miércoles, 30 de mayo de 2018

El derecho a la identidad

“Secreto a Voces” es un documental nacional dirigido y co-escrito por Misael Bustos, que fue montajista y productor musical de la serie “Cromo”, emitida por la televisión pública. Participó en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (Selección WIP), en el Festival Internacional de América – México y en el Saheb Film Festival de la India. Esta producción de los hermanos Puenzo fue declarada de interés tanto por el Senado de la Nación como por el Ministerio de Cultura. 


A través de cuatro historias concretas, la película profundiza sobre la apropiación y el tráfico de bebés, una problemática que en nuestro país está naturalizada por la sociedad y continúa sucediendo ya que excede el marco de la dictadura de 1976. Así conoceremos a una mujer que tuvo gemelos y en el hospital le mintieron comunicándole que uno de ellos había muerto, a otra que vivía con unos médicos que le hicieron creer que eran sus padres, otra que busca saber más sobre su madre biológica recorriendo los pueblos del interior de Argentina y una señora que denuncia a la partera que en su nacimiento la vendió.

Con una bella fotografía, que incluye paisajes nevados de Suiza en el primer relato, Bustos expone con inteligencia cómo el Estado no se hace cargo de estas personas que, como todos, tienen derecho a conocer su origen biológico. Las excusas de los hospitales siempre son las mismas dichas en distintas palabras: que se perdieron los archivos de esos años, que hubo una inundación que hizo que la letra sea ilegible y por eso se tiraron los papeles, etc. Las mentiras se oyen cada vez más fuerte y claro, sin embargo las mujeres no se dan por vencidas y perseveran. El documental hace hincapié en la importancia de continuar la búsqueda, ya que los afectados por la apropiación son muchísimos y no están solos.

Además se exploran los aspectos psicológicos de los que fueron robados al nacer: de chiquito uno se cree lo que le dicen pero al crecer los cuestionamientos y dudas comienzan a surgir. Impacta ver cómo esto afecta en la persona, en particular en una mujer que de grande queda embarazada pero por miedo a que al bebé le ocurra lo que le pasó a ella, su cuerpo no tiene contracciones (“No lo estás ayudando a nacer”, le dice el médico).

Partidas de nacimiento con datos falsos, el rol de la Iglesia, enfermeros/as que cuestionan y juzgan la búsqueda y por último el presentimiento tan certero de una madre, todo eso manifiesta “Secreto a Voces”, un documental dinámico para conocer más sobre este flagelo que ni siquiera tiene cifras oficiales por parte del Estado.

Puntaje: 8

La chica que sólo salía de noche

“Amor de Medianoche” (Midnight Sun, 2018) es un drama romántico que funciona como remake de la película japonesa “Song to the Sun” (Taiyō no Uta, 2006). Está dirigida por Scott Speer, el cual realizó varios videoclips de Belinda y Ashley Tisdale, y escrita por Eric Kirsten. El reparto incluye a Bella Thorne (Shake It Up, You Get Me), Patrick Schwarzenegger, Quinn Shephard y Rob Riggle. 


La historia se centra en Katie Price (Bella Thorne), una joven que sufre una rara enfermedad llamada xeroderma pigmentoso (XP). Por ello Katie no puede tener contacto con la luz del Sol, así que vive recluida dentro de su hogar diseñado con ventanas especiales. Desde su cuarto siempre ve pasar en patineta a Charlie (Patrick Schwarzenegger), un chico de la secundaria cercana; le gustaría conocer más sobre él, pero nunca lo vio de cerca… hasta que una noche su padre Jack (Rob Riggle) la deja ir a tocar la guitarra a la estación de tren. Desde ese momento Katie comenzará a entablar una relación con Charlie, sin decirle el motivo real por el que siempre se juntan en las noches. Esto ocasionará más de un problema, llegando a poner en peligro la vida de Katie.


Con una sinopsis muy similar a “Todo, Todo” (Everything, Everything, 2017) llega otro romance que tranquilamente podría haber estado basado en uno de los tantos libros de Nicholas Sparks. Y ahí es donde radica la cuestión: si te gustan ese tipo de relatos la vas a disfrutar, sino te parecerá una producción donde la cantidad de azúcar y dramatismo superó el límite.

Aunque en el apartado visual la cinta no se luce para nada como sí lo hacía “Todo, Todo”, su mérito recae en que el tema de la enfermedad acá es tratado en serio: si la chica sale de día, su piel se ve afectada, lo que desencadenará una reacción degenerativa. Por otro lado, en este tipo de producciones la importancia debe estar puesta en que los actores principales congenien entre sí. Bella Thorne, que se despega de los roles de villana que venía teniendo, y Patrick Schwarzenegger, hijo de Arnold que aquí tuvo su primer protagónico, consiguen tener buena química, dar ternura y querer que su relación funcione.

Será inevitable encontrarse con variados clichés, escenas cuidadas donde se nota que la cinta es para mayores de 13 años y una música edulcorada con alguna que otra canción que utiliza los mismos tonos (se nota que quisieron aprovechar al máximo que Bella Thorne también es cantante). El problema no radica en esas cuestiones sino en el guión: en determinado momento sucede algo que se siente muy manipulado hacia el espectador, con una intención clara que conduce al desenlace, que ya de por sí era previsible. Algunos personajes toman decisiones que en vez de emocionar hacen pensar en que uno si estuviera en ese lugar lo que menos haría es tomar ese camino, y otras escenas llegando al final resultan demasiado inverosímiles.

“Amor de Medianoche” tiene sus momentos divertidos como también tristes, sus personajes no tienen mucha profundidad sin embargo logran generar el suficiente interés para que la cinta se haga amena.

Puntaje: 6,50

miércoles, 23 de mayo de 2018

Los inicios del gran piloto

“Han Solo: una historia de Star Wars” (Solo: A Star Wars Story, 2018) es el segundo spin off en la saga Star Wars tras “Rogue One” (2016). Como la mayoría sabe, ahora es Disney el que tiene los derechos de la franquicia, lo que genera que ya no haya que esperar tanto por una nueva película intergaláctica. Está dirigida por Ron Howard (Una Mente Brillante, Rush) y escrita por Jonathan y Lawrence Kasdan. El reparto incluye a Alden Ehrenreich (Hermosas Criaturas, Rules Don’t Apply), Emilia Clarke (Juego de Tronos, Yo Antes de Ti), Woody Harrelson (Los Juegos del Hambre), Donald Glover, Paul Bettany (Avengers: Infinity War), Joonas Suotamo y Thandie Newton. La cinta tuvo una exhibición especial en el Festival de Cannes, luego de su preestreno en Los Ángeles.


