, el cual busca la perfección a toda costa sin que
nada lo detenga. Ni siquiera se conforma con las críticas buenas, para él que
un alimento esté 10 segundos más en la sartén ya es un pecado irremediable y
hay que volver a cocinar todo de nuevo.
En la primera parte de la
película detestamos a Bradley Cooper, un hombre neurótico que no duda en romper
los platos, gritar a su equipo y creerse el único capacitado para hacer las
cosas bien. Lo que no entiende es que para ser eficiente se necesita confiar en
el otro y trabajar juntos.
Los planos en detalle de cada
alimento, los colores y la música enérgica ayudan a sentirnos dentro de esa
cocina, donde la presión y el nerviosismo están a la orden del día.
Es una lástima que actrices como
Emma Thompson y Alicia Vikander tengan tan pocos minutos en pantalla, la
primera encarnando a la doctora de Adam y la segunda como su ex novia. Sus
personajes no aportan mucho a la historia y ni hablar de Uma Thurman que sólo
aparece pocos segundos como una crítica gastronómica.
Otra desventaja de Burnt se basa
en que nunca le dan mucha importancia a la infancia difícil que tuvo Adam y su
período con las drogas por lo que no logramos conocer en profundidad al
protagonista. Sin embargo, Bradley Cooper se carga la película al hombro y sale
bien parado.
Burnt es ideal para los amantes
de la comida que buscan una historia esperanzadora a pesar de tener todo en
contra. Con drama, amor y acción dentro de la cocina, entretiene y deja una
buena moraleja.
Eso sí: ¡te aseguro que te vas a
tentar con cada plano de alimentos dulces y salados!
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