miércoles, 26 de septiembre de 2018

El atrapa niños


“Slender Man” (2018) es una película de terror dirigida por Sylvain White y escrita por David Birke. Basada en el personaje creado por Víctor Surge, el reparto está compuesto por Julia Goldani Telles, Joey King (Ramona & Beezus, 7 Deseos), Annalise Basso (Capitán Fantástico), Jaz Sinclair, Taylor Richardson, Alex Fitzalan, entre otros.


La historia se centra en Hallie (Julia Goldani Telles), Wren (Joey King), Chloe (Jaz Sinclair) y Katie (Annalise Basso), cuatro jóvenes estudiantes que son mejores amigas y viven en un pueblo de Massachusetts. Al enterarse que un grupo de chicos se juntarán en una casa para invocar a Slender Man (hombre delgado, muy alto, sin cara y con ramificaciones), ellas deciden hacer lo mismo por lo que a la noche se reúnen y buscan información en Internet. Luego de una semana de haber visto un video perturbador sobre la criatura, las amigas no se sienten igual que siempre ya que las pesadillas son recurrentes. En una excursión al cementerio organizada por el colegio, Katie desaparece sin dejar rastro. Desde ese momento, Hallie, Wren y Chloe no la pasarán para nada bien.


Vayamos al grano: si hay un filme que abunda en errores es éste. Primero y principal, Slender Man está catalogada como película de terror, sin embargo en ningún momento genera miedo salvo algún que otro salto en la butaca por el sonido fuerte repentino. Cuando ya se hace un abuso de este recurso, sumado a los repetitivos sonidos raros al anochecer y las recurrentes alucinaciones, la cinta se vuelve cada vez más y más aburrida. Y lo peor es que en ningún momento logra repuntar.

En vez de explicar aunque sea un poco el origen del monstruo, el director optó por contar una historia que pasa de un cliché a otro sin parar. Personajes estúpidos, búsqueda de datos por Google, pueblito en el que casi nunca pareciera que viven adultos, un bosque tenebroso, un video maldito y la lista continúa. A pesar de que la película dura tan solo una hora y media, luego de los primeros minutos uno no ve la hora de que acabe.

Por otro lado, los efectos especiales dejan mucho que desear. Cuando a Slender Man se lo muestra en todo su esplendor, con sus múltiples brazos y su cara sin ojos, nariz ni boca, el efecto no es el esperado (más bien da risa). En varios momentos donde las escenas son en blanco y negro el film recuerda bastante a La Llamada (The Ring, 2002) por lo que la falta de originalidad resulta notoria.

En cuanto a las actuaciones, las jóvenes hacen lo que pueden con el pobre guión que se les dio. Joey King logra ser la más convincente por el único motivo de que su personaje en cierto punto es mucho más sensato que los demás. Hay partes que carecen totalmente de lógica, como por ejemplo que las chicas se preocupen por su amiga desaparecida pero que a otra que anda perturbada no le den demasiada importancia o que la criatura haga videollamadas.

Si lo que buscás es una película con buenos sustos y trama, “Slender Man” no es recomendable. Lenta, sin ritmo ni mucho contenido interesante, la cinta queda en el olvido ni bien acaba.

Puntaje: 3

martes, 25 de septiembre de 2018

Viviendo en una mentira

“Pie Pequeño” (Smallfoot, 2018) es una película familiar animada dirigida y co-escrita por Karey Kirkpatrick. Está basada en el libro “Yeti Tracks” de Sergio Pablos, reconocido por ser el creador de “Mi Villano Favorito” (Despicable Me). Las voces originales fueron puestas por Channing Tatum, James Corden, Zendaya, Common, Gina Rodríguez, LeBron James, Danny DeVito, entre otros.


La historia se centra en Migo (Channing Tatum), un yeti que vive en una comunidad con sus pares en lo alto de las montañas. Liderados por el Guardián de la Piedra (Common), estas criaturas tienen creencias basadas en las rocas sobre el lugar en el que viven y la salida del Sol. Cuando Migo descubre de casualidad a un pie pequeño llamado Percy (James Corden), que luego pierde de vista, el Guardián de la Piedra se enojará ya que esa afirmación va contra lo que está escrito en las piedras, entonces expulsará a Migo de su hábitat. Unido a la “Asociación de Evidencia de Pie Pequeños” comandada por Meechee (Zendaya), hija del jefe de la tribu, Migo emprenderá una búsqueda para hallar a Percy y llevarlo en persona a su pueblo para así demostrar de una vez por todas que los humanos existen.


Estamos ante un filme muy divertido y entrañable en donde los adultos también la pasarán bien junto a los pequeños. Lo innovador de “Pie Pequeño” tiene que ver con que aquí el punto de vista está puesto, en su mayoría, en los yetis. Estos hombres de las nieves que viven en el Himalaya no son abominables, más bien todo lo contrario: trabajan en equipo, se respetan el uno al otro y transmiten felicidad. El diseño que se le dio a estas criaturas, así como los hermosos escenarios nevados, funcionan a la perfección ya sea por el pelaje que luce muy real o la luminosidad que hace que la cinta sea un total acierto en el apartado visual.

Al principio pareciera ser que la película no tiene definido el rumbo que quiere tomar, sin embargo una vez que Migo es expulsado de la comunidad las situaciones que van ocurriendo se ponen cada vez más interesantes. La amistad construida entre Migo y Percy se va dando lentamente porque al comienzo no hay confianza ni tampoco se logran entender ya que no poseen un idioma en común. Esta relación nos da momentos graciosos que funcionan muchísimo más que los de un yeti y una cabra puestos en el film con el único objetivo de ser comic relief.

La música tiene una gran importancia durante todo el metraje. Lamentablemente en la versión castellana las canciones no consiguen quedar en la memoria por la simple razón de que en variadas ocasiones no se logra entender bien lo que los personajes están cantando. Teniendo voces como la de Zendaya, James Corden y Niall Horan, hubiese sido mejor que las partes musicales se subtitulen.

“Pie Pequeño” puede sentirse alargada en algunas escenas, no obstante los mensajes que transmite, que van sobre la curiosidad, lo mal que está engañar a los demás y la violencia del ser humano hacia lo desconocido, la convierten en una película original e ideal para disfrutar en familia.