La historia se centra en los inicios de Han Solo (Alden Ehrenreich), papel interpretado por Harrison Ford en los primeros filmes. Así conoceremos cómo este joven ambicioso quería escapar del planeta Corellia junto a su novia Qi’ra (Emilia Clarke) para transformarse en el mejor piloto de la galaxia. Contrabandista por naturaleza, Han se verá implicado en una serie de aventuras que lo llevarán a conocer al apostador Lando (Donald Glover), al wookiee Chewbacca (Joonas Suotamo) y a su mentor Tobías Beckett (Woody Harrelson).


Poca expectativa había por esta película teniendo en cuenta que a los fans no les convencían para nada los tráilers ni el actor protagónico. Además, los directores en un principio iban a ser Phil Lord y Christopher Miller, responsables de “La Gran Aventura Lego” (The Lego Movie, 2014), sin embargo finalizaron su contrato de mutuo acuerdo con la productora Lucasfilm por “diferencias creativas”. Con este conjunto de problemas, Ron Howard decidió ponerse manos a la obra. ¿El resultado? Un largometraje que a pesar de su larga duración, 135 minutos, nunca llega a sentirse pesado gracias a la gran cantidad de escenas de acción que se dan en variados escenarios, los divertidos diálogos y el carisma de sus personajes.

Debo aclarar que no soy fanática de Star Wars, incluso ésta es la primera película que veo de la franquicia. No obstante Han Solo me sorprendió para bien: la trama resulta súper dinámica, con un conflicto sencillo que desde el comienzo atrapa al espectador. Las coreografías de pelea están muy bien desarrolladas ya que entretienen por no ser siempre lo mismo: hay disparos, explosiones, persecuciones, lucha con espadas, autos voladores y naves, en especial el Halcón Milenario, que deslumbran por su estructura. Pero la cinta no es sólo eso sino que se sostiene de Han y su equipo para que la aventura mantenga el interés. Alden Ehrenreich, gracias a la personalidad que le da a su personaje, consigue mostrar a Han por lo que realmente es: un joven tan simpático como inteligente que buscará cumplir sus deseos a toda costa.

Otro punto a favor se basa en que la relación de él con Qi’ra comienza con ellos ya como una pareja que comparte un mismo objetivo. Se nota la química que hay entre los dos, lo que nos hace quererlos y alentar por el cumplimiento de sus metas. El filme juega mucho con dónde está puesta la lealtad en cada personaje, lo que en el último tramo de la cinta puede confundir un poco a la audiencia por los diversos giros que se dan.

Punto aparte para la droide L3-37, interpretada por Phoebe Waller Bridge a través de la captura de movimiento, que a través de sus líneas reclama la igualdad de derechos entre humanos y robots. L3 aporta frescura al grupo y cada vez que aparece en pantalla saca una sonrisa. También lo hace Lando, interpretado por Donald Glover: su personaje carga con mucha presencia en pantalla y da ganas de verlo más tiempo en ese rol.

“Han Solo: una historia de Star Wars” está lejos de ser el desastre que se creía. Con muchas referencias y alguna que otra sorpresa para los fanáticos, la cinta cuenta con un espíritu western que, combinado con la reconocida música de la saga, se vuelve irresistible.

Puntaje: 8

Cuando la desesperación te cambia

“Animal” es un thriller psicológico nacional dirigido por Armando Bó y co-escrito junto a su primo Nicolás Giacobone, ambos ganadores del Óscar en la categoría Mejor Guión Original por la cinta “Birdman” (2014). Es el segundo largometraje de Bó tras haber hecho “El Último Elvis” (2012), en donde actuaba Griselda Siciliani. Filmada en Mar del Plata y Parque Chacabuco, el reparto incluye a Guillermo Francella, Carla Peterson, Marcelo Subiotto (La Fragilidad de los Cuerpos), Mercedes De Santis, Federico Salles, Gloria Carrá, Majo Chicar y Joaquín Flammini.


El marplatense Antonio Decoud (Guillermo Francella) tiene una vida ideal: una buena familia conformada por su esposa Susana (Carla Peterson), sus hijos adolescentes Tomás (Joaquín Flammini) y Linda (Majo Chicar), y un bebé; un trabajo como gerente de un frigorífico del que no se puede quejar, amigos y una casa gigantesca. Él siempre fue un hombre educado, respetuoso, que siguió las reglas impuestas por el sistema sin ningún tipo de problema. Sin embargo, una mañana que sale a correr todo cambia: uno de sus riñones está fallando y para seguir viviendo necesita un trasplante. Poco sirven las sesiones diarias de diálisis, y a medida que pasa el tiempo sin que aparezca un donante, los nervios de Antonio ante la muerte comienzan a aumentar. Una noche en la que no puede conciliar el sueño, Antonio comienza a buscar en Internet alguna forma de solucionar su problema. Allí se topa con un aviso de un hombre que propone intercambiar su riñón por una casa. Desesperado, Antonio se encontrará cara a cara con Elías (Federico Salles) y su novia embarazada Lucy (Mercedes De Santis). Lo que no sabe es que esta pareja de clase baja sacará lo peor de sí mismo, llevándolo a cometer actos que a él nunca se le cruzó por la cabeza que podría realizar.


Estamos ante una película súper atrapante ya que nos muestra cómo una persona correcta, debido a un hecho que no puede controlar, expulsa al exterior sus demonios y cambia completamente su forma de ser. Este contraste de personalidad necesitaba a un gran actor como lo es Francella, que continúa sorprendiendo por su capacidad interpretativa. De la calma pasa a los gritos, pero no de una forma abrupta sino que el director construye de a poco ese camino para que tenga sentido el egoísmo que asciende en el personaje.

La fotografía apagada de Javier Julia, que captura de una manera muy artística tanto la ciudad como el rítmico mar, ayuda a crear un ambiente opresivo alrededor de Antonio. La música de Pedro Onetto también contribuye en este aspecto, así como las escenas dentro del frigorífico o las imágenes donde el rojo sangre fluye, lo que nos hace recordar el funcionamiento del cuerpo humano.

Federico Salles como Elías consigue transmitirle al espectador la tensión. Él es alcohólico, no tiene trabajo, está por ser echado del pequeño espacio donde convive con su novia y es difícil de tratar. Los dos son el claro ejemplo de que a una persona si le das la mano te agarra el codo ya que la mayoría no logra estar conforme con lo que tiene.

