miércoles, 31 de octubre de 2018

Descubriendo un nuevo mundo


“El Cascanueces y los Cuatro Reinos” (The Nutcracker and the Four Realms, 2018) es una película de fantasía dirigida por Lasse Hallström (Un Lugar Donde Refugiarse, La Razón de Estar Contigo) y Joe Johnston (Jumanji, Capitán América: El Primer Vengador). Escrita por Ashleigh Powell, la historia es una reinvención del cuento tradicional “El Cascanueces y el Rey de los Ratones” de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann. Protagonizada por Mackenzie Foy, joven reconocida por interpretar a Renesmee Cullen en Amanecer Parte 1 y 2, el reparto se completa con Keira Knightley, Jayden Fowora-Knight, Helen Mirren, Morgan Freeman, Matthew Macfadyen (Darcy en “Orgullo y Prejuicio), Richard E. Grant, Eugenio Derbez, Misty Copeland, Ellie Bamber y Tom Sweet.


1879, Londres. En pleno invierno, la pequeña Clara (Mackenzie Foy) no se siente con ánimos de celebrar la Navidad ya que recientemente su madre Marie falleció. Cuando el señor Stahlbaum (Matthew Macfadyen) reúne a sus hijos Louise (Ellie Bamber), Fritz (Tom Sweet) y Clara alrededor del árbol navideño para entregarles los obsequios que les dejó Marie, Clara recibe un huevo valioso que solo puede abrirse con una llave especial que no está en la caja. Frustrada, la joven se dirige junto a su familia al baile anual organizado por su padrino Drosselmeyer (Morgan Freeman), un hombre aficionado a la mecánica. Durante la búsqueda de regalos, Clara sigue un hilo dorado con su nombre. Éste la conducirá a un nuevo mundo dividido en la Tierra de los Copos de Nieve, la Tierra de las Flores, la Tierra de los Dulces y un cuarto reino donde se encuentra la tirana Madre Ginger (Helen Mirren). Con el leal soldado Phillip (Jayden Fowora- Knight), Clara, que allí es considerada una princesa, irá conociendo lo que hizo su madre en ese lugar y deberá ponerse manos a la obra para restaurar el orden.


Disney se caracteriza por brindarnos historias súper creativas, con grandes mensajes y personajes inolvidables. Sin embargo, este año nos falló rotundamente con el estreno de “Un Viaje en el Tiempo” (A Wrinkle in Time) y ahora vuelve a hacerlo con este filme. Aunque desde lo visual la cinta cumpla con creces gracias al bello diseño de vestuario y los imponentes paisajes creados por computadora, que incluyen un elegante palacio central, la trama hace agua por donde se la mire.

Su introducción no es para nada desacertada, ya que logra despertar el interés gracias a Clara, una protagonista curiosa a la que no le importan las apariencias como sí tienen relevancia para su padre, por lo que las diferentes maneras de sobrellevar la pérdida de Marie son diferentes para cada uno y los hacen pelearse seguido. Es una lástima que el comienzo tenga un desarrollo tan rápido dado que cuando se pasa al mundo fantástico, los errores comienzan a acumularse.

Por empezar, al ingresar a esta nueva tierra la chica no demuestra ningún tipo de perplejidad o asombro, lo que consigue que, como espectador, ya no nos sintamos tan conectados con ella. Que persiga a un animal cueste lo que cueste recuerda muchísimo a “Alicia en el País de las Maravillas” (Alice in Wonderland) así como que el tiempo del mundo real transcurra más lento solo nos hace pensar en “Las Crónicas de Narnia” (incluso Clara llega a la Tierra de los Copos de Nieve primero).

No obstante, lo que más molesta no es la poca originalidad sino que el argumento no tenga razón de ser. Tenemos escenas con una gran cantidad de ratones, payasos y soldados de plomo que cobran vida pero al no contar con buenas explicaciones sobre la estadía de Marie o lo que pasó en el cuarto reino, todo lo “mágico” que pretenden transmitir los directores se pierde casi de inmediato.

Por el título, uno llega a creer que las diferentes tierras tendrán relevancia. Error. Con un montaje a las apuradas, es fácil llegar a la conclusión que la película podría ser lo mismo sin el líder de la nieve ni el de las flores, ya que no aportan absolutamente nada al relato. No pasa lo mismo con Sugar Plum (Keira Knightley), la reina de la Tierra de los Dulces. A ella sí se le da bastante tiempo en pantalla, pero esto tampoco funciona ya que el personaje es completamente inaguantable tanto por su tono de voz como por su superficialidad. Keira Knightley otorga el peor papel de su carrera, además de ser parte de un giro en la trama que brilla por su incoherencia.

Es así como “El Cascanueces y los Cuatro Reinos” se convierte en un filme soso sin intenciones claras, que ni siquiera convencerá a los más chicos. Su existencia puede compararse a la de un regalo que parece que será maravilloso por su bonito envoltorio, sin embargo una vez abierto la decepción es mayor por tratarse de un carbón.

Puntaje: 4

El tiempo pasa

“Todavía” (2018) es una comedia dramática argentina dirigida y escrita por Tomás Sánchez, siendo ésta su segunda película luego de “Otro Corazón” (2012). Filmada en Purmamarca y Mar del Plata, el reparto incluye a Betiana Blum, Martín Slipak, Romina Gaetani, Pablo Rago, Hugo Arana, Víctor Laplace, Beatriz Spelzini, Paula Reca, Silvana Bosco, entre otros. Está inspirada en hechos reales.


Gracias a un transplante de corazón, Aralia (Betiana Blum) puede seguir con su vida descansando y cuidándose más. Sin embargo, la mujer no quiere quedarse sin hacer nada: su deseo es organizar una ceremonia de cenizas con música para darle el último adiós a su marido Rafael (Víctor Laplace) en el Cerro de los Siete Colores. El problema consiste en que sus tres hijos no tienen una buena relación. Cada vez que Diego (Pablo Rago) ve a Lucho (Martín Slipak) es para reclamarle que no hizo las cosas como se debe con su madre, aparte de que Emi (Romina Gaetani) se alejó hace años de la familia y consiguió triunfar sola en España. Reunidos en Jujuy, con la mujer con la que estuvo Rafael cuando se separó por un tiempo de Aralia, con Sol (Paula Reca), la actual novia de Lucho, y demás personas relacionadas, la conmemoración servirá para unir y reforzar estos vínculos que estaban a la deriva.