Puntaje: 7,50

Resistir

“La Noche de 12 Años” es una película dramática dirigida y escrita por Álvaro Brechner (Mal Día Para Pescar, Mr. Kaplan). Coproducida entre Uruguay, Argentina, España y Francia, la cinta es una adaptación del libro “Memorias de Calabozo”, escrito por Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro. El reparto incluye a Alfonso Tort (Las Olas), Chino Darín, Antonio de la Torre, César Bordón (Luis Miguel La Serie), Soledad Villamil, César Troncoso, Silvia Pérez Cruz, entre otros. Tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Venecia y además competirá en la sección Horizontes Latinos de la próxima edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.


Desde 1973 hasta 1985, en Uruguay, los Tupamaros José “Pepe” Mujica (Antonio de la Torre), Eleuterio Fernández Huidobro (Alfonso Tort) y Mauricio Rosencof (Chino Darín) vivieron en confinamiento solitario debido a la dictadura cívico-militar. Sin ser tratados como humanos, la cinta nos mostrará cuanto sufrieron y cómo lograron resistir para luego convertirse en Presidente de la Nación, Ministro de Defensa y escritor respectivamente.


La película, basada en hechos reales, podría haberse convertido en una sucesión de golpe bajo tras golpe bajo. Por suerte este no es el caso ya que el director supo crear una estructura narrativa que mantiene la atención durante las dos horas de metraje. Y esto no quiere decir que al verla no vayamos a sufrir: el nivel de crudeza e injusticia hacia estos hombres es tal que al salir de la sala será imposible no estar exhaustos y costará volver a la realidad. Pocas cintas consiguen que estemos tan implicados con el relato, por lo que no se puede dejar pasar el gran trabajo de Brechner.

Estar 12 años encerrado sin saber en qué lugar y sin ni siquiera poder hablar con los demás rehenes resulta inimaginable. Los silencios abundan y gracias a las excelentes actuaciones el espectador también llega a sentirse uno más dentro de la celda. Hay una gran labor que tiene que ver con los sonidos, cómo el oído humano se agudiza al estar en esa situación hasta tal punto de escuchar el caminar de una hormiga en la piel. El filme conmueve en varias ocasiones y más teniendo en cuenta su desenlace.

Pero no todo es un calvario: la película tiene distintos momentos graciosos que funcionan y sirven muchísimo para descontracturar, por ejemplo la ayuda que le pide un comandante a Rosencof para que le escriba cartas haciéndose pasar por él y enamore a la chica que le gusta. Además conoceremos el pasado de los militantes al ser atrapados, todo con una gran recreación de la época.

La psicosis que sufre Mujica al estar tantos años sin hacer nada y solo escuchando a sus propios pensamientos está muy bien retratada, lo que lo convierte en una persona súper admirable ya que es increíble cómo salió adelante. Aunque Soledad Villamil tenga una única escena, ésta tiene una gran carga emocional y engloba la acción que define al film: resistir.

Con “La Noche de 12 Años”, Brechner nos muestra la etapa más oscura de Uruguay y demuestra que se pueden adaptar este tipo de historias al cine sin caer en los clichés, más bien conservando el ritmo en todo momento. La película además sirve para no olvidar cómo fue la dictadura, para reflexionar y reafirmar el “nunca más”.

Puntaje: 9


Una misión arriesgada


“Milla 22: El Escape” (Mile 22, 2018) es una película de acción dirigida por Peter Berg y escrita por Lea Carpenter. El reparto está compuesto por Mark Wahlberg, Lauren Cohan (Maggie Greene en The Walking Dead), John Malkovich, Iko Uwais, Sam Medina, Ronda Rousey, Carlo Alban, entre otros. La cinta marca la cuarta colaboración entre Berg y Wahlberg luego de “El Sobreviviente” (Lone Survivor, 2013), “Horizonte Profundo” (Deepwater Horizon, 2016) y “Día del Atentado” (Patriots Day, 2016).


En Indocarr (ciudad ficticia), sudeste del continente asiático, el grupo de agentes estadounidenses conformado por James Silva (Mark Wahlberg), Alice Kerr (Lauren Cohan), Sam Snow (Ronda Rousey) y William Douglas (Carlo Alban) tienen una complicada tarea encomendada por el jefe de operaciones Bishop (John Malkovich). Ésta consiste en trasladar a Li Noor (Iko Uwais), agente de inteligencia extranjera, desde la embajada norteamericana hasta una pista de aterrizaje que se encuentra a 22 millas de distancia. Li Noor es el único sujeto que sabe un código que da acceso a información sobre un peligroso cargamento de cesio. Él está dispuesto a decir la clave solo si el equipo de Bishop logra sacarlo del país. No obstante el extenso recorrido estará lleno de complicaciones ya que Axel (Sam Medina), líder de la agencia de inteligencia de Indonesia, está dispuesto a todo por conseguir al activo.


Estamos ante una película a la que no hay que analizar mucho por su verosimilitud: se disfruta bastante y cuando termina se pasa a otra cosa, no hay otra pretensión. Aunque el conflicto central tarde en arrancar, cuando lo hace resulta todo un festín ya que tendremos un ritmo aceleradísimo que no da respiro al incluir una cantidad infinita de tiros, peleas cuerpo a cuerpo, cuchillazos, corridas, explosiones de coches, negocios y viviendas, etc. En muchas partes el film llega a lucir como un videojuego, en especial porque tenemos a “Overwatch”, un grupo comando que tiene cámaras por toda la ciudad y se dedica a resolver los problemas al instante para que los agentes puedan completar exitosamente la misión. Es decir que contamos con tres equipos: el que se desenvuelve por la ciudad, los que supervisan que todo ande bien y los enemigos inteligentes que pueden truncar el plan en cualquier momento, más de una vez.

Aunque el filme se pase rápido por sus entretenidas escenas de acción, tan violentas que un par pueden llegar a impresionar, el guión no es acertado. El protagonista se la pasa dando monólogos sobre la diplomacia, los militares, terrorismo, su trabajo que nunca debe ser descubierto e incluso el patriotismo. Lo bueno es que el propio director se burla de ello y no se lo toma en serio, mostrando que los compañeros de James Silva, como el espectador, también se aburren de sus extensos discursos aleccionadores.