Durante el acto final algunas situaciones se vuelven poco creíbles, no obstante “Animal” se consagra como una buena cinta nacional por las temáticas que toca, que van desde la diferenciación entre clases sociales hasta el instinto por sobrevivir, lo que genera una obsesión incontrolable en el protagonista.

Puntaje: 8

En busca de su mascota

“Isla de Perros” (Isle of Dogs, 2018) es una comedia de aventuras, animada con la técnica stop motion, dirigida, escrita y producida por Wes Anderson. Las voces originales están puestas por actores estadounidenses tales como Bryan Cranston, Liev Schreiber, Edward Norton, Bob Balaban, Bill Murray, Jeff Goldblum, Greta Gerwig, Tilda Swinton y Scarlett Johansson. Además cuenta con las voces japonesas de Koyu Rankin, Kunichi Nomura, Akira Takayama y Akira Ito. La película abrió el Festival de Cine de Berlín, donde Wes Anderson ganó el Oso de Plata a la Mejor Dirección.


Ambientada en un futuro cercano de Japón, la cinta se centra en Atari (Koyu Rankin), un niño de 12 años que tuvo un pasado trágico y ahora vive con su tío Kobayashi (Kunichi Nomur), alcalde de la ciudad de Megasaki. Debido a un virus que se esparce entre los perros, Kobayashi decreta que los canes deben ser exiliados a la Isla Basura. El primer animal que es mandado allí es Spots (Liev Schreiber), mascota de Atari. Al ser arrebatado su mejor amigo, el chico robará una avioneta y aterrizará dificultosamente en la isla con el objetivo de encontrarlo. Para eso contará con la ayuda de Chief (Bryan Cranston), Rex (Edward Norton), King (Bob Balaban), Duke (Jeff Goldblum) y Boss (Bill Murray), un grupo de perros alfa que se la rebusca como puede para sobrevivir.


Siempre que aparece una producción animada que no fue hecha por computadora es para celebrar. Y más si es en stop motion, donde el movimiento del objeto estático se construye manipulándolo entre tomas, trabajo que requiere de una máxima atención por los detalles. Wes Anderson ya había realizado con esta técnica “Fantastic Mr. Fox” (2009), y como era de esperarse, con “Isla de Perros” vuelve a lucirse.

Por empezar, cada imagen resulta una maravilla visual que da ganas de pausar para poder apreciar todos los objetos colocados a la perfección, sin dejar nada librado al azar. Imposible no pensar en la cantidad de tiempo que debe haber llevado construir cada escenario como personaje, con pequeñas particularidades que hacen a cada elemento único. En especial la locación de la isla, en donde la soledad se palpita en el aire mientras alguna que otra hoja de periódico vuela entre montañas de residuos. O el aspecto de los animales, algunos esqueléticos como otros en los que el pelaje llega a parecer súper real, tanto es así que hasta se pueden observar las pequeñas pulgas.

Además de la cuidada composición en cada escena, lo que nos hace empatizar con los perros (como si fuera difícil hacerlo) son sus ojos, que producen las más acuosas lágrimas o que con una mirada fija ya nos hacen captar cuál es su cometido. La forma en la que se mueven también los hace diferenciarse entre sí. Sin dudas el animal con mejor desarrollo es Chief, un can callejero que se muestra fuerte y valiente ya que en el fondo tiene motivos para preferir la vida sin dueño. 

La cinta está dividida por capítulos con títulos, así como los flashbacks son notoriamente aclarados lo que puede sacarnos un poco de la trama que veníamos apreciando. La música, compuesta por el galardonado Alexandre Desplat, es toda una exquisitez, llena de profundidad y concordancia con la aventura de Atari.

Desde el guión, “Isla de Perros” tiene variadas situaciones que, por cómo están planteadas, provocarán muchísima risa y ternura. No obstante lo más satisfactorio resulta la temática, ya que no sólo es la historia de un chico buscando a su perro sino que Anderson mete a la política de por medio, dejando un claro mensaje de cómo a veces los líderes ocultan información a su pueblo y son los ciudadanos los que deben hacerse escuchar.

A pesar de que su trama sea sencilla, para ver “Isla de Perros”, sabiendo que es de Wes Anderson, hay que ir completamente despabilado para no perderse nada, por lo que no es recomendable llevar a chicos muy chiquitos. Si sos amante de los animales, definitivamente la vas a disfrutar.

Puntaje: 8

El fútbol en Palestina

“¡Yallah! ¡Yallah!” (2017) es un documental que constituye la primera coproducción oficial entre Argentina y Palestina. Está dirigido, producido y escrito por Fernando Romanazzo y Cristian Pirovano, que lo filmaron entre 2014 y 2015. Los protagonistas son Abed-Fatah Arar, Roberto Kettlun, Yosef Alazzah, Susan Shalabi, Nabeel Hrob, Mohammad Abu Sulaiman, y Eyad Abu Garguood. Se presentó en la edición del año pasado del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) y en el Festival Latinoamericano de Cine Árabe de 2014 obtuvo el premio a “Mejor Trabajo en Progreso”.


A través de siete ciudadanos palestinos vinculados al fútbol, Romanazzo y Pirovano retratan, desde un ángulo muy original, cómo el pueblo se ve constantemente acosado por el Estado israelí. Sin necesidad de mostrar escenas sangrientas, la cinta transmite los diversos problemas cotidianos a los que se enfrentan los jugadores, tales como las autorizaciones y visas que se necesitan para trasladarse hacia otro lugar, las detenciones sin ningún tipo de argumento, la clausura del Club Islámico, la discriminación y el marcado carácter que tiene Israel al no querer ver triunfar en el deporte a Palestina.

En los jóvenes se puede observar cómo el fútbol es utilizado para evadir la situación actual de su propio país. A pesar de que muchos hace años que no pueden reunirse con sus familias, se los ve apasionados por jugar y demostrar su talento. La pérdida del entrenamiento diario, así como la falta de recursos y/o financiamiento, influyen en el desempeño del equipo, por eso algunos que tuvieron que pasar por la cárcel mantuvieron la práctica física desde allí. Como se ve, las ganas de superarse a sí mismos están en lo más profundo de su ser.

“¡Yallah! ¡Yallah!”, que significa “¡Dale! ¡Dale!” en español y es la frase que los palestinos utilizan para alentar a su cuadro, refleja con mucho compromiso una realidad actual angustiante e injusta, donde hasta los realizadores al filmarla estuvieron en zona de peligro. Un trabajo que nos hace tomar conciencia de lo mal que está el mundo y lo necesario que es que este conflicto se resuelva de otra manera, dejando de perjudicar de una vez por todas a los civiles.