Yendo a lo que verdaderamente importa, “Todavía” es de esas cintas que están diseñadas para ser transmitidas un domingo a la tarde en la televisión, donde no hay nada mejor que hacer. Con una melodía que se repite durante casi todo el metraje (inclusive en el comienzo y los créditos), la trama pretende dar lecciones sobre las segundas oportunidades, el amor y los buenos tratos entre integrantes de la misma familia, sin embargo en ningún momento consigue emocionar por tener personajes estereotipados y casi sin desarrollo.

El contenido resulta muy pobre para ser convertido en una película, por lo que veremos algún que otro cliché y chistes que no terminan de provocar la risa deseada. Con la subtrama de Lucho y su chica (un amor a primera vista sumamente inverosímil), el film despierta un poco el interés ya que la joven no solo tiene un malestar estomacal sino que está embarazada de otro hombre. Aunque los paisajes de Jujuy son imponentes y lindos de ver, así como el vasto mar de Mar del Plata, el guión no está bien estructurado, en especial por la molesta voz en off de la protagonista y el sinfín de momentos que no aportan nada relevante a la historia.

Puede que este tipo de película ultra sencilla hubiese funcionado unos cuantos años atrás, pero ahora ya no basta con que el conflicto central sea mentirle a una mujer mayor sobre las cenizas de su difunto esposo, que accidentalmente cayeron en una pileta y fueron reemplazadas por carbón. El marido, interpretado por Víctor Laplace, solo es visto por Aralia en un traje blanco, mientras los demás ven a la señora bailar, hablar o caminar sola. Aunque el film tiene este toque fantástico y su previsibilidad es suprema, puede llegar a ser ameno para los que se dirijan a verlo sin ningún tipo de objeción.

Puntaje: 5

martes, 30 de octubre de 2018

El inigualable Freddie

“Bohemian Rhapsody” (2018) es una película biográfica que comenzó siendo dirigida por Bryan Singer (Jack, el Cazagigantes) para luego pasar a las manos de Dexter Fletcher ya que el primero fue despedido por Fox debido a sus numerosas ausencias al rodaje. Escrita por Anthony McCarten, el que daría vida a Freddie Mercury en un principio sería Sacha Baron Cohen (Hugo, Alicia a través del Espejo); no obstante fue desvinculado de la producción en 2013 por no llegar a los consensos creativos necesarios. Finalmente, el rol fue tomado por Rami Malek (Una Noche en el Museo, Mr. Robot). Completan el reparto Lucy Boynton (Sing Street), Allen Leech (Tom en Downton Abbey), Joseph Mazzello, Ben Hardy, Gwilym Lee, Mike Myers, Aidan Gillen (Juego de Tronos), Aaron McCusker, Tom Hollander, entre otros.


Londres, 1970. El maletero Farrokh Bulsara, nacido en Zanzíbar y posteriormente conocido como Freddie Mercury (Rami Malek), se la pasa escribiendo canciones como hobbie. Una noche en un bar conoce a la banda de rock “Smile”, compuesta por Brian May (Gwilym Lee), Roger Taylor (Ben Hardy) y John Deacon (Joseph Mazzello). Mientras presencia el show, Freddie fija su mirada en Mary Austin (Lucy Boynton), joven que trabaja vendiendo ropa y luego se convertirá en su novia. Cuando el concierto llega a su final, afuera del bar Mercury se entera que Smile se quedó sin vocalista, por lo que no duda en proponer ser él la nueva voz principal del grupo. Desde ese momento seremos testigos de la consolidación de “Queen”, una de las mejores bandas de la historia.


Como se puede notar, desde hace años este filme viene teniendo diversas polémicas y trabas en su realización. Incluso con el lanzamiento del primer tráiler las quejas no tardaron en aparecer, ya que a muchos no les pareció correcto que la cinta pareciera darle más relevancia a las relaciones de Freddie con mujeres por sobre las que tuvo con personas de su mismo sexo. A pesar de todos estos problemas, “Bohemian Rhapsody” indiscutiblemente se alza como una de las mejores películas del año, una que funciona tanto si sos o no fanático de Queen.

Por empezar, la cinta tiene el poder de atrapar al espectador y no soltarlo durante las dos horas y cuarto de duración. La vida de Freddie se convierte en un viaje tan fascinante como atractivo en donde Rami Malek otorga una interpretación excelente que hace que sea difícil dejar de observarlo. De rasgos exóticos, forma de vestirse estrafalaria y con una rebeldía plena, su fuerte carácter y pasión por la música dan cuenta de que no había mejor actor para encarnar a Mercury que él.

Con la sabia decisión tomada de que Malek no sea el que cante, dado que nadie podría ni siquiera igualar el talento de la voz de Freddie, los momentos musicales contagian una energía única en la que resulta inevitable mover los pies al ritmo de “We Are The Champions”, “Don’t Stop Me Now” o “Under Pressure”. A la vez, la presentación en piano de “Love Of My Life”, con un público multitudinario y miles de luces en alto, constituye una de las escenas más mágicas del filme.

En cuanto a las críticas que recibió el primer vistazo de la película, queda corroborado que nunca se puede juzgar a un largometraje por su tráiler. Es verdad que a la relación de Freddie con Mary se le da muchísima importancia, lo que no está mal teniendo en cuenta que Mary fue el gran amor de su vida; pero además el guión plasma de una forma inteligente, que nunca necesita ser explícita, cómo Mercury comienza a interesarse por el género masculino. Con solo un par de miradas nos es suficiente para darnos cuenta de lo que sucede.

La experimentación de sonidos en el estudio, el no querer encasillarse en un único género, la lucha por sacar una canción de seis minutos como single, la soledad y las malas juntas son algunas de las partes que están súper bien retratadas. Los directores construyeron a un Freddie Mercury que, ante todo, es humano y comete errores, lo cual nos hace sentirnos mucho más cerca del gran artista.

“Bohemian Rhapsody” nos deja embobados ante lo que estamos viendo, así como también emociona y logra que no paremos de sonreír. Como frutilla del postre, el concierto Live Aid del 13 de julio de 1985 en el Estadio Wembley de Londres está a la altura del máximo esplendor que vivió Freddie, un cantante que, por más que ya no esté, nunca dejará de ser icónico.

Puntaje: 10

jueves, 25 de octubre de 2018

Mi fiel compañera

“Alfa” (Alpha, 2018) es una película dramática dirigida por Albert Hughes y escrita por Daniele Sebastian Wiedenhaupt. El reparto incluye a Kodi Smit-McPhee (The Road), Jóhannes Haukur Jóhannesson (Caín en Noé), Mercedes de la Zerda, Marcin Kowalczyk y Chuck, un perro lobo checoslovaco de cinco años. La voz narradora es puesta por Morgan Freeman.