Por su desenlace inesperado, todo parece indicar que “Milla 22: El Escape” tendrá una secuela. Si se mantiene el nivel de adrenalina y se acortan los diálogos aburridos, será más que bienvenida.

Puntaje: 6,50

Esto no es un juego

“Sangre Blanca” es un thriller dramático nacional dirigido y escrito por la cineasta salteña Bárbara Sarasola Day, siendo éste su segundo filme luego de “Deshora” (2013). Filmada mayoritariamente en la localidad de Salvador Mazza, la cinta está protagonizada por Eva De Dominici (Sangre en la Boca, No Dormirás) y Alejandro Awada.


En el Paso Internacional entre Argentina y Bolivia, la joven Martina (Eva De Dominici) está metida en un problema demasiado grande como para resolverlo sola. Junto a su pareja Manuel (Rakhal Herrero), Martina había llegado a la conclusión de que la mejor manera de conseguir plata rápida era convirtiéndose en mula de droga. Sin embargo, nunca se le cruzó por la cabeza que su novio podría morir con las 65 cápsulas de cocaína dentro del cuerpo. Presionada por las constantes y amenazantes llamadas telefónicas de los traficantes, a Martina no le quedará otra que contactarse con Javier (Alejandro Awada), padre con el que nunca tuvo relación.

Estamos ante una película que tiene una temática interesante pero por cómo fue llevada a la pantalla grande da la sensación de que la historia sería mil veces mejor si se hubiera concebido como un cortometraje. Teniendo en cuenta que la mayoría de escenas no tienen diálogo, más bien muestran acciones de la protagonista, ya sea bailar, despertarse o caminar, el ritmo se pierde por completo lo que genera que la paciencia del espectador se agote muy rápidamente.

Hay varias situaciones que nos hacen perder la credibilidad del relato, en especial que el personaje principal mantenga el cadáver en una habitación de hotel con el aire acondicionado al máximo o que el padre de la joven sepa dónde ir a buscarla sin que ella le diga la dirección exacta. Al no otorgar un trasfondo sobre Martina o Javier, qué pasó con la figura materna o por qué él desprecia tanto a su hija, tampoco se puede lograr una conexión con estas dos personas opuestas.

Eva De Dominici da una buena interpretación al estallar en llanto en un locutorio pero por lo demás su papel se siente como si cualquiera otra actriz podría haberlo hecho. Por otro lado, la manera de hablar de Alejandro Awada, que más bien pareciera que recita sus líneas, no ayuda ni un poco a que la dinámica entre ellos se vea natural.

Con demasiados minutos que no aportan nada a la trama, además de prolongados silencios, “Sangre Blanca” no consigue ser un thriller recomendable por más que tenga un desenlace correcto. El tópico de los portadores humanos de drogas daba para mucho más, e incluso en esta cinta ni el accionar de los traficantes es creíble. 

Puntaje: 4,50

martes, 18 de septiembre de 2018

Contra el gran alien


“El Depredador” (The Predator, 2018) es una película de acción y ciencia ficción que se ubica como la cuarta en la saga sin contar las dos cintas de “Alien vs. Depredador” (Alien vs. Predator). Está dirigida y co-escrita por Shane Black (Iron Man 3, The Nice Guys), el cual tuvo el rol secundario de “Hawkins” en la primera entrega de 1987. El reparto incluye a Boyd Holbrook (La Huésped, Narcos), Jacob Tramblay (La Habitación, Presencia Siniestra), Olivia Munn (¿Cómo lo hace?), Trevante Rhodes, Keegan-Michael Key, Sterling K. Brown, Thomas Jane, Augusto Aguilera, Alfie Allen (Theon Greyjoy en Juego de Tronos), Yvonne Strahovski (Serena en The Handmaid’s Tale) y Jake Busey. La trama se desarrolla después de los eventos ocurridos en “Depredador 2” (Predator 2, 1990).


En una misión de recuperación de rehenes en la selva, el francotirador Quinn McKenna (Boyd Holbrook) y su equipo son atacados por el depredador. Antes de que el agente del gobierno Will Traeger (Sterling K. Brown) detenga a Quinn, éste logra quitarle la máscara al alien y enviarla a la casa de su ex mujer Emily (Yvonne Strahovski) para luego estudiarla. Sin embargo el paquete lo abre su curioso hijo Rory (Jacob Tremblay), niño que sufre bullying en la escuela y decide usar el artefacto como disfraz para salir a pedir dulces en Halloween. Junto a la científica Casey (Olivia Munn), los demás cautivos, que también son considerados locos por el agente Traeger, se unirán a McKenna para salvar a Rory y detener a las peligrosas criaturas que otra vez volvieron a la Tierra.


La primera película de Depredador, protagonizada por Arnold Schwarzenegger, se caracterizó por tratar la temática de los extraterrestres de una forma seria, creando buenas secuencias de suspenso, acción y gore sin olvidarse de algunas líneas graciosas entre buenos camaradas. La segunda parte, no tan buena como la original, supo respetar las reglas de su antecesora adaptándose a otro territorio: la ciudad de Los Ángeles en una batalla a cielo abierto entre carteles de droga. Con este nuevo filme Shane Black no solo tira por la borda la estructura narrativa y estilo ya construido, sino que convierte a “El Depredador” en una cinta que ni parece ser parte de la misma franquicia.

Casi sin ninguna escena donde el silencio y la intriga tengan presencia, el director le dio un gran peso a la comedia en esta producción. Aunque algunos chistes funcionan, la historia que al principio entretiene pronto se vuelve insostenible y bizarra. Los personajes no despiertan interés y, lo que es peor, la sensación de amenaza nunca llega a traspasar la pantalla.

Aliens en forma de animales, otros más gigantes o con ADN humano hacen que la película se vuelva una combinación muy poco atractiva. Tendremos grandes explosiones y muchísimos tiros, pero el recurso de invisibilidad y de que el espectador pueda ver todo desde la mirada de la criatura ya ni siquiera parece interesarle a Black.

Está bien que “El Depredador” quiera adaptarse a una nueva generación, no obstante la abundancia de CGI, la burla constante y la estupidez del argumento no producen un buen resultado. Si sos fanático de las anteriores mejor ni ver esta nueva producción y si buscás algo pochoclero, esta cinta ni siquiera va a lograr entretenerte.