Puntaje: 7

miércoles, 16 de mayo de 2018

Hay equipo

“Deadpool 2” (2018) es una comedia de Marvel que funciona como secuela de “Deadpool” (2016). En esta oportunidad el encargado de dirigirla fue David Leitch, reconocido por la primera entrega de “John Wick” (2014), aunque en esa ocasión no fue acreditado, y “Atómica” (Atomic Blonde, 2017). Ryan Reynolds vuelve a producirla y ponerse en la piel del antihéroe, esta vez también participando de la escritura del guión junto a Rhett Reese y Paul Wernick. En el reparto retornan algunos de los actores de la anterior, tales como Karan Soni, T. J. Miller, Brianna Hildebrand y Morena Baccarin; además, se suman bastantes nuevos: Josh Brolin, Zazie Beetz, Julian Dennison, Lewis Tan, Rob Delaney, entre otros.


Ya convertido en todo un mercenario que utiliza sus habilidades para matar a delincuentes, narcotraficantes y asesinos, Deadpool (Ryan Reynolds), por más roto que esté en su interior, debe enfrentar otro problema que involucra a un joven llamado Russell (Julian Dennison), el cual se nombra a sí mismo Firefist por su poder de crear fuego con sus manos. Aparte de que el chico no quiere volver al orfanato de mutantes donde vivía, pronto comenzará a ser buscado por Cable (Josh Brolin), un villano que puede viajar en el tiempo. Deadpool, dándose cuenta de que no puede ocuparse del asunto sin ayuda, formará la “X Force”, un equipo compuesto por otros mutantes que rápidamente se pondrá manos a la obra.


Si en la primera película nos sorprendimos con este personaje irreverente, gracioso y malhablado, aquí todo se eleva a la máxima potencia. Tanto la acción como los chistes abundan durante las dos horas de metraje, lo que para algunos puede jugar en contra ya que no hay respiro. Las bromas se suceden una tras otra, y aunque muchas continúan siendo súper ingeniosas, haciendo referencias buenísimas al mundo de Disney, DC, X-Men y hasta a Justin Bieber, otras no generan la risa buscada por sucederse tan rápidamente.

En cuanto a la estructura narrativa, en su primer visionado la cinta resulta rara porque como espectador cuesta captar qué camino quiere tomar el director con la historia. En los primeros minutos parece que el foco estará puesto en la relación de Wade con su novia Vanessa (Morena Baccarin) y en cómo él pasa sus días combatiendo a los criminales sueltos por el mundo, sin embargo luego el relato toma otra dirección completamente distinta, que a la larga llegamos a aceptarla porque no queda otra. No obstante, la segunda hora del filme tiene varias situaciones que podrían haberse acortado.

Ryan Reynolds sigue siendo la opción perfecta para encarnar a Deadpool, logrando que sea imposible imaginarse a otro actor encarnando este papel. De las nuevas incorporaciones, Shioli Kutsuna como “Yukio” da ganas de que tenga más momentos en pantalla hablando con Wade y Zazie Beetz en el rol de “Dominó” tiene mucha presencia sin decir muchas palabras. En cuanto a los actores que ya estaban en la primera, se esperaba más participación de Brianna Hildebrand como “Negasonic”; la joven mutante tiene incluso menos escenas que en 2016.

Si vas a ver “Deadpool 2” por su humor negro, ironías, referencias a otras películas y alguna que otra situación grotesca, que no te quede duda que la vas a pasar fenomenal. En mi caso prefiero a su predecesora, que me pareció mucho más clara con lo que quería reflejar. Eso sí, la última escena post créditos se convierte en una de las mejores en lo que va de filmes de superhéroes, ya sea por lograr una situación desopilante como por burlarse con inteligencia de errores cometidos en el pasado.

Puntaje: 7

La realidad sobre la maternidad

“Tully” (2018) es una comedia dramática dirigida por Jason Reitman y escrita por Diablo Cody. Esta dupla ya es reconocida por la aclamada “Juno” (2007) y “Young Adult” (2011), siendo la última protagonizada por Charlize Theron como también sucede en esta ocasión, en donde la actriz además ocupa el rol de productora. Completan el reparto Mackenzie Davis (Yorkie en el episodio San Junipero de “Black Mirror”), Ron Livingston, Mark Duplass, Elaine Tan, Gameela Wright, Asher Miles Fallica y Lia Frankland. La película se presentó por primera vez en el Festival de Sundance; la inspiración de Diablo llegó cuando estaba embarazada de su tercer hijo y se dio cuenta que en ninguna cinta se representaba de forma honesta lo que atraviesa una mujer al ser madre.


Marlo (Charlize Theron) está exhausta: con dos niños pequeños y un tercero en camino, se siente tan abrumada que pareciera que perdió su razón de ser. Drew (Ron Livingston), su marido, no resulta de ayuda ya que trabaja todo el día y el poco tiempo que está en casa lo dedica a los videojuegos. Como si fuera poco, la directora del colegio de sus hijos cita a Marlo para comunicarle que Jonah (Asher Miles Fallica) es un chico “poco convencional” por lo que debería contratarle una maestra auxiliar (la escuela no se ocupa de esos asuntos). Una noche en la casa de su adinerado hermano Craig (Mark Duplass), éste, al verla tan baja de ánimo, le propone que llame a una niñera nocturna así Marlo podrá dormir las horas necesarias. Al principio la idea de tener a un extraño en el hogar por las noches no le gusta para nada, pero luego Marlo termina aceptando. Así entra en escena Tully (Mackenzie Davis), una joven de espíritu libre que empezará una amistad con Marlo y alivianará sus quehaceres cotidianos.


Luego de lucirse el año pasado en la cinta de acción “Atómica” (Atomic Blonde), Charlize Theron decidió dejar atrás su esbelta figura y aumentar 22 kilos para ponerse en la piel de este nuevo personaje. Un gran mérito de la actriz que aporta aún más credibilidad de la que ya tenía por sí sola.