Europa, 20.000 años atrás. Al joven Keda (Kodi Smit-McPhee), hijo de Tau (Jóhannes Haukur Jóhannesson), ya le llegó la hora de convertirse en hombre, por lo que parte de la tribu lo acompaña en una expedición. Durante un enfrentamiento con una manada de bisontes salvajes, Keda termina siendo arrastrado y tirado al vacío por uno de los animales, aunque su padre trata de evitarlo. Convencidos de que el chico ha fallecido, los demás cazadores abandonan el lugar. No obstante, Keda sobrevivió al ataque y deberá volver a hacerlo cuando unos lobos lo persigan. Totalmente solo y sin saber cómo regresar a su hogar, Keda irá estableciendo una relación de amistad con Alfa, una loba herida que fue dejada de lado por su familia. Con la cercanía del congelado invierno, animal y humano deberán confiar el uno en el otro para continuar con vida.


Con una trama ultra sencilla, el mayor acierto del filme indiscutiblemente pasa por la excelente fotografía del austríaco Martin Gschlacht. Cada paisaje prehistórico resulta todo un deleite para la vista, a la vez que da cuenta de lo vasto, armonioso y solitario que es el mundo. Otro aspecto que hace que la cinta funcione muy bien consiste en la elección de actores no tan reconocidos, que encima hablan una lengua ficticia (pero que en ningún momento nos hace dudar de su realismo). De esta manera nos es más fácil creernos la historia, a la vez que el correcto vestuario también ayuda.

Sin embargo, la cinta está lejos de ser perfecta y puede hacer bostezar a más de uno, en especial en su introducción. Con un comienzo que nos muestra escenas del episodio salido de control con los bisontes, el guión hace que volvamos una semana para atrás hasta llegar de vuelta al mismo suceso. Debido a esto, lo que más espera el espectador (ver a la loba y al chico) se hace desear bastante. Cuando por fin el animal entra en escena, por suerte el interés resurge.

La creencia en las rocas, el respeto a los ancestros, lo difícil que es generar fuego y las adversidades del clima son solo algunos de los elementos que, aunque estén bien retratados, inevitablemente hacen pensar en que esto ya se ha visto en otras producciones. Muchos seres vivos fueron hechos con CGI, no obstante que la loba principal sea real nos hace empatizar con ella de inmediato gracias a su tierna mirada e insistencia por no separarse de Keda una vez que él la echa.

Puede que “Alfa” no sea para nada original, abuse de la cámara lenta en ciertas partes y tenga un inicio que aburra. A pesar de ello, desde lo técnico el filme logra ser maravilloso y la amistad forjada entre hombre y lobo es muy linda de ver.

Puntaje: 7

martes, 23 de octubre de 2018

La complicidad

“Rojo” (2018) es un thriller policial dirigido y escrito por Benjamín Naishtat (Historia del Miedo, El Movimiento). Coproducido entre Argentina, Brasil, Francia, Alemania y Holanda, el reparto incluye a Darío Grandinetti (Relatos Salvajes), Andrea Frigerio (El Ciudadano Ilustre, Mi Obra Maestra), Alfredo Castro, Laura Grandinetti, Rafael Federman, Diego Cremonesi, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Toronto International Film Festival, en donde fue nombrada para formar parte de la Selección Oficial en la sección Platform, convirtiéndose en la primera película argentina seleccionada para dicha competencia. Además, obtuvo tres galardones en el Festival de San Sebastián: Mejor Dirección, Mejor Actor (Darío Grandinetti) y Mejor Fotografía (Pedro Sotero).


1975, en alguna provincia de Argentina. Claudio Morán (Darío Grandinetti) es un respetado abogado de un pueblo que vive tranquilamente con su esposa Susana (Andrea Frigerio) y su hija Paula (Laura Grandinetti), que está de novia con Santiago (Rafael Federman). Una noche, Claudio se encuentra en una mesa de un colmado restaurante esperando por su mujer cuando percibe que un hombre lo observa desde unos metros. “El Hippie” (Diego Cremonesi) se acerca y le pide al mozo esa mesa donde está sentado Claudio ya que le parece una falta de respeto que él tenga que esperar su turno mientras el señor no está pidiendo ninguna comida. Esto produce un altercado en el lugar que luego continúa afuera y desemboca en una tragedia. Tres meses después, el ex policía y detective chileno Sinclair (Alfredo Castro) se presenta en una celebración con el objetivo de interrogar a Claudio sobre el paradero del Hippie, lo cual hará que el abogado se ponga nervioso y  decida aparentar con la típica “acá no ha pasado nada, queremos paz”.


Si hablamos de Golpe de Estado, películas nacionales sobran. No obstante “Rojo” tiene una originalidad que sorprende y es súper bienvenida para el espectador. Con una primera escena introductoria seguida de una secuencia potente que constituye uno de los momentos más tensos de la cinta, el filme se destaca por centrarse en el comportamiento de la sociedad años antes de la dictadura que ya conocemos. Así, Naishtat nos hace testigos de cómo se manejaba la gente durante la intervención federal, lo común que era aparentar para pertenecer, callarse, esconder y que los cuestionamientos solo queden en la mente de cada uno.

Con una perfecta utilización de la música, unos encuadres que da gusto ver y una fotografía sublime, el director construyó una trama que no sigue a un hecho puntual, más bien está compuesta de distintos momentos que constituyen una metáfora ya sea a las desapariciones del futuro como al miedo en el que ya estaban inmersos los argentinos. Los cortes de las escenas pueden resultar abruptos, sin embargo al analizarla uno se da cuenta de que no existía la necesidad de continuar cada hecho para entender a dónde se quiere llegar con lo expuesto.

En cuanto a las actuaciones, todas están muy bien, en especial la de Darío Grandinetti, Alfredo Castro y Diego Cremonesi. El detective consigue incomodar con su seriedad, fija mirada y manera de hablar. Para él las cosas son blancas o negras, no hay grises. Aunque Cremonesi tiene poco tiempo en pantalla, su interpretación de “El Hippie” queda en la memoria tiempo después del final del filme.

La impunidad que había con las armas, las desapariciones que nadie se ocupaba en resolver por estar la municipalidad intervenida, el peso que tenía la religión, el accionar de los medios al tapar lo que verdaderamente importaba con la llegada de los vaqueros norteamericanos y el orgullo que había que sentir por el suelo argentino son solo algunas de las cosas en las que pone el foco Benjamín Naishtat. Pero, por sobre todo, “Rojo” deja pensando en cómo cada persona fue cómplice de alguna manera para que la etapa más oscura de nuestro país se haga realidad.