Puntaje: 3,50

Convencida de sus ideales

“Soledad” es una película dramática que marca el debut como directora de Agustina Macri, la cual también se encargó del guión junto a Paolo Logli. Coproducida entre Argentina e Italia, la cinta está basada en hechos reales, teniendo como inspiración al libro “Amor y Anarquía. La vida urgente de Soledad Rosas 1974-1998”, escrito por Martín Caparrós. El reparto incluye a Vera Spinetta (hija del Flaco Luis Alberto Spinetta), Giulio Maria Corso, Marco Cocci, Fabiana García Lago, Marco Leonardi, Viola Sartoretto, Florencia Dyszel, Luis Luque, Francesco De Vito, entre otros.


María Soledad Rosas (Vera Spinetta) es una joven argentina de 23 años que vive con sus padres de clase media-alta. Pasea perros, tiene un novio y no está muy interiorizada en la política como su hermana Gabriela (Florencia Dyszel). Cuando su sofisticada madre la incita a irse de viaje por Europa antes de decidir qué hacer con su vida, Soledad no está muy convencida. Sin embargo, acepta la propuesta y va a Italia junto con su tía Silvia (Fabiana García Lago). En Turín, conocen “El Asilo”, una de las principales casas tomadas por la Federación Anarquista. Desde ese momento Soledad querrá saber más y más sobre los squatters, movimiento de jóvenes que ocupan casas abandonadas como forma de protesta contra el sistema. Aunque Silvia no está de acuerdo con que su sobrina se quede allí, es imposible persuadirla para que se vaya con ella a París. Soledad conocerá al gran amor de su vida Edoardo “Baleno” Massari (Giulio Maria Corso) y será acusada injustamente de un atentado eco-terrorista.


A 20 años del suicidio de Soledad en una granja italiana donde cumplía arresto domiciliario, nos llega una cinta basada en su trágica historia de vida. Como el relato es verídico, aquí no importan los spoilers: aunque se sepa muy por arriba lo que va a pasar, o no, la película tiene que conseguir atrapar al espectador de igual manera. Por suerte, la ópera prima de Agustina Macri lo logra.

Esto sucede gracias a varias buenas decisiones tomadas. En especial, la elección de Vera Spinetta para el rol principal. Su personaje está casi todo el tiempo en pantalla y nunca dudamos de que ella sea Soledad y no Vera. La actriz aprendió italiano para su papel y suena súper natural al combinar ese idioma con palabras en castellano, lo que resulta verosímil siendo que Soledad nació en Argentina y al estar en Italia tuvo que adaptarse. Por otro lado, la estructura narrativa no es lineal; no obstante está tan bien editada que de esta manera el relato es mucho más dinámico y atractivo, además de que en ningún momento genera confusión.

Con una cuidada fotografía apagada, el gran mérito del film está en cómo se desarrolló a la joven que con el tiempo se convirtió en un ícono de la cultura popular anarquista. Tranquilamente podríamos diferenciar a dos Soledades distintas: una adolescente rebelde, que se va y vuelve de su casa cuando quiere, que no se siente parte de su familia ni se comunica mucho con ellos pero que a su manera los ama; y por otra parte la Soledad que sale a la luz en Turín, de carácter fuerte y una firmeza increíble ante sus ideales. Se puede no estar de acuerdo con su forma de pensar y/o accionar, pero no se puede negar que la protagonista despierta empatía como también felicidad al verla hallar su lugar de pertenencia en este mundo.

“Soledad” se convierte en un largometraje muy bien realizado para conocer más sobre una mujer a la que el Estado italiano decidió culpar solo por la necesidad de mostrar a un culpable. Rosas podría haberse desvinculado del movimiento para su propio beneficio, sin embargo nunca se le cruzó por la cabeza y eso demuestra, como tantas otras cosas, su enorme coraje.

Puntaje: 8,50

Un lugar para reconectar

“Viaje Inesperado” es una película dramática dirigida por Juan José Jusid, que también se encargó del guión junto a César Gómez Copello y Oliver Kolker. Coproducida entre Argentina y Brasil, el reparto incluye a Pablo Rago, Tomás Wicz, Cecilia Dopazo, Valentina Etchegoyen, Débora Nascimento (Avenida Brasil), Mario Alarcón, entre otros. El film fue rodado en distintas locaciones de Capital Federal, Gran Buenos Aires, Bolívar y Río de Janeiro. Además, marca el regreso al cine nacional del reconocido cineasta, realizador de “Asesinato en el Senado de la Nación” (1984), “Made in Argentina” (1987) y “Bajo Bandera” (1997).


Ana (Cecilia Dopazo) ya no sabe cómo controlar a su hijo adolescente Andrés (Tomás Wicz), el cual llevó al colegio un machete (no el típico papelito para copiarse, sino un instrumento para cortar el césped). Desesperada, decide llamar a Pablo (Pablo Rago), su ex pareja que hace cinco años se encuentra viviendo en Brasil y mantiene una relación con Lucy (Débora Nascimento). El padre del joven decidirá llevárselo unos días a Bolívar, ciudad donde nació y que no visita hace 30 años. Todo marcha bien hasta que una noche Andrés sufre un coma alcohólico, situación que hará recapacitar a Pablo sobre verdaderamente cuánto conoce a su hijo.


Como una especie de road movie, Jusid quiso explorar el complejo mundo de los adolescentes y la incomunicación que existe usualmente entre padres e hijos. En este tipo de películas los diálogos, expresiones y lo que los personajes deciden guardarse para sí mismos importa muchísimo, por lo que si no se cuenta con un buen guión, se nota demasiado. Este es uno de esos casos.

Por más que la generación joven del film hable usando términos que solo ellos comprenden, como “flashear”, “ranchear”, “me zarpé” o “un toque”, la cinta luego de los primeros 20 minutos se vuelve cada vez más inverosímil ya que resulta imposible creerse varias situaciones. El problema no radica en los actores, más bien la falla se encuentra en la dirección de los mismos y en los problemas de transición que hay entre escena y escena.