La cinta atrapa desde el comienzo al mostrarnos el día a día de Marlo, cómo la rutina la está consumiendo a tal punto que ya no sabe quién es. Su personalidad cambió rotundamente y, por limpiar, cambiar pañales, dar la leche, cocinar, llevar a los nenes a la escuela, etc., los días pasan volando sin que ella tenga tiempo para sí misma. Con la llegada de Tully, que vendría a ser como una Mary Poppins moderna, se produce un gran contraste de personalidades muy atractivo de ver: Tully no sólo viene a velar por la seguridad de la recién nacida, sino que otra de sus prioridades es cuidar de Marlo, hecho que parece inexistente en la vida de esta madre.

Como ya nos tiene acostumbrados, Jason Reitman se anima a mostrar la faceta más realista, en este caso, de la maternidad. Aunque las situaciones graciosas están, el drama es el que abunda. Sin embargo está tratado de tan buena forma, tocando temas como la identidad, los sueños y la depresión post parto, que la película logra ser inteligente, bella y emocionante.

Todos los del reparto dan buenísimas interpretaciones, incluidos los niños; en especial Asher Miles Fallica, que tiene que interpretar a un chico que le cuesta relacionarse. El vínculo que tiene con su madre, donde se nota que ella lo ama pero también se le hace difícil tranquilizarlo, está muy bien trabajado y sus escenas pueden llegar a sacar más de una lágrima.

“Tully” explora el ser madre desde un ángulo diferente, donde no todo es color de rosas ya que la monotonía afecta en gran parte a los sentimientos de la mujer. Diablo Cody expone lo que atraviesan miles de madres, dejando en claro algo muy importante: no tiene por qué dar vergüenza el pedir ayuda.

P.D: durante la segunda mitad del filme algunas escenas resultan rarísimas, no obstante el desenlace aclara esas dudas, generando que uno quiera volver a verla una y otra vez teniendo en cuenta ese detalle.

Puntaje: 9

miércoles, 9 de mayo de 2018

El plan para salvar a los civiles

“Rescate en Entebbe” (Entebbe, 2018) es una película dramática coproducida entre Reino Unido y Estados Unidos. Está dirigida por el portugués José Padilha, productor de la serie “Narcos”, y escrita por Gregory Burke. El reparto incluye a Rosamund Pike (Amy Dunne en “Gone Girl”), Daniel Bruhl (Niki Lauda en “Rush”), Nonso Anozie, Eddie Marsan, Denis Ménochet (Daniel en “María Magdalena”), Ben Schnetzer (Max en “La Ladrona de Libros”), Juan Pablo Raba, entre otros. Es el cuarto filme que dramatiza lo que ocurrió en junio/julio de 1976 en Entebbe, Uganda. 


A fines de junio de ese año, dos palestinos, junto a los alemanes de izquierda radical Brigitte Kuhlmann (Rosamund Pike) y Wilfried Bose (Daniel Bruhl), tomaron un avión de aerolínea francesa en pleno vuelo. Éste se dirigía de Tel Aviv a París, pero los secuestradores ordenaron que se desviase a una terminal abandonada ubicada en el aeropuerto de Entebbe, donde se encontraba el presidente de Uganda Idi Amin (Nonso Anozie), que apoyaba a las fuerzas pro palestinas. Ni bien se enteran del acto terrorista, los políticos de Israel discutirán cómo proceder para salvar a los 248 pasajeros y 12 tripulantes.


Después de tener más de un largometraje basado en estos hechos, uno se pregunta qué aporta una cuarta producción basada sobre lo mismo, en la que algunos hechos ni siquiera están retratados cómo realmente fueron. Se pueden tomar concesiones para que el relato sea más emocionante, sin embargo aquí el director y guionista tomaron la decisión más errónea: tratar de humanizar en cada escena a los raptores alemanes.

Para esto se recurre a mostrarlos tristes por lo que están haciendo, exclamando que ellos no desean matar a las víctimas ya que son humanitarios. Toda la culpa recae entonces en el Frente Popular para la Liberación de Palestina, lo que no resulta creíble teniendo en cuenta que en la realidad  Kuhlmann y Bose fundaron el grupo terrorista “Células Revolucionarias”.

Por otro lado algunos sucesos están bien representados y mantienen atento al espectador, tales como la escala que realizan en Libia para cargar combustible, donde una mujer finge tener un aborto, la división de rehenes de acuerdo a si eran israelíes o judíos o la decisión del comandante del vuelo. No obstante la película en un comienzo se enfoca en mostrarnos diversos escenarios, donde se aclara en qué lugar están ocurriendo pero son tantos que a uno se le olvidan.

Teniendo en cuenta su título, uno lo que más espera es el rescate por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Este tarda muchísimo en llegar gracias a las diversas escenas con mucho guión que hacen perder un poco el interés. Cuando sucede, no es para nada como se esperaba que fuera: ocurre en poquísimo tiempo y aparte ni el montaje ni la música ayudan.

La misión para liberar a los civiles no combina ni un poco con una danza teatral en la que participa la novia de uno de los soldados israelíes. Ese tipo de subtramas, como también la de una relación entre Kuhlmann y un compañero que no participa en el suceso, sólo consiguen que el relato pierda su eje.

“Rescate en Entebbe” tiene una moraleja importante sobre la necesidad de la comunicación para llegar a un acuerdo, sin embargo el mensaje no llega a tener la contundencia que debería, lo que hará que la cinta sólo sea recordada como “otra película más sobre lo que pasó en Uganda”.

Puntaje: 5,50

Veredicto injusto

“Custodia Compartida” (Jusqu'à la garde, 2017) es una película francesa dramática dirigida y escrita por Xavier Legrand, siendo esta su ópera prima. Está basada en su propio cortometraje “Just Before Losing Everything” (Avant que de tout perdre) que en 2013 estuvo nominado al Óscar. El reparto está compuesto por Denis Ménochet, Léa Drucker, Thomas Gioria, Mathilde Auneveux, Mathieu Saikaly y Saadia Bentaïeb. El filme ganó como Mejor Ópera Prima y Mejor Director en el Festival de Venecia. 


Miriam (Léa Drucker) se divorció de Antoine Besson (Denis Ménochet). Reunidos con sus respectivos abogados, la mujer ruega que se le conceda la custodia exclusiva de Julien (Thomas Gioria), el hijo de 10 años que comparten. Ella argumenta que su ex es una persona muy violenta pero por otro lado Antoine afirma que le quieren arrebatar su rol como padre y que Miriam les mete ideas raras a sus hijos. El juez dictamina que lo mejor será que la custodia sea compartida pero… ¿verdaderamente esa es la mejor opción para Julien?