Puntaje: 9

El regreso de Michael Myers

“Halloween” (2018) es una película de slasher y suspenso que funciona como secuela de la cinta del mismo nombre estrenada en 1978. Basada en los personajes creados por John Carpenter y Debra Hill, la dirección pasó a manos de David Gordon Green, el cual también se encargó del guión junto a Danny McBride y Jeff Fradley. Aparte de ser una de las productoras ejecutivas, Jamie Lee Curtis vuelve a encarnar a Laurie Strode. Completan el reparto Judy Greer (Si Tuviera 30, Jurassic World), Nick Castle, Andi Matichak, Haluk Bilginer, Virginia Gardner (Runaways), Will Patton, Dylan Arnold, Rhian Rees, Jefferson Hall, entre otros.


Haddonfield, Illinois. Cuarenta años después de los eventos ocurridos en la primera entrega, el asesino psicópata Michael Myers (Nick Castle) está por ser transferido a una institución mental más deplorable. Dana (Rhian Rees) y Aaron (Jefferson Hall), periodistas de investigación, están en posesión de su máscara y van a visitarlo con el objetivo de profundizar más sobre las muertes de esa fatídica Noche de Brujas. Sin embargo, desde que Michael se encuentra allí no emitió ni una palabra a pesar de estar consciente, por lo que ahora no va a ser la excepción. Los investigadores probarán suerte yendo a la casa de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), mujer que sobrevivió al Hombre del Saco siendo una adolescente. La señora nunca pudo recuperarse de la tragedia, por lo que durante muchos años se estuvo preparando para matar por sí misma a Myers. Cuando un padre y su pequeño hijo descubran en la autopista que el vehículo que transportaba a los pacientes dementes se salió del carril y está vacío, el doctor Sartain (Haluk Bilginer), psiquiatra de Michael, no tardará en darse cuenta que este Halloween puede ser aún más peligroso.


Luego de múltiples secuelas fallidas, por fin estamos ante una que le hace justicia a la película original. “Halloween” (2018) respeta la estética del título y los créditos iniciales, además de que John Carpenter vuelve a hacer uso de la icónica musiquita que pondrá los pelos de punta a más de uno. Pero por sobre todo el gran acierto pasa por la historia, donde tenemos a personajes que ya conocemos y otros nuevos que serán aceptados de inmediato por el espectador, en especial Karen (Judy Greer) y Allyson (Andi Matichak), hija y nieta de Laurie respectivamente.

Jamie Lee Curtis se luce al interpretar a una Laurie Strode que ya no conserva casi ningún aspecto de la personalidad que mantenía en su juventud. Inestable, ruda y de armas tomar, el trauma que le dejó Michael generó que se aislara de la población y que la crianza de su hija Karen sea a base de instrucciones sobre cómo protegerse frente a un enemigo. El director desarrolla muy bien cómo es la relación madre e hija en la actualidad, como también logra retratar el vínculo entre la abuela y la nieta.

En cuanto al terror, se puede decir que la cinta no decepciona al darnos secuencias llenas de una tensión totalmente genuina, donde uno tiene miedo de lo que pasará pero a la vez le es inevitable despegar los ojos de la pantalla. Forcejeos, cuchillazos y varios aplastes de cráneos hacen que el filme sea mucho más violento y sangriento que el de 1978.

Aunque durante la segunda mitad del film cierta actitud que toma el psiquiatra hace perder el grado de verosimilitud que se venía manejando, “Halloween” se convierte en una secuela de visión obligatoria para todo aquel que le gustó la original. Michael Myers tiene una presencia mayor, los silencios transmiten nerviosismo y, con esta producción, el slasher está más vivo que nunca.

Puntaje: 8,50

lunes, 22 de octubre de 2018

Adelantada a la época

“Colette: Liberación y Deseo” (Colette, 2018) es un drama biográfico dirigido por Wash Westmoreland (Still Alice), el cual también escribió el guión junto a Richard Glatzer y Rebecca Lenkiewicz. Coproducido entre Reino Unido, Estados Unidos y Hungría, el reparto está compuesto por Keira Knightley, Dominic West (Mona Lisa Smile, Tomb Raider), Denise Gough, Aiysha Hart, Fiona Shaw, Eleanor Tomlinson (Isabelle en “Jack el Cazagigantes”), Shannon Tarbet, Ray Panthaki, entre otros.


Borgoña, 1892. Sidonie-Gabrielle Colette (Keira Knightley) es una chica de campo que mantiene una relación a escondidas con Willy (Dominic West), empresario literario mucho mayor que ella. Al año siguiente, Willy presenta en la sociedad de París a Gabrielle, que ya es su esposa. Por más que lo ama, Colette se da cuenta de las reiteradas mentiras de su marido así como de los exuberantes gastos en las fiestas, alcohol o apuestas. Al estar en una complicada situación económica, a Willy se le ocurre una idea: que Colette escriba para él novelas de Claudine, personaje que la joven utilizó para narrar su vida cuando iba a la escuela. Los libros se convierten en un éxito repentino y todo el crédito se lo lleva Willy, que al estar tan fascinado por la fama obligará a Colette a escribir más historias de Claudine cueste lo que cueste.


Por su trama puede parecer que este relato ya lo vimos en otras producciones como “Ojos Grandes” (Big Eyes, 2014), “Mary Shelley” (2017) o “La Esposa” (The Wife, 2017), que en nuestro país se estrenó hace unas semanas. Aunque “Colette: Liberación y Deseo” parece ir hacia ese mismo camino en donde el hombre toma autoría de obras que no le corresponden, el filme va mucho más allá, logrando distinguirse por sobre las demás películas de época.

Y si pensamos en este estilo de filmes, qué mejor que tener a Keira Knightley como protagonista. Después de verla en “Orgullo y Prejuicio” (Pride & Prejudice, 2005), “Expiación, Deseo y Pecado” (Atonement, 2007), “Anna Karenina” (2012), entre otras, aquí se pone en la piel de la reconocida novelista y artista francesa. Su trabajo resulta notable gracias a la evolución que tiene a medida que pasan los minutos. Colette desarrolla un carácter y manera de pensar que en ese tiempo era inimaginable. No se queda de brazos cruzados ante los variados engaños de su esposo, sino que lo confronta cada vez que puede, otorgando peleas que constituyen algunas de las mejores escenas de la película. Dominic West también se destaca al encarnar a un hombre que más que el amor le interesaba el negocio y usaba a la mujer para su conveniencia.