Por otro lado, el filme cuenta con demasiados tópicos: bullying, adicción a estar con el celular y los auriculares, accidente de tráfico, intento de suicidio, alcohol, drogas, peleas cuerpo a cuerpo entre adolescentes, violencia de género, armas de fuego, engaño amoroso, etc. Al ser tantos temas, casi ninguno llega a estar bien desarrollado, reafirmando otra vez que siempre menos es más.

Se vuelve muy repetitivo que a Pablo, que es ingeniero en Río de Janeiro, lo llamen todo el tiempo de allí por temas de trabajo. En vez de quedar naturales, esas escenas habladas en portugués lucen como que fueron puestas allí solo para hacer notar que la cinta es una coproducción.

“Viaje Inesperado” tenía potencial para profundizar en temáticas tan actuales como importantes, sin embargo no lo consigue. Salvo por una escena fuerte de acoso, la película no logra generar ningún sentimiento.

Puntaje: 4

martes, 11 de septiembre de 2018

Tener a un culpable

“Acusada” es una película dramática nacional dirigida por Gonzalo Tobal, que también se encargó del guión junto a Ulises Porra Guardiola. El reparto está compuesto por Lali Espósito, Leonardo Sbaraglia, Inés Estévez, Lautaro Rodríguez, Daniel Fanego, Gerardo Romano, Martina Campos, Emilio Vodanovich, Ana Garibaldi y Gael García Bernal. La cinta constituye la primera producción conjunta entre Rei Cine, K&S Films, Piano y Telefé. Tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde compitió por el León de Oro. Además, fue seleccionada para la Sección Contemporary World Cinema del Festival de Toronto.


La trama se centra en Dolores Inés Dreier (Lali Espósito), una joven estudiante de diseño de indumentaria que tenía una vida normal hasta hace dos años y medio, cuando su mejor amiga Camila apareció brutalmente asesinada luego de una multitudinaria fiesta. Ahora, Dolores es la única imputada por el crimen y debe prepararse para el juicio.


Podría parecer que “Acusada” se va a enfocar en el proceso judicial y en si la protagonista es culpable o no. Aunque la película desarrolla estos tópicos, va mucho más allá de ellos. Tobal nos adentra en la dinámica familiar de los Dreier, por lo que la empatía se logra casi al instante. Betina (Inés Estévez) y Luis (Leonardo Sbaraglia) son una pareja de clase alta que funcionan a la par haciendo todo lo posible tanto para defender como para proteger a su hija: le cambian la clave del wifi para que Dolores no vea cómo los medios hablan sobre el asesinato de su mejor amiga, casi nunca la dejan salir sola, controlan con quién se ve, se fijan que en las revistas las fotos hayan salido bien y los textos no presenten falsedades, etc.

En este ambiente vive Dolores, una chica de 21 años a la que la vitalidad parece habérsele esfumado. Teniendo en cuenta que Lali Espósito nunca había tenido un rol dramático, por lo que aquí está saliendo completamente de su zona de confort, la interpretación dada resulta más que correcta. Solo con su mirada podemos captar que, a pesar de que ya pasaron casi tres años, Dolores no puede superar esa fiesta nocturna que lo cambió todo. La joven continúa en un estado de shock constante a la vez que conserva cierta rebeldía y carácter que la hacen ser quien es.

La condena social, la exposición mediática, las apariencias, el desmoronamiento de una familia, lo nocivas que pueden ser las redes sociales, cómo una palabra fuera de lo establecido puede arruinar todo el discurso, entre otras tantas situaciones, conforman las casi dos horas de metraje. En pocas películas sucede que la duración se pase volando, “Acusada” es una de ellas. No solo eso sino que la cinta pasados los primeros minutos se vuelve hipnótica, generando que el espectador se concentre muchísimo y ni siquiera quiera pestañear.

Teniendo en cuenta las buenas interpretaciones, el atrapante guión, los movimientos de cámara que ayudan a que la tensión se acreciente, la bella fotografía y lo bien logradas que están la mayoría de las escenas, “Acusada” se convierte en uno de los mejores filmes nacionales de este año, uno que, por sobre todas las cosas, no subestima al espectador.

Puntaje: 9

En la sombra

“La Esposa” (The Wife, 2017) es una película dramática dirigida por Björn Runge y escrita por Jane Anderson. Basada en el best seller homónimo de Meg Wolitzer, el reparto está compuesto por Glenn Close, Jonathan Pryce (Gorrión Supremo en “Juego de Tronos”), Max Irons (Jared en “La Huésped”), Alix Wilton Regan, Christian Slater, Harry Lloyd (“La Teoría del Todo”), Annie Starke, entre otros. La cinta fue presentada en el Festival de Cine Internacional de Toronto del año pasado.


Connecticut, 1992. Joe Castleman (Jonathan Pryce) y su esposa Joanie (Glenn Close) se despiertan debido a que el teléfono está sonando. Joe atiende y recibe una gran noticia: en los próximos días deberá dirigirse hacia Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura. La pareja viaja junto a su hijo David (Max Irons), joven que también quiere ser escritor y le insiste a su padre para que le dé una opinión sobre su primer escrito. Esos días en Suecia harán reflexionar a Joanie sobre los años que pasó junto a su marido, las mentiras y tiempo que desperdició al estar siempre a su servicio.


Estamos ante uno de esos filmes en el que la temática no es innovadora (recuerda mucho a “Ojos Grandes” de Tim Burton) y los giros son previsibles desde los primeros minutos, sin embargo el relato nunca se vuelve aburrido. ¿Por qué? Por la gran actuación de Glenn Close y el inteligente guión.

La actriz compone a una mujer que vive a la sombra de su marido. Su función es acompañarlo a los eventos y, por sus expresiones faciales, sabemos que así no es como le gustaría que fuera su vida pero se limitó a aceptar su destino. A través de diversos flashbacks ubicados en la Nueva York de 1960 veremos cómo Joanie conoció a Joe en la universidad, donde él era profesor. A medida que la trama avanza los errores que cometió Joe se acumulan, haciendo que nos enfurezca tanto su personalidad como que siga defendiéndose a sí mismo.

La cinta se vuelve atractiva al mostrar el machismo que existía en ese entonces dentro del mundo literario, donde las novelas de las mujeres no eran aceptadas en editoriales solo porque no fueron escritas por un hombre. Aparte, en la actualidad de la pareja seremos testigos de lo agotador que puede resultar un viaje que tendría que ser placentero. El acoso de los fotógrafos, el itinerario por cumplir que no da respiro y los ensayos para recibir determinado premio hacen que incluso el espectador se sienta abrumado.