El film comienza con una extensa escena en el juzgado, donde los abogados de Miriam y Antoine hablan y hablan sin dar respiro. Cada posición está tan bien fundamentada que como espectador no logramos dilucidar quién es el que dice la verdad. Y es mejor entrar a la sala sin saberlo.

Xavier Legrand nos habla sobre una temática que se siente muy actual por lo que resulta sencillo captar nuestro interés. El foco está puesto en el niño, que gracias a la sentida interpretación de Thomas Gioria empatiza con el espectador desde el comienzo. Sólo con su expresión facial, una mezcla entre tristeza y enojo, sabemos que no se siente cómodo con lo designado.

A pesar de que sea una historia que tranquilamente pudiera suceder en la realidad, salvo por el último tramo que se convierte en una especie de thriller, la película se torna aburrida por los minutos malgastados en asuntos que quedan en la nada (como el embarazo de la hermana de Thomas). Aparte tiene variadas escenas larguísimas sin diálogo (por ejemplo cuando Miriam se despierta a mitad de la noche).

“Custodia Compartida” pone sobre la mesa la manipulación y violencia que muchas veces no ocurrirían si la Justicia pusiera un poco más de atención antes de dar su veredicto. Su mensaje es tan importante como claro, pero en la manera en la que el director lo aborda durante su acto final es en donde falla: la situación pierde verosimilitud y se aleja del componente realista que muy bien venía manteniendo. Sin dudarlo sigue siendo un relato potente, pero queda la sensación de que con un cortometraje ya era suficiente.

Puntaje: 6

miércoles, 2 de mayo de 2018

Cansada del éxito

“Basada en Hechos Reales” (D'après une histoire vraie, 2017) es un thriller psicológico dirigido por Roman Polanski, que también lo escribió junto a Olivier Assayas (Personal Shopper, 2016). Co-producida entre Francia, Bélgica, Italia y Polonia, la cinta está basada en la novela homónima de Delphine de Vigan. La protagonizan Emmanuelle Seigner, esposa de Polanski en la vida real, y Eva Green, que luego de 13 años dedicándose a películas y series en inglés vuelve a su lengua materna. Fue presentada por primera vez en la última jornada del Festival de Cannes, fuera de competencia.


La historia se centra en Delphine Dayrieux (Emmanuelle Seigner), una famosa escritora que tiene muchísimos admiradores gracias a la publicación de un libro basado en el suicidio de su madre. Mientras Delphine firma ejemplares en un evento, llega a sentirse abrumada por la cantidad de gente y decide terminar la firma antes de lo previsto. En ese momento conoce a Elle (Eva Green), una misteriosa fanática suya con la que entablará una conversación más distendida en una fiesta. Delphine está atravesando un bloqueo creativo, su esposo trabaja en otro continente y sus hijos ya hicieron vida propia. De a poco Elle aprovechará la soledad de ésta para meterse en su rutina, manipularla sobre qué es lo que tiene que escribir y hasta mudarse con ella.


Gracias a la intrigante música compuesta por Alexandre Desplat, que recientemente ganó el Óscar por la banda sonora de “La Forma del Agua” (The Shape of Water, 2017), el espectador capta de inmediato que las intenciones de Elle no son precisamente buenas. Esto también se debe a la fuerte presencia que tiene Eva Green en pantalla: la seguridad que tiene en sí misma la sabe transmitir utilizando sólo su mirada. Elle es una escritora fantasma, por lo que nunca recibe el crédito que merece. El contraste que se hace entre estos dos personajes resulta interesante ya que, por el carácter de Elle y la vulnerabilidad de Delphine, es inevitable que la relación se vuelva tóxica.

La película nos muestra el otro lado del éxito, que no es para nada agradable. La reconocida autora está pasando por una etapa en la que simplemente le gustaría desaparecer y no escuchar la misma pregunta: “¿Ya empezaste a escribir?”. Cuando se sienta delante de la notebook, con la hoja en blanco del Word, se queda paralizada y, por más que piense y piense, las palabras correctas no llegan. Aparte, Delphine debe soportar las cartas anónimas llenas de odio por su último trabajo, lo que sólo consigue debilitarla y que su autoestima esté por el piso.

A pesar de quedar eclipsada por la seductora e impredecible Elle de Eva Green, Emmanuelle Seigner brinda una buena interpretación como la crédula Delphine, dándonos ganas de poder advertirle que deje de depositar toda su confianza en su nueva amiga. La elección del vestuario también es muy acertada ya que refleja a la perfección las respectivas personalidades.

Con un desenlace que deja al espectador rememorando lo que acaba de ver para sacar su propia conclusión, “Basada en Hechos Reales” se alza como otro buen thriller de Polanski, uno en el que la locura y la obsesión están a la orden del día.

Puntaje: 8

Hay algo raro en casa


“Aterrados” es una película de terror nacional dirigida y escrita por Demián Rugna (“Malditos Sean!”, ”No sabes con quien estás hablando“). Está libremente basada en “Tienen Miedo”, cortometraje que el propio director realizó hace más de 15 años. El reparto incluye a Maximiliano Ghione, Norberto Gonzalo, Elvira Onetto, Agustín Rittano, George Lewis y Demián Salomón. Fue estrenada en la edición del año pasado del Festival Internacional de Cine Fantástico de la ciudad de México (Mórbido Film Fest), en donde ganó el premio homónimo.


En un barrio del Gran Buenos Aires comienzan a darse situaciones tan incomprensibles como extrañas. Fuertes ruidos, voces, agua que tarda en irse por el drenaje, muebles que se mueven solos… pareciera que cualquier cosa pudiera ocurrir. El comisario Funes (Maximiliano Ghione) se contacta con Mario Jano (Norberto Gonzalo) para develar el misterio. Junto a Albrec (Elvira Onetto), investigadora experta en fenómenos paranormales, y Rosentok (George Lewis) el grupo se dividirá en las tres casas afectadas. Esa noche, la imaginación les jugará una mala pasada a algunos mientras que otros directamente no sobrevivirán.

Al leer la sinopsis, muchos pueden creer que la temática es más de lo mismo, otra típica historia de terror que no consigue asustar. No se dejen engañar: Demián Rugna, al crear un mundo que se rige por sus propias reglas, logra innovar y hacernos pegar más de un salto en la butaca. Esto se da gracias a que el director se focaliza en la construcción de una atmósfera oscura, súper atrapante como atemorizante.