Da bronca ver cómo Willy desprestigiaba a su mujer, haciéndola sentir que sus textos no valían nada por tener muchos adjetivos o ser muy femeninos, a la vez que justificaba sus affaires expresando que los impulsos están en la naturaleza del hombre y no pueden frenarse. Por otro lado, la cinta toca temas como la bisexualidad y la posibilidad de que una mujer pueda ser independiente al trabajar y ganarse su propio dinero, hecho que para la época era extraño así como que el sexo femenino se vista de traje y no siempre utilice vestidos o tenga el pelo largo.

Con un buen ritmo, música acorde y hermosa fotografía, “Colette: Liberación y Deseo” le hace justicia a la maravillosa vida de Gabrielle, una persona llena de valentía, audacia e inteligencia.

Puntaje: 8,50

Clases sociales diferentes

“Locamente Millonarios” (Crazy Rich Asians, 2018) es una comedia romántica dirigida por Jon M. Chu y escrita por Peter Chiarelli y Adele Lim. Basada en la novela homónima de Kevin Kwan, el reparto incluye a Constance Wu, Henry Golding, Michelle Yeoh, Lisa Lu, Gemma Chan, Awkwafina (Ocean’s 8), Sonoya Mizuno, Jimmy O. Yang, Remy Hii, entre otros.


Nacida en China y criada en Estados Unidos, la profesora de economía Rachel Chu (Constance Wu) hace un tiempo que mantiene una relación con Nick Young (Henry Golding). Una noche en un bar luego de salir de trabajar, Nick le propone viajar a Singapur, su país de origen, ya que quiere estar presente en la boda de su mejor amigo Colin (Chris Pang) y de paso desea presentar oficialmente a su novia entre la familia. Lo que no sabe Rachel, y se terminará enterando allá, es que Nick es el heredero de una enorme fortuna, el casamiento es el evento más esperado del siglo y toda la familia Young tiene un altísimo poder adquisitivo. Al no ser adinerada y encima inmigrante, la joven Rachel deberá lidiar con las miradas reprobatorias de la mayoría de chicas que la envidian y con el descontento de Eleanor Young (Michelle Yeoh), madre de Nick que se rehúsa a darle el visto bueno.


Con una historia que en ciertos momentos recuerda a “La Cenicienta” (Cinderella, 1950), “Locamente Millonarios” se destaca por ser la primera película de Hollywood en donde el estudio decidió respetar la cultura asiática mostrada en la novela, por lo que en el elenco no tenemos a caras ya conocidas. Esto le otorga muchísima frescura al relato, la cual ayuda a que los clichés de este cuento de hadas moderno no molesten para nada.

Gracias a una buena producción, los lujos de la familia Young no dejan de asombrarnos durante toda la trama. Ya sea por los altísimos edificios, la multitudinaria despedida de soltero, la celebración para las chicas que incluye compra masiva de ropa y spa o el diseño interno del hogar de Eleanor, la cinta nunca deja de ser atractiva y, por sobre todo, muy entretenida. No obstante lo importante no pasa por las cosas materiales sino por la buena construcción que hay del personaje protagónico femenino: aunque al principio Rachel se pone mal por no encajar en ese mundo, con el tiempo entiende que ella no tiene por qué avergonzarse de su persona.

En cuanto a las demás actuaciones, Michelle Yeoh hace un gran trabajo al encarnar a la madre de Nick. Solo con su presencia la actriz es capaz de imponer respeto y distancia. Por otro lado, Awkwafina aporta la cuota cómica al ser la amiga de Rachel. Sus comentarios y ocurrencias harán reír en más de una ocasión.

Con una edición acertada ya que el ritmo se mantiene durante las dos horas, la película también despierta el interés al mostrar comidas típicas de Asia tales como los dumplings. Además, la importancia de la abuela de la familia está bien retratada.

La escena que da comienzo a la cinta, ambientada en 1995, termina siendo completamente innecesaria como muchos personajes presentados una vez que los protagonistas llegan a Singapur. La subtrama planteada con respecto a los problemas de pareja de una de las primas de Nick importa poco y nada, aparte de que muchos hechos se caracterizan por su inverosimilitud.

Sin embargo, “Locamente Millonarios” no fue realizada para ser analizada minuciosamente, más bien es de esos filmes en el que desde un comienzo aceptás sus reglas y te dejás llevar por la propuesta. Disfrutable, graciosa y con un buen mensaje, la película consigue hacer feliz al espectador tanto durante como después de su visionado, y eso es más que un logro.

Puntaje: 8

La misteriosa Emily

“Un Pequeño Favor” (A Simple Favor, 2018) es un thriller cómico dirigido por Paul Feig (Damas en Guerra, Cazafantasmas) y escrito por Jessica Sharzer. Basado en la novela homónima de Darcey Bell, el reparto incluye a Anna Kendrick (Pitch Perfect, Into The Woods), Blake Lively, Henry Golding, Joshua Satine, Ian Ho, Andrew Rannells, Rupert Friend, Bashir Salahuddin, entre otros.


La historia se centra en Stephanie Smothers (Anna Kendrick), una joven mamá viuda que tiene un videoblog sobre manualidades y recetas. Un día lluvioso, al pasar a buscar a su hijo Miles por la escuela, el pequeño le ruega pasar más tiempo con su compañero y amigo Nicky (Ian Ho). La madre de Nicky es la sofisticada y elegante Emily Nelson (Blake Lively), encargada de las relaciones públicas en una empresa de moda. Aunque estas dos mujeres pareciera que no tienen nada en común, debido a sus hijos irán entablando una relación de amistad en la casa de Em, donde después de varias copas de ginebra se irán contando los más profundos secretos. Pasadas unas semanas, Emily le pedirá ese “pequeño favor” a Stephanie, el cual consiste en que esta última retire a Nicky del colegio ya que ella está muy atareada en su trabajo y Sean (Henry Golding), su marido, se encuentra en Londres cuidando a su madre. No obstante, desde ese momento Emily no volverá a aparecer, lo que llevará a Stephanie a indagar sobre qué fue lo que realmente le sucedió.


Reconocido por dirigir comedias femeninas, Paul Feig en este caso se mete en un relato con toques de “Perdida” (Gone Girl, 2014) o “La Chica del Tren” (The Girl on the Train, 2016) pero que se distingue por sí solo al mantener su propio estilo, uno que nunca deja de lado el humor filoso para adultos, las situaciones absurdas y un glamour soñado. La cinta capta el interés gracias a la química que hay entre las dos protagonistas, que mantienen charlas rápidas y astutas llenas de chistes inteligentes que funcionan.

Cada vez que Blake Lively aparece en pantalla eclipsa todo lo demás, ya sea por su dominante carácter como por sus variados trajes que le dan una importancia indescriptible. Anna Kendrick no se queda atrás al construir a un personaje muchísimo más maternal, inocente y hasta un poco torpe, que se encarga de los quehaceres de la casa sin protestar y confía en que a los pocos días Emily ya será una amiga para toda la vida. El choque de estas personalidades ultra opuestas, sumado al aporte de buenas canciones francesas, invita al espectador a también querer saber qué es lo que pasó con la despampanante Emily.