No obstante lo más importante radica en lo necesario que es el reconocimiento cuando una persona se esforzó muchísimo en su trabajo y la enorme diferencia que existe entre una crítica constructiva y una que solo se hace con maldad. Los diálogos en las diversas peleas que tienen el señor y la señora Castleman están maravillosamente estructurados y actuados, lo que hace que la película no pierda su ritmo.

Puede que “La Esposa” en su conjunto no se convierta en una cinta trascendente; sin embargo su feminismo, momentos cómicos cuando la discusión está en su nivel más alto y cómo se retrata la falta de libertad que puede haber en un matrimonio, entre otras cosas, hacen que la película sea correcta.

Puntaje: 7

El submundo de los malhechores


“Hotel de Criminales” (Hotel Artemis, 2018) es un thriller distópico que constituye el debut cinematográfico de Drew Pearce, que también se encargó del guión. El reparto está compuesto por Jodie Foster, Sterling K. Brown, Brian Tyree Henry, Sofia Boutella (Delphine en “Atómica”), Charlie Day (Dr. Newt en “Titanes del Pacífico”), Dave Bautista, Jenny Slate (“Brain on Fire”, “Un Don Excepcional”), Zachary Quinto, Jeff Goldblum, entre otros.


21 de junio de 2028, Los Ángeles. La enfermera Jean Thomas (Jodie Foster) dirige el Hotel Artemis, un establecimiento que también funciona como hospital para los estafadores, delincuentes y asesinos que se encuentran cerca de la zona. Esa noche al parador ingresa Sherman (Sterling K. Brown) con su hermano Lev (Brian Tyree Henry); este último se encuentra gravemente herido debido a un disparo de la policía luego de un robo fallido a un banco. Más tarde llega Niza (Sofia Boutella), una homicida que dice necesitar ayuda médica pero en realidad tiene otro objetivo. Allí también está Acapulco (Charlie Day), un traficante de armas misógino, y como si fuera poco Jean decide ayudar a Morgan (Jenny Slate), una oficial de seguridad lesionada que está tirada en la puerta del Artemis. Cuando el “Lobo Negro” (Jeff Goldblum), dueño del hotel, se presente allí con lastimaduras, secretos del pasado de Jean serán revelados.


Como se puede notar, el filme tiene varios personajes que son protagonistas de sus respectivas subtramas y a medida que el relato avanza algunos se irán entrelazando con otros. El problema está en que ninguna historia logra estar bien diseñada como para mantener el interés del espectador. Y no es que el ritmo sea lento, por el contrario los hechos suceden ágilmente a la vez que la atmósfera llena de violencia se logra sentir, sin embargo al no haber un tema central todo queda muy disperso y desordenado. Esto solo puede dar un resultado, que es lo peor que le puede pasar a una película sea del género que sea: ya al salir de la sala lo que acabamos de ver nos parece intrascendente y olvidable.

A pesar de ello, la ópera prima de Drew Pearce tiene aspectos atractivos. Por empezar la tenemos a Jodie Foster, que logra salir bien parada gracias a la composición de su personaje. La enfermera Jean tiene un carácter fuerte, lo que no es para menos dado que noche tras noche debe lidiar con personas para nada sencillas. “Para los buenos ya están los hospitales”, dice la mujer que hace 22 años no sale del hotel ya que le da pánico el exterior; a medida que pasan los minutos iremos descubriendo más sobre su pasado y lo que la llevó a refugiarse en este submundo caótico.

Por otro lado, la distopía creada funciona. De entrada nos parece verosímil que en el 2028 la ciudad de Los Ángeles esté en un descontrol total, en donde los helicópteros se estrellan y los incendios suceden a menudo. Aparte, resulta innovador ver cómo la tecnología para curar evolucionó, al punto de que los órganos pueden restaurarse digitalmente, las inyecciones actúan al segundo de ser suministradas y las impresiones de los estudios médicos son en 3D. Que el hotel tenga sus propias reglas recuerda bastante al alojamiento de “John Wick” (2014), en donde también estaba prohibido matarse entre sí, con la diferencia de que aquí está prohibido ingresar con armas.

Es así como “Hotel de Criminales” podría haberse convertido en más que una película para solo pasar el rato. Lamentablemente, su guión y las múltiples situaciones que ocurren no la ayudan a ser lo suficientemente cautivadora.

Puntaje: 6

miércoles, 5 de septiembre de 2018

María indica el camino

“La Monja” (The Nun, 2018) es una película de terror dirigida por Corin Hardy y escrita por Gary Dauberman. Siendo la quinta producción dentro del universo de “El Conjuro”, no es necesario ver las anteriores para comprenderla. El reparto incluye a Demián Bichir, Taissa Farmiga (The Bling Ring, American Horror Story), Jonas Bloquet, Ingrid Bisu, Charlotte Hope, entre otros.


Ambientada en 1952, la historia se centra en Anthony Burke (Demián Bichir), sacerdote que, por sus experiencias pasadas, es elegido por el Vaticano para que vaya a Rumania junto a la novicia Irene (Taissa Farmiga). La tarea tiene que ver con investigar el motivo por el que una de las monjas del Monasterio de Cârţa decidió ahorcarse hace unos días. Con la ayuda de Franchute (Jonas Bloquet), franco-canadiense que se ocupa de llevar las provisiones a las Hermanas, Anthony e Irene llegarán a la abadía. Lo que no se imaginan es que las situaciones extrañas irán aumentando con el pasar del tiempo.


Dentro de esta franquicia tenemos grandes exponentes del género como lo son “El Conjuro” (The Conjuring, 2013) o “Annabelle 2: La Creación” (Annabelle: Creation, 2017). A la vez, no se puede dejar pasar que “Annabelle” (2014), primer filme centrado en la muñeca maldita, resultó toda una decepción. ¿De qué lado se encuentra esta nueva producción, esta vez enfocada en Valak muchos años antes que las anteriores? Ni de un lado ni del otro, es decir que ni por asomo es una joyita pero tampoco es una mala película.