Por otro lado, las buenas actuaciones de todo el reparto fortalecen la historia. No se escatima en la cantidad de sangre a mostrar, lo que hace que la experiencia sea aún más perturbadora. La intriga llega a su punto más alto gracias a unas horribles criaturas desnudas de ojos blancos, que a veces pueden hacerse visibles y generan espanto. Sobre el final se decide darle una explicación sobre cuál es su procedencia, lo que resulta totalmente innecesario.

En otra escena, un chico que fue atropellado por un colectivo vuelve a estar, con un aspecto terrible e inmóvil, en el living de su casa. Situaciones así nos ponen los pelos de punta, sin embargo algunos efectos no están bien logrados, en especial el de una mujer volando y estampándose contra la pared repetidas veces.

La película inicia presentándonos a la pareja de una de las casas en la que se dan los hechos paranormales. Se toma su tiempo, con una gran utilización de la música y los silencios, para conocer lo que le pasa a cada uno así como a su vecino, al que luego también le será inexplicable contar lo que le sucedió. Al centrarse en estos personajes durante su primer tramo, inevitablemente termina quedando brusco que luego la atención esté puesta en su totalidad tanto en el policía como los investigadores.

A pesar de sus pequeñas fallas, “Aterrados” se alza como un buen exponente de género en la Argentina. Su desenlace da ganas de más ya que uno desea seguir asustándose siendo testigo de lo que sucede en ese vecindario. Terror del bueno no hay seguido en cartelera, por lo que ésta es una opción a tener muy en cuenta.

Puntaje: 7

Cuando la vida ya no tiene sentido


“La Desaparición” (Pororoca, 2017) es una película dramática coproducida entre Rumania y Francia. Está dirigida y escrita por Constantin Popescu. El reparto incluye a Bogdan Dumitrache, Iulia Lumânare, Constantin Dogioiu, Stefan Raus y Adela Marghidan. Fue presentada en la 65 edición del Festival de San Sebastián, donde Dumitrache ganó la Concha de Plata al Mejor Actor.


Cristina (Iulia Lumânare) y Tudor (Bogdan Dumitrache) son una pareja que vive en un apartamento de Bucarest con sus dos hijos: Ilie (Stefan Raus), de siete años, y María (Adela Marghidan), de cinco. Un domingo soleado a la mañana Tudor y los niños deciden pasar el día en la plaza. Inexplicablemente, María desaparece. Desde ese momento la dinámica familiar cambiará para siempre.


El título original del filme hace referencia a la enorme ola del Amazonas, ese fenómeno que dos veces al año produce un ruido ensordecedor media hora antes de ocurrir. ¿Qué tiene que ver esto con la película? Constituye una gran metáfora. Durante sus dos horas y media, Constantin Popescu nos muestra cómo a partir de una situación inesperada, un hombre va cayendo en la monotonía, depresión y necesidad de encontrar una respuesta lógica. La culpa, compuesta a partir de extensos silencios y escenas de la vida cotidiana, se cuece a fuego lento para desembocar en ese “gran estruendo”: un desenlace de lo más violento en el que más de uno se querrá tapar los ojos.

La temática de esta cinta ya fue tratada en varias producciones, sin embargo aquí el foco no está puesto en la labor detectivesca por hallar al culpable sino que se busca hacer un análisis de cómo, con el paso de los días que se convierten en semanas y semanas que se vuelven meses, el protagonista se vuelve una persona irreconocible, tanto en su aspecto como en su accionar.

Esto da paso a una advertencia: Pororoca no es una película que se le pueda recomendar a cualquiera y si se va con ganas de que las cosas queden resueltas, el final dará bronca porque deja algún que otro cabo suelto en el que el espectador debe sacar su propia conclusión. Aunque su inicio y desenlace sean muy potentes, todo lo demás (aunque es necesario para el desarrollo del protagonista), inevitablemente se vuelve aburridísimo, en especial cuando la mujer y el nene no están más en pantalla.

Cada escena dura muchísimo más tiempo del que estamos acostumbrados (una llega a los 18 minutos sin cortes), se utiliza la cámara fija y los planos abiertos, que dan paso a querer descubrir qué detalle estamos pasando por alto. Las imágenes del parque en el que se da la desaparición de María logran transmitir a la perfección la desesperación de Tudor; el escenario es tan inmenso, con cientos de árboles, arbustos y hasta un profundo lago, que tanto al padre como al espectador le pasan por la cabeza múltiples hipótesis de lo que puede haber sucedido, teniendo en cuenta también los dichos de otros niños que jugaban allí ese mismo día así como lo que ocurrió antes en la casa de Tudor.

“Pororoca” es de un arduo visionado, ya sea por el tedio que produce al plasmar los días casi idénticos de su protagonista o porque las diferentes pistas que nos hacen sospechar no conducen a nada. A pesar de ello, las críticas al sistema policial así como el derrumbe familiar y personal ante la pérdida están muy bien reflejadas, en su mayor parte gracias a la buena interpretación de Bogdan Dumitrache.

Puntaje: 6

Con ganas de matar

“Los Extraños: Cacería Nocturna” (The Strangers: Prey at Night, 2018) es una película de terror que funciona como secuela de “The Strangers” (2008). Está dirigida por Johannes Roberts y el guión vuelve a estar a cargo de Bryan Bertino, esta vez junto a Ben Ketai. El reparto incluye a Bailee Madison (Maxine Russo en la serie televisiva “Los Hechiceros de Waverly Place”), Lewis Pullman, Christina Hendricks (Drive, Ginger & Rosa) y Martin Henderson. Está basada en hechos reales.


Cansada del mal comportamiento y calificaciones bajas de su hija Kinsey (Bailee Madison), Cindy (Christina Hendricks) decide inscribirla en un internado. Antes de mandarla allí, Cindy y su marido Mike (Martin Henderson) planean tener un último tiempo en familia. Para eso se dirigen junto con sus hijos al establecimiento de casas remolque ubicado en Gatlin Lake. Llegan cuando la oscuridad ya se hizo presente, y Kinsey, que ni quiere ver las caras de sus padres, sale a tomar aire fresco. Su hermano Luke (Lewis Pullman) la encuentra; mientras charlan, la curiosidad se hace más fuerte al ver que la puerta de un trailer está abierta, por lo que se animan a entrar. Lo que menos se imaginan es encontrarse con dos cadáveres, lo que dará comienzo a una noche horrorosa en la que tres personas enmascaradas querrán acabar tanto con sus vidas como con las de sus padres.