No obstante muchos saldrán de la sala desconcertados al no tener en cuenta de antemano el género de “Un Pequeño Favor”. A medida que avanza la trama, la película cuenta con muchos giros en el guión que resultan inverosímiles (alguno que otro es innecesario). También lo que ocurre es que, al aportar información tan rápido, el espectador se pierde fácilmente y no se logra distinguir adonde es que quiere llegar el director. El film se vuelve desorganizado y confuso aparte de que nunca pierde su cuota cómica, lo que ya sobre el desenlace consigue agobiar.

Aunque “Un Pequeño Favor” tiene un muy buen desarrollo en su primera hora, la conclusión sobre lo que le pasó a Emily no es tan sorprendente como se esperaba. Si ya vas con la idea de que esta cinta no es para tomársela en serio, su visionado será mucho más disfrutable.

Puntaje: 7

Polos opuestos

“Solo el Amor” es una película nacional romántica y musical dirigida por Andy Caballero y Diego Corsini (Solos en la Ciudad, Pasaje de Vida). Ellos también se encargaron del guión junto a Yamila Saud (Hipersomnia), actriz que comparte el protagónico con Franco Masini (El Clan, Inseparables). Filmada en la Ciudad de Buenos Aires, completan el reparto Facundo Gambandé, Bautista Lena, Andrea Frigerio, Gerardo Romano, Josefina Ramírez y Victorio D’Alessandro.


La historia se centra en Noah Langdon (Franco Masini), un joven cantante que, con sus amigos Eric (Facundo Gambandé) y Danny (Victorio D’Alessandro), tiene una banda de rock llamada “Beso Cósmico”. Una mañana, Noah está apurado por llegar al garaje para ponerse a ensayar por lo que inevitablemente termina chocando con la abogada Emma Salomé (Yamila Saud), tirándole todos sus papeles. Noah queda maravillado por la belleza de Emma y, gracias a que sin darse cuenta se quedó con uno de sus expedientes, puede volverla a ver e invitarla a un bar donde Beso Cósmico hará una presentación. El comienzo de una relación amorosa se verá truncado por la repentina fama de Noah, que desde que tiene como mánager a Maia Levin (Andrea Frigerio) causa furor tanto en la prensa como en cada lugar al que se dirige.


Las películas nacionales para adolescentes son casi inexistentes, en especial si tenemos en cuenta el aspecto musical. “Solo el Amor” viene a llenar este vacío en el género, sin embargo lo hace de la peor manera posible. La cinta tiene un exceso increíble de clichés que, sumado a lo idiotas que resultan los personajes, solo consigue que sea imposible tomársela en serio. Por otro lado, los guionistas copiaron descaradamente elementos de “Diario de una Pasión” (The Notebook, 2004): sin ir más lejos, el protagonista se llama Noah, la chica adora pintar pero lleva una vida estructurada debido a su estricto padre y los dos provienen de “mundos diferentes”. Incluso en cierto momento del filme se hace referencia a esa película, lo que deja aún más claro que cada vez hay menos inspiración y originalidad.

En cuanto a la dirección, el film luce más como un videoclip súper extenso que un largometraje en sí. Esto era de esperarse si tenemos en cuenta que Andy Caballero es reconocido por haber dirigido más de 150 videos musicales. El problema no es la banda de sonido, sino cómo se la utilizó en la trama. Al no tener tanto contenido por narrar, las escenas en las que Noah practica con su guitarra se vuelven repetitivas y monótonas, aparte de que la edición no es fluida ni por asomo.

Para colmo, la química entre Franco Masini y Yamila Saud no da resultado. Los actores no dan buenas interpretaciones, aunque hay que tener en cuenta que es muy complicado sobrellevar un guión tan pobre e inverosímil. Sus personajes son extremadamente planos e ingenuos, además de que toman decisiones erróneas que hacen que la poca simpatía que les teníamos se pierda.

Párrafo aparte para la ridiculez que constituye Andrea Frigerio en el filme. La actriz, lookeada con una peluca rubia platinada corta e impoluto traje blanco, se la pasa hablando en una combinación de inglés con español cero creíble que solo da gracia por lo bizarras que son todas sus escenas.

Empalagosa y sin creatividad, “Solo el Amor” únicamente será aceptada por niñas de 13 y 14 años que sean fanáticas de Masini. Para los demás, la cinta será otra historia de amor mal desarrollada que pasará directamente al olvido.

Puntaje: 3,50

Huida constante

“Transit” (2018) es una película dramática dirigida y escrita por Christian Petzold (Bárbara, Phoenix). Coproducida entre Alemania y Francia, la cinta está basada libremente en la novela homónima de Anna Seghers publicada en 1944. El reparto incluye a Franz Rogowski, Lilien Batman, Maryam Zaree, Godehard Giese, Paula Beer (Frantz), Bárbara Auer, Sebastian Hülk, entre otros. Fue nominada en la categoría “Mejor Película” en el Festival Internacional de Chicago, el Festival de Cine de Sidney y el de Nuremberg, ganando solo en este último.


Ambientada en una Francia actual ocupada por los nazis, Georg (Franz Rogowski) es un alemán que deberá escaparse cueste lo que cueste. Debido a un malentendido, Georg toma la identidad de un escritor muerto, lo cual le sirve para poder utilizar la visa que le garantizará refugio en México. En su viaje, antes de irse a América, conocerá a Melissa (Maryam Zaree), una mujer sordomuda que maneja el lenguaje de señas y se encariñará con su hijo asmático Driss (Lilien Batman). Además, se enamorará de Marie (Paula Beer), una mujer que vive esperando por su marido.


Como se puede notar, lo curioso de este largometraje pasa por la decisión del director de trasladar al día de hoy una historia que concordaría con la época de la Segunda Guerra Mundial. Petzold no necesita dar explicaciones, más bien se basa en las imágenes, para retratar el enorme sufrimiento de los refugiados, problemática que hace pensar en cómo están las cosas en Europa ahora mismo, donde aún no se halla una solución. Así seremos testigos de una Marsella colmada de fascistas que con sus vehículos y hostigadoras sirenas deambulan por las calles deteniendo y aplicando la violencia a quien les plazca. En este sentido, se nos hace fácil imaginar que el escenario expuesto podría ser real. Los permisos de residencia en el Consulado y las continuas redadas ayudan a crear una atmósfera opresiva donde los únicos sentimientos que prevalecen son la vergüenza y el miedo.