“La Monja” constantemente busca el susto fácil; ese que ya sea por los silencios, oscuridad y/o quietud de la cámara ya conocemos de antemano que nos va a hacer saltar de la butaca. Este recurso aquí funciona casi en su totalidad, por ello es muy probable que a los que les gustan los jump scares la pasen genial con el filme. No obstante, no todo es oro ya que durante su último tramo, donde el relato se enfoca más en cerrar un portal demoníaco, se decide mostrar demasiado a la monja del título, lo que consigue que el temor desaparezca en un santiamén. Además, los efectos que muestran a las personas siendo disparadas por los aires se ven demasiado artificiales.

Cruces dadas vuelta, una abadesa a la que no se le distingue la cara, sonidos de huesos al romperse, cadáveres que cambian la posición en la que se encontraban y un niño que murió luego de ser exorcizado son solo algunos de los elementos que el director utiliza para poner los pelos de punta. Y los sustos se consiguen gracias a la atmósfera creada tanto dentro como en los alrededores del monasterio, donde hay un cementerio tan silencioso que ningún movimiento alejado puede pasar inadvertido.

Dos son los momentos que están súper bien logrados: uno que tiene que ver con las campanitas que en ese entonces se colocaban en las tumbas por si se cometía el error de enterrar a alguien que seguía con vida, y otro que incluye una marca de estrella en la espalda de la novicia protagonista. Taissa Farmiga, que en la vida real es la hermana menor de Vera, actriz que le da vida a Lorraine Warren en los dos filmes de “El Conjuro”,  consigue dar una interpretación convincente así como también Demián Bichir.

Aunque la trama de “La Monja” no aporte nada nuevo y sobre su final decaiga mucho, logra mantener la atención del espectador en todo momento. No será de lo mejorcito de este universo, pero vaya que es disfrutable.

Puntaje: 7

lunes, 3 de septiembre de 2018

El fin del mundo

“El Último Hombre” (The Last Man, 2018) es una película de ciencia ficción dirigida y coescrita por Rodrigo H. Vila. Coproducida entre Argentina y Canadá, el reparto incluye a Hayden Christensen (Anakin Skywalker en “Star Wars”), Harvey Keitel, Liz Solari, Rafael Spregelburd, Justin Kelly, Gabriel Smith Lenton, Marco Leonardi, Fernán Mirás, entre otros.


Kurt Matheson (Hayden Christensen) es un hombre de 35 años que sufre de estrés post traumático luego de haber sido veterano de guerra. Él cree que el Apocalipsis se acerca y que se manifestará con una gran tormenta eléctrica, por lo que decide conseguirse un trabajo para poder pagarse los suministros que necesitará en el búnker que se está armando para sobrevivir. Cuando va a devolver una máscara de gas que presentaba fallas, Kurt conoce a Noé (Harvey Keitel), un anciano profeta que también cree que el fin del mundo está a la vuelta de la esquina. En las calles, Noé predica e instruye a las personas sobre cómo deberán protegerse en el futuro, a la vez que les hace frente a los violentos neonazis que no le creen. Kurt se verá en problemas cuando en la compañía de seguridad para la que trabaja se reporte una gran falta de dinero y el mayor sospechoso sea él. Además, comenzará una relación con Jessica (Liz Solari), hija de su jefe Antonio (Marco Leonardi).


Como se puede notar, “El Último Hombre” mezcla demasiados tópicos en una sola película. Por un lado tenemos a la ciudad de Buenos Aires lluviosa y oscura, donde la economía está estancada, los alimentos faltan y abunda la gente que vive en la calle. Los desastres naturales, según las noticias de la televisión, no tardarán en llegar. Por otra parte están los repetitivos sueños del protagonista sobre la guerra, que hacen que se despierte atormentado debajo de su cama. La mente de Kurt le juega una mala pasada al creerse que Johnny (Justin Kelly), otro veterano que fue compañero suyo, sigue vivo; incluso el joven se encuentra en la misma casa y pretende aconsejarlo sobre sus ¿fallidas? creencias de que el mundo está llegando a su final.

Sumado a esto tenemos una relación amorosa pésimamente desarrollada, personajes malvados que parecen de la mafia, y la duda permanente sobre si realmente el protagonista dice la verdad o se volvió loco al dejar su tratamiento psicológico. Teniendo en cuenta que ya vimos bastantes filmes sobre el Apocalipsis que contienen a un protagonista impreciso (“Avenida Cloverfield 10” y “Take Shelter”, por citar algunos ejemplos), la producción de Rodrigo H. Vila resulta por lejos la peor de todas.

La cinta está llena de decisiones que fueron mal tomadas. Primero y principal, la insoportable voz en off de Kurt. No solo hace que el relato se vuelva súper aburrido y no conduzca a ninguna parte, sino que además, gracias a este recurso, nunca podemos establecer una conexión con su personaje, por lo que ya desde el principio no nos importa su situación.

La fotografía es tan oscura que llega a exasperar ya que en varios momentos no se ve con claridad lo que sucede en pantalla. Otro desacierto, en especial para los argentinos, se basa en ver a actores conocidos hablando en inglés en nuestro país sin ninguna razón aparente. Que Liz Solari y Rafael Spregelburd no se comuniquen en castellano solo logra que la historia sea menos creíble de lo que ya es.

En vez de centrarse en un tópico y desarrollarlo bien, “El Último Hombre” combina tantas cosas que termina convirtiéndose en un gran desastre en el cual pareciera que ni el director conocía el rumbo que le quería dar a su película. Molesta que varias escenas se corten con la pantalla en negro, pero mucho más fastidia que la cinta se vuelva eterna para el espectador y carezca de toda lógica.

Puntaje: 3

La vida misma

“La Casa Junto al Mar” (La Villa, 2017) es una película dramática francesa dirigida y co-escrita por Robert Guédiguian. El reparto está compuesto por Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Anaïs Demoustier, Yann Trégouët, Robinson Stévenin, Fred Ulysse, Haylana Bechir, entre otros. Fue presentada en el Festival de Cine de Venecia así como también formó parte de la sección Perlas del Festival de San Sebastián.


