“No Toques Dos Veces” (Don’t
Knock Twice, 2016) es una película británica de terror sobrenatural dirigida
por Caradog W. James, escrita por Mark Huckerby y Nick Ostler y protagonizada
por Katee Sackhoff (Battlestar Galactica) y Lucy Boynton (Sing Street). Llegó a
las salas argentinas el 22 de junio de 2017 gracias a la distribuidora BF +
Paris Films.
Jess, una escultora casada
con un banquero, quiere recuperar a su hija adolescente Chloe, luego de haberla
abandonado años atrás en una casa de acogida debido a su adicción a las drogas.
Chloe al principio se rehúsa, no quiere saber nada de la madre que la dejó
atrás. Con su amigo Danny una noche se dirigen hacia la casa abandonada de una
mujer que se cree que es una bruja demoníaca. La leyenda urbana dice que si se
toca dos veces la puerta de esta anciana, el espíritu de Mary Aminov volverá a
la vida y se querrá llevar consigo a los que golpearon la puerta. Danny y Chloe
tocan la puerta creyendo que sólo es un mito, y la chica después de
experimentar eventos espeluznantes decide volver a la casa de su madre.
Al principio la historia
resulta diferente a la mayoría de propuestas de terror ya que en este film se
explora la relación madre e hija, hay un trasfondo y los personajes nos llegan
a importar. Katee Sackhoff como la madre que quiere volver a establecer una
relación con su hija logra un buen trabajo, como también Lucy Boynton mostrando
rechazo y aceptando volver al hogar materno como única opción para salvarse. Si
la película hubiese seguido los pasos de su comienzo, centrándose en estos dos
personajes, seguramente hubiese dado resultado.
A medida que transcurren los
minutos se plantea una investigación policial que no hace más que confundirnos,
no sabemos quién persigue a Chloe porque se muestran diversas figuras sin
sentido y se abren portales que conducen a cualquier lado. Una mezcla rara que
termina con un final mediocre y que, cuando los créditos aparecen en pantalla,
se llega a la conclusión de que el director no supo para donde encaminar la trama.
Los escenarios ayudan a
crear una atmósfera tenebrosa. En la mansión de Jess abunda la oscuridad y el
silencio, pareciera que en ese lugar el Sol no existe y las esculturas de
arcilla agregan cierta solemnidad. La música fuerte en los momentos de tensión
da resultado pero debido a los jump scares se pierde lo que se había creado.
Algunos te hacen saltar de la butaca, es verdad, pero otros no generan nada.
Las primeras secuencias de
terror están bien logradas, en particular una en la que Jess está afuera de la
casa, las luces se apagan y Chloe está dentro. Cuando se decide explotar el
tema de lo sobrenatural, con escenas largas y portales salidos de donde sea, la
incoherencia juega en contra y, aunque no entendemos nada, deseamos que la
película acabe.
No Toques Dos Veces podría
haber sido un buen film si no metiera tantos elementos inconexos y sólo se
basara en la relación madre/hija. Esperemos el estreno de “Viene de Noche” la
semana que viene, que sí promete ponernos los pelos de punta.
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