No obstante, la trama avanza a un paso tan lento y confuso que inevitablemente el interés se va perdiendo. Cada vez cuesta más conectar con lo que va pasando, además de que la voz en off en tercera persona no sirve para enganchar al espectador. Hubiese funcionado mucho mejor sin ella ya que todo lo que se cuenta tranquilamente lo podemos ver con nuestros propios ojos.

El acierto del título de la cinta es absoluto debido a que no solo se refiere a que los refugiados no tienen un lugar fijo donde vivir (el protagonista pasa por edificios, restaurantes, transporte, puertos, etc) sino que también los personajes secundarios no están desarrollados, pasando por la vida de Georg rápidamente. En especial Marie, encarnada por Paula Beer, que más que como atracción romántica el director la usa como fantasma (Georg casi siempre la ve de lejos y luego desaparece).

Con un final muy abierto en el que se hace imposible descifrar qué pasó verdaderamente, “Transit” gustará a los que ya conocen el estilo y trabajos previos de Christian Petzold.

Puntaje: 6

miércoles, 17 de octubre de 2018

Un viaje alocado


“All Inclusive” es una comedia nacional romántica dirigida por Diego y Pablo Levy. Ellos también se encargaron del guión junto a Ignacio Sánchez Mestre. El reparto incluye a Julieta Zylberberg, Alan Sabbagh, Mike Amigorena, Marina Bellati, Mariana Chaud, Martín Campilongo, Santiago Korovsky, entre otros.


La historia se centra en la pareja compuesta por el arquitecto Pablo (Alan Sabbagh) y Lucía (Julieta Zylberberg), una modelo que se dedica a hacer publicidades de barritas de cereal. Los dos nunca se casaron pero conviven hace más de cinco años. Pablo tiene una gran oportunidad en su trabajo ya que debe vender uno de sus proyectos de edificio a una compañía japonesa, sin embargo las cosas no salen como él esperaba y su jefe lo despide. Esa noche, sin contarle lo ocurrido a su novia, Pablo tiene un impulso y desde Internet compra boletos de avión y estadía en un hotel con todo incluido a Brasil. En estas vacaciones espontáneas, Lucía y Pablo compartirán actividades con otra pareja compuesta por Ana María (Marina Bellati) y Mariana (Mariana Chaud), además que conocerán al enérgico gerente Gilberto (Mike Amigorena).

Muchos ni siquiera leerán la sinopsis de All Inclusive al ver su banal póster promocional, sin embargo no todo es lo que parece y si vamos más allá de las apariencias la película resulta toda una sorpresa. Súper divertida y disfrutable en cada minuto, el filme logra sacar muchas carcajadas y tiene un ritmo que nunca decae, por lo que su duración ni se siente al estar tan compenetrados con lo que va pasando. Esto sucede principalmente gracias al guión y las verosímiles actuaciones.

Cada actor del reparto tiene su momento para destacarse, no obstante los que más brillan son Julieta Zylberberg y Alan Sabbagh. Sus interpretaciones son muy naturales y frescas, a la vez que la dinámica entre ellos nos resulta familiar: mientras que Pablo es más tranquilo y estructurado, Lucía es creativa, activa y se prende con más facilidad a cualquier actividad. Las pequeñas peleas que se dan entre ellos una vez que dejaron atrás la rutina de Buenos Aires tranquilamente podrían suceder en la vida real, lo que hace que este noviazgo sea muy atractivo para el espectador.

Mike Amigorena entretiene al hablar en un portugués entendible y al ser tan entusiasta con los planes para pasar unas excelentes vacaciones. En cierto punto el montaje se torna brusco al volver a Argentina, pero todo tiene sentido al enterarnos luego lo que sucedió la última noche en Brasil.

Aunque durante el último tramo los hechos sean disparatados, All Inclusive nunca pierde su esencia, haciendo que con su desenlace uno salga feliz de la sala. Si buscás una película simple con muy buenos diálogos, no te guíes por el póster ni mires el tráiler (que spoilea demasiado) y andá a verla sin dudarlo.

Puntaje: 8

En busca de inspiración

“Gauguin, viaje a Tahití” (Gauguin: Voyage de Tahitiaka, 2017) es un drama biográfico francés dirigido por Edouard Deluc, siendo éste su tercer largometraje. Escrito por Deluc, Etienne Comar, Thomas Lilti y Sarah Kaminsky, el reparto incluye a Vincent Cassel (El Cisne Negro), Tuhei Adams, Pernille Bergendorff, Teiva Monoi, Marc Barbé, entre otros.


París, 1891. El artista plástico Paul Gauguin (Vincent Cassel), cansado de ver siempre las mismas caras y objetos de Francia, decide viajar hacia la isla de Tahití para cambiar de aire y poder realizar pinturas más significativas. Aunque le insiste a su esposa Mette (Pernille Bergendorff) que luego se una a él en esta travesía y lleve a sus cinco hijos pequeños, la mujer decide no acompañarlo al no estar de acuerdo con la aventura que propone Paul. En la selva tropical, Gauguin conocerá a Tehura (Tuhei Adams), joven que mantendrá una relación amorosa con el pintor (aprobada por sus padres a pesar de la diferencia de edad) y será la protagonista de varios de sus cuadros.

Rodada en la Polinesia y luego en París, con “Gauguin, viaje a Tahití” seremos testigos de solo un tramo en la vida del artista, una etapa muy significativa que estuvo marcada por el amor, la exploración y la sencillez. Con un ritmo pausado y sereno, el filme sale airoso gracias a la interpretación de Vincent Cassel, que desde su mirada logra empatizar con el espectador a pesar de las variadas decisiones erróneas que Gauguin tomó en ese tiempo. Entristece ver cómo el trabajo de Paul, el cual disfrutaba mucho haciéndolo, para la época no tenía valor ni se le daba un poco de la atención que merecía; a la vez, el actor transmite muy bien la desesperación al quedarse sin lienzos para pintar ni dinero con el que salir a flote.

La fotografía es otro punto fuerte de la película. El cinematógrafo Pierre Cottereau nos ofrece muchos paisajes naturales donde el foco está puesto en la belleza del cielo, las cascadas, colinas y los diferentes tonos de verdes en la vegetación. Hay un buen balance entre los momentos lindos, como el disfrute de Gauguin al pintar a su amada o correr con los niños de la tribu, y los más dramáticos tales como cuando Paul sufre un ataque al corazón o se dedica a ser estibador ya que nadie se fija en su arte.

