viernes, 30 de junio de 2017

Pedacitos de la vida en Roma

“A Roma Con Amor” (To Rome With Love, 2012) es una comedia romántica dirigida y escrita por Woody Allen, que también actúa, cosa que no hacía desde su película “Scoop” en 2006. El reparto además incluye a Ellen Page, Alec Baldwin, Jesse Eisenberg, Greta Gerwig, Roberto Benigni, Monica Nappo, Alison Pill, Flavio Parenti, Judy Davis, Fabio Armiliato, Alessandro Tiberi, Penélope Cruz, Alessandra Mastronardi y Antonio Albanese. Llegó a las salas argentinas el 28 de junio de 2012 gracias a la distribuidora Diamond Films.


La película cuenta cuatro historias independientes entre sí que se desarrollan en la mágica ciudad de Roma:

1)   Por un lado está la turista Hayley, que comienza una relación con el abogado romano Michelangelo. Jerry y Phyllis, padres de Hayley, viajan a Italia para conocer al yerno y a su familia. Jerry en el pasado fue director de ópera, y al escuchar al consuegro cantar como los dioses en la ducha, se propone que su voz sea escuchada en un escenario.
2)    Antonio y Milly, pueblerinos de Pordenone, planean mudarse a Roma ya que los tíos de él le ofrecieron trabajo allí. En el hotel, antes de conocer a los familiares de Antonio, Milly quiere ir a la peluquería para tener una buena primera impresión. Al ser nueva en Roma, se pierde y conoce de casualidad a Luca Salta, un actor italiano que admira. Mientras tanto, en el cuarto de hotel donde está Antonio, la prostituta Anna es enviada por equivocación y, al no poder contactar a Milly, Antonio decide hacer pasar a Anna por su esposa.
3)   Leopoldo es un oficinista que tiene una vida de lo más rutinaria con su mujer y dos hijos. Un día sin saber por qué se convierte en una persona famosa, los periodistas lo acechan y le preguntan qué comió en el desayuno, cuál es su postura para dormir y cómo piensa que estará el clima. Leopoldo va a ver cómo es vivir siendo una celebridad.
4)   El gran arquitecto John está pasando unos días en Roma con su mujer y amigos. Mientras se separa de ellos y busca el lugar donde antiguamente vivió, se encuentra con Jack, un estudiante de arquitectura que lo invita a su casa. John será la voz de la conciencia de Jack cuando él se empiece a enamorar de la mejor amiga de su novia.

La originalidad y las situaciones alocadas son el eje de esta película, en la que Woody Allen explota su ingenio con elementos de fantasía que llevan a críticas sociales y tocan temas como la jubilación en referencia a la muerte, la infidelidad, idealizar a una persona, no hacerle caso a la razón y sí al corazón, los anhelos internos, la monotonía, el deseo sexual, el hecho de manipular a través del habla y las disputas al conocer a los padres del novio de tu hija. Todo esto acompañado por una música agradable y bellos paisajes de la ciudad eterna de Roma.
El guión descabellado y la maravillosa elección de casting hacen que nos introduzcamos en la magia desde el comienzo. Cada personaje tiene una manera de ser muy marcada y distinta, lo que genera que entendamos a la perfección, sin perdernos, cada una de las historias y cuándo se va pasando a otra y luego a otra. Esto también se debe a lo bien editada que está la película.
Hay risas aseguradas, momentos inexplicables en la vida real y el absurdo está a la orden del día. Lo único que le juega en contra a To Rome With Love es su duración: después de conocer lo que le está pasando a cada personaje, sorprenderse y ser testigo de la caótica ciudad, se siguen haciendo los mismos chistes y no se avanza a otra cosa, por lo que en los últimos minutos se hace un poco larga.

No llegando a ser tan espléndida como su anterior obra (Medianoche en París, 2011), Woody Allen consigue crear un film innovador y disparatado, con personajes queribles que gracias a sus líneas logran hacernos disfrutar y reír por la extravagancia de lo que están viviendo. 


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