La primera película, protagonizada por Liv Tyler y Scott Speedman, a pesar de su corta duración se volvía larga por lo aburrida que era, sumándole que los personajes desde el comienzo no eran lo suficientemente interesantes. Por suerte, en la secuela esto queda descartado: Johannes Roberts tuvo el acierto de focalizarse en la familia del relato antes de que la peor pesadilla de sus vidas ocurra. Así, de antemano conocemos a una adolescente que está pasando por una etapa complicada, donde aún no tiene definido quién es, cometió errores y no sabe exteriorizar lo que le pasa. La relación con su madre inevitablemente es tensa, ya que mientras Cindy cree que está haciendo lo correcto para que su hija reanude el buen camino, Kinsey sólo piensa que a ella la toman como un problema que resulta más fácil sacárselo de encima.

Si de entrada el espectador siente empatía por los personajes, lo que pasará a continuación definitivamente asustará ya que velamos por la seguridad de estas personas que fueron elegidas al azar. Ahí reside el atractivo de esta cinta slasher: los asesinos no matan por cumplir una venganza, por un enojo o circunstancia en particular sino que lo hacen sin tener razones, simplemente por el hecho de que tienen ganas y se divierten de esa manera.

La temática puede parecerse mucho a las películas de “La Purga”, tanto por el diseño de las máscaras como por los comportamientos de los homicidas. Sin embargo en este caso la idea también funciona y eso es en gran parte gracias a la ambientación como a la buena fotografía. La acción en el primer filme en su mayoría estaba recluida a suceder dentro de la casa, ahora esto se extiende al vacío establecimiento de casas rodantes, lo que amplía el escenario. La oscuridad, la autopista desierta, el silencio y la neblina juegan un rol importante que da paso a una atmósfera atemorizadora.

No obstante los fallos de “Los Extraños: Cacería Nocturna” no pueden pasar desapercibidos. Como en la mayoría de películas de terror, los personajes toman decisiones estúpidas. El guión en diversas situaciones no ayuda en absoluto a mantener la tensión ya que las frases que les toca decir a ciertos actores son inconcebibles para el momento que les toca atravesar. Por otro lado es imposible que una chica súper herida pueda correr o subirse por una ventana, así como que un joven a pesar de ser acuchillado y perder lo que visualmente parecería una cantidad enorme de sangre, siga con vida. Pero lo peor de todo no es todo eso, a lo que ya estamos acostumbrados, sino el alargue que se hace en una de las secuencias finales. Al ser tan extenso (y absurdo) se pierde de inmediato el efecto buscado. Menos siempre es más.

“Los Extraños: Cacería Nocturna” no es nada que no se haya visto antes, pero en su mayor parte consigue entretener y poner nervioso al espectador. Sangrienta y violenta, si lo que buscás es asustarte en una noche con amigos, ésta es la película a tener en cuenta.

Puntaje: 7

Mostrarse tal cual uno es


“Yo Soy Simón” (Love, Simon, 2018) es una comedia dramática dirigida por Greg Berlanti y escrita por Elizabeth Berger e Isaac Aptaker. Está basada en la novela para jóvenes adultos “Simon vs. the Homo Sapiens Agenda”, que constituye el debut literario de Becky Albertalli. El reparto incluye a Nick Robinson (Ben Parish en “La Quinta Ola”), Alexandra Shipp (Storm en “X-Men: Apocalipsis”), Katherine Langford (Hannah Baker en la serie “Por Trece Razones”), Logan Miller (Kent McFuller en “Si No Despierto), Jennifer Garner, Josh Duhamel, Jorge Lendeborg Jr., Talitha Bateman (Janice en “Annabelle: La Creación”) y Keiynan Lonsdale (Uriah en “Divergente”). Es la primera película de un gran estudio (Fox) que se focaliza en una relación adolescente gay.


Simón Spier (Nick Robinson) es un chico como cualquier otro: tiene una familia compuesta por su mamá psicóloga (Jennifer Garner), un padre que siempre tiene algún chiste para destacarse (Josh Duhamel), una hermanita que ama cocinar (Talitha Bateman) y un perro juguetón. Aparte no se puede quejar de sus amigos Leah (Katherine Langford) y Nick (Jorge Lendeborg Jr.), los cuales conoce desde la infancia, o de Abby Suso (Alexandra Shipp), que entró a la secundaria hace unos meses pero ya es parte del grupo. Sin embargo, Simón esconde un gran secreto: es gay.


Cierto día, otra persona homosexual, con un nombre falso, publica un texto en la web escolar, por lo que Simón se interesa y comienza a mandarse mails con él desde una cuenta falsa. Por un despiste de Simón en la computadora de la biblioteca, Martin (Logan Miller), otro compañero de instituto, descubre los mensajes que se mandan y decide realizar un chantaje. Éste consiste en que Simón debe ayudarlo a que Abby se fije en él, sino Martin publicará las capturas de pantalla de los mails. Desesperado por proteger su secreto, Simón aconsejará para su conveniencia a sus amigos, a la vez que intentará descubrir quién es el sujeto detrás de la pantalla del cual se está enamorando.

Con un cast de variadas figuras reconocidas en el mundo teen, la cinta se destaca por lo necesaria que es en los tiempos que corren. Su mayor acierto está en el guión, que tiene un ritmo ágil lleno de chistes inteligentes que consiguen sacar más de una carcajada. Casi todos los actores dan interpretaciones correctas, por lo que nos es fácil empatizar desde el comienzo. Sin embargo, tanto el director del colegio como el chico que hace el chantaje pueden volverse insoportables: sus personalidades se vuelven demasiado torpes, y lo que al principio daba gracia cuando ya se torna repetitivo cansa.

La película toca un tema tan importante como lo es la identidad, el ser auténtico y sentirse cómodo con quien uno es. Por más que se le dé un aire súper positivo, que puede llegar a sentirse poco realista, el filme sirve tanto para chicos como para grandes. En el primer caso logra que los jóvenes no teman a los prejuicios y se animen a hablar con sus seres queridos. En el segundo, hace tomar conciencia de que, como adultos, debemos saber que la persona sigue teniendo la misma forma de ser con la que lo conocimos, por lo que no hay argumento que justifique el tratarlo de una forma diferente.

“Yo Soy Simón”, por la manera en la que está contada, entretiene al espectador ya que éste, como Simón, también intenta descubrir quién es el que manda los mails. A la vez tiene su momento dramático muy bien ejecutado, en especial con una charla del protagonista con su madre. Si te gustan las historias que dejan buenos mensajes y aparte te hacen pasar un buen momento en el cine, no dudes en ir a verla con tus amigos o familia.

Puntaje: 8