El problema de la cinta está en que no tiene un inicio, desarrollo y desenlace bien marcado, todo se maneja en una misma línea que no la hace ser una producción memorable. Algunas situaciones entre Paul y Tehura podrían haber sido más detalladas, como sí queda en evidencia la naturalización de la violencia de la mujer en ese momento; sin embargo la película constituye un buen material para los que quieren conocer la solitaria y sufrida vida de Gauguin, un hombre que, como muchos otros pintores, murió en la indigencia y solo después de su fallecimiento fue reconocido como debía.

Puntaje: 7

Entre el sueño y la realidad

“La Casa del Eco” es una película nacional dramática y de suspenso psicológico que constituye el debut como director de Hugo Curletto, que también se encargó del guión. Rodada en Córdoba, el reparto está compuesto por Gerardo Ottero, Guadalupe Docampo, Pablo Tolosa, Gina Cavagna y Rubén Gattino.


La historia se centra en Alejo (Gerardo Ottero), un arquitecto que vive con su esposa Ana (Guadalupe Docampo) y su hija Elena (Gina Cavagna), a la cual le encanta la gimnasia artística. En el día del cumpleaños, su padre le regala la escritura de una parcela de pinos ubicada en Alpa Corral. Con la reciente caída de una pared en la obra donde trabaja, Alejo emprenderá un viaje con Ana hacia la montaña. Guiados por Pedro (Pablo Tolosa), un lugareño armado, el trastorno de sueño progresivo que padece Alejo se hará cada vez más presente.

La ópera prima de Curletto se caracteriza por ser de lectura abierta, por lo que cada espectador puede interpretarla como quiere o no llegar a ninguna conclusión en absoluto. El filme se desarrolla en dos tramas diferentes: por un lado el tiempo en familia que pasa Alejo, yendo a buscar a su hija al colegio o no sintiéndose satisfecho con su trabajo, y por otro la cabalgata con su esposa y el guía en busca del lugar que le obsequió su padre. La línea entre lo que es un sueño y lo que es real cada vez se vuelve más confusa y es primordial saber que las explicaciones nunca llegarán.

Con un silencio predominante por sobre los diálogos, la cinta se vuelve parsimoniosa y demasiado metafórica. Insectos caminando sobre troncos o frutas, piruetas de la niña y una maqueta de un edificio que está diseñado para producir eco son solo algunos de los elementos que invitan a pensar qué es lo que el director quiso transmitir. Por más que el filme se torne aburrido, consigue dejar una sensación rara en el espectador ya sea por la música utilizada o la crisis existencial del protagonista.

La paternidad, el conflicto en la pareja, la incomunicación, la soledad y el vacío son temáticas que se hacen presentes en “La Casa del Eco”, una película en donde la bella dirección de fotografía, sumado al sonido de los pájaros, hace que sea fácil sumergirse dentro del rústico bosque. Luego de su visionado, una de las tantas incógnitas quedará latente: ¿alcanza con lo que somos?

Puntaje: 6,50

miércoles, 10 de octubre de 2018

Recordando cómo ser niño

“Christopher Robin: Un Reencuentro Inolvidable” (Christopher Robin, 2018) es una película dramática y de fantasía dirigida por Marc Foster (Finding Neverland, Stay, World War Z) y escrita por Alex Ross Perry, Tom McCarthy y Allison Schroeder. Basada en los personajes creados por A. A. Milne y Ernest Shepard, el reparto incluye a Ewan McGregor, Hayley Atwell (Peggy Carter en el Universo Cinematográfico de Marvel), Bronte Carmichael, Mark Gatiss, Oliver Ford Davies, entre otros. Las voces de los peluches fueron puestas por Jim Cummings, Nick Mohammed, Brad Garrett, Peter Capaldi, Toby Jones, Sara Sheen y Sophie Okonedo. 


Luego de pasar su infancia jugando con Winnie the Pooh y sus amigos en el bosque de los Cien Acres ubicado en el condado de Sussex, Inglaterra, Christopher Robin (Orton O’Brien de niño, Ewan McGregor de grande) deberá partir hacia un internado. El niño sufrirá la muerte de su padre y varios años después conocerá al amor de su vida en el transporte público, irá a la guerra y tendrá una hija llamada Madeline (Bronte Carmichael). Ya adulto, Christopher trabaja en una empresa que se dedica a diseñar maletas de equipaje. El empleo hace que Robin no tenga tiempo para estar con su esposa Evelyn (Hayley Atwell) y su hija, por lo que las dos emprenderán viaje a la cabaña de verano sin él. No obstante, Christopher recibirá una inesperada sorpresa: en una de las plazas cercanas a su hogar se reencontrará con Winnie, el osito con el que tantos momentos pasó durante sus primeros años de vida. A pesar de que Robin quiere escapar de esa situación ya que tiene mucho papeleo por hacer, no podrá dejar solo al animalito fanático de la miel. Así es como el humano volverá al bosque de los Cien Acres, que ahora está oscuro, vacío y lleno de niebla, para tratar de hallar a Tigger, Igor, Piglet, Conejo, Rito, Kanga y Búho.


Nostalgia, dulzura y corazón es lo que prima en esta producción live action que funciona como secuela de las historias con las que muchos crecimos de niños en donde Winnie y Christopher se embarcaban en variadas aventuras llenas de enseñanzas. Los guionistas supieron capturar la personalidad de cada peluche a la perfección, por lo que será completamente sencillo recordar por qué nos encariñamos tanto con los personajes en el pasado. Con los primeros teasers y trailers, muchas dudas había sobre el diseño de los animales, ya que lucían muy distintos a su versión animada. Sin embargo, puede afirmarse que el CGI está muy bien utilizado y solo era cuestión de verlos en movimiento con sus voces originales por más tiempo para captar que la magia sigue intacta.

Aunque se pueda llegar a creer que el filme va dirigido a los más chicos, en realidad el director construyó una trama que impactará mucho más en los que crecieron viendo a Winnie the Pooh y sus amigos en la televisión. Tanto el oso como el burro tienen excelentes líneas de diálogo que invitan a reflexionar y profundizar sobre el diferente concepto del tiempo que hay cuando se es chico, el hallazgo de la felicidad en cosas tan simples como un globo, el poder de la imaginación y el darse cuenta de qué es lo que verdaderamente importa en la vida.

Con un montaje extraordinario que en el comienzo alterna las páginas de un cuento con los hechos de la infancia, adolescencia y adultez del protagonista, “Christopher Robin: Un Reencuentro Inolvidable” se convierte en una película entrañable que emociona y hace reír durante casi todo su metraje. Si de chiquito veías a Pooh, no te podés perder las enormes moralejas que continúa ofreciendo.

Puntaje: 9,50