Debido a un infarto que deja a Maurice (Fred Ulysse) en estado vegetativo, sus tres hijos se reencuentran en la pequeña cala cerca de Marsella, lugar donde vivieron sus primeros años de vida. Angéle (Ariane Ascaride), Joseph (Jean-Pierre Darroussin) y Armand (Gérard Meylan) afrontarán esta situación, a la vez que indagarán sobre el pasado. Además, un suceso inesperado hará que el futuro les dé esperanza.


Estamos ante una cinta intimista que será mayormente apreciada por el público adulto ya que se trata de una historia donde el foco está puesto en sus personajes y las reflexiones a las que llegan luego de haber tenido muchas experiencias a través de los años. Por un lado tenemos a Angéle, actriz de teatro que consiguió salir adelante en París. Para ella, volver al hogar de su padre resulta un fastidio, en especial porque los recuerdos de su pequeña hija son inevitables. Blanche murió ahogada en el puerto y desde ese momento Pierrot, el marido de Angéle, la dejó. La mujer expulsó todo su odio y bronca contra su propia familia, se alejó de allí y trató de guardar muy dentro suyo el dolor que sentía, el cual nunca desaparecerá.

Por otra parte tenemos a Joseph, que a la bahía no llega solo. Él está en una relación con Bérangére (Anaïs Demoustier), señorita mucho más joven que está un poco cansada de sus comentarios depresivos. Joseph es profesor pero lo que más le hubiese gustado es ser escritor, sin embargo sus manuscritos siempre fueron rechazados.

Por último está Armand, hombre que nunca se fue de la ensenada ya que decidió ocuparse del negocio familiar, un restaurante modesto que continúa manteniendo los precios bajos y tiene una preciosa vista del mar Mediterráneo. Aparte de estos personajes centrales, se suman Yvan (Yann Trégouët), médico que controla salud de Maurice, sus padres (amigos y vecinos de la familia principal) y Benjamin (Robinson Stévenin), un joven pescador que volverá a hacer sentir deseable a Angéle.

Con un ritmo muy lento, muchos sentirán que a medida que avanza el relato no está sucediendo nada trascendente; sin embargo el director a partir del guión toca varios tópicos interesantes tales como el suicidio, los cambios en las personas a medida que pasa el tiempo, el amor, la pérdida, los sueños que no llegaron a hacerse realidad, cómo el capitalismo afecta a un pueblo chico, entre otros. Como si fuera poco, en su último tramo la película toma un rumbo completamente distinto al hacer foco en la inmigración y los refugiados. Este tema no está tan bien desarrollado y llega demasiado tarde a la historia, no obstante deja una buena sensación en el espectador.

“La Casa Junto al Mar” gustará a los que no busquen argumentos rebuscados. Su sencillez y hermosa fotografía suman mucho a una experiencia cinematográfica que sin duda te dejará pensando sobre tu propia vida.

Puntaje: 7 

Una aventura neuquina

“Yanka y el Espíritu del Volcán” es una película nacional fantástica dirigida y co-escrita por Iván Abello. Julieta Ledesma y Fernando Regueira también formaron parte del guión. Producida por Sudestada Cine y Nomad VFX, el reparto incluye a Maite Lanata (El Elegido, 100 Días Para Enamorarse), Ezequiel Volpe, Juan Palomino, Beatriz Pichi Malén, Aymará Rovera, Hugo Arana, Enrique Dumont, Gastón Pauls y Laura Azcurra.


La historia se centra en Yanka (Maite Lanata), una chica de 13 años a la que nunca le contaron qué pasó con su madre. Lo único que sabe es que hace diez años su mamá se fue no sin antes dejarle un collar con tres piedras. Ahora, Yanka no está feliz: su padre (Gastón Pauls) se está por casar con Rita (Laura Azcurra), mujer que no le cae para nada bien. Mientras la pareja se va de luna de miel, Yanka le pide a su abuelo Carlos (Hugo Arana) que la lleve al volcán Copahue. Desde pequeña la joven tiene sueños recurrentes sobre su madre en ese lugar, por lo que el presentimiento de que está allí es muy fuerte. En el bosque neuquino, Yanka conocerá a la “Mapu” (Beatriz Pichi Malén), protectora del pueblo mapuche que le indicará el camino correcto. Con la ayuda del duende Chucao (Enrique Dumont) y el huérfano Lighuén (Ezequiel Volpe), Yanka se pondrá en marcha para encontrarse con Pillán, el espíritu del volcán que en el eclipse de Luna piensa descargar toda su furia.


Resulta una novedad encontrarse con una película de género fantástico en el cine nacional, que va dirigida especialmente a los chicos. Con “Yanka y el Espíritu del Volcán”, Abello tomó leyendas del lugar donde nació para armar una trama relacionada a la naturaleza y los mapuches (su origen, ceremonias y creencias). La idea no está mal, ya que tendremos tópicos interesantes como que el volcán está enojado porque los hombres usaron su fuego para la guerra, el respeto que hay que tener por la Tierra y los antepasados, el alma en contraposición a la oscuridad, etc. Sin embargo, el problema mayor radica en cómo se llevó a cabo el relato.

Por empezar, la cinta está plagada de efectos especiales y escenas con croma que en ningún momento llegan a lucir aunque sea un poco reales. Fuego, bandada de murciélagos, humo, caída de piedras, una serpiente y hasta una criatura celeste medio invisible hacen que al film haya que tenerle mucha paciencia. Cuando el espíritu del volcán habla con la protagonista, la forma en la que lo manifestaron parece una copia del árbol de “Un Monstruo Viene a Verme” (A Monster Calls, 2016), con el detalle de que aquí no está bien logrado.

En cuanto a la actuación de Maite Lanata, que grabó la película cuatro años atrás, al compararla con sus trabajos más recientes puede notarse cuánto mejoró. La culpa no es toda de ella sino del guión, que no la favorece al estar lleno de diálogos que tienen cero naturalidad. Además, la relación de Yanka con Lighuén, el mapuche que la acompaña en la misión, no posee un buen desarrollo, lo que genera que el desenlace de ellos no convenza del todo.

“Yanka y el Espíritu del Volcán” consigue abrir paso a que se hagan más historias sobre la diversidad cultural y rompe con el estereotipo de que todos los mapuches son de piel y ojos oscuros. Lamentablemente, la película falla en muchos otros sentidos.

Puntaje: 5