domingo, 25 de febrero de 2018

Hora de volar

“Lady Bird” (2017) es una película coming of age estadounidense que marca el debut de Greta Gerwig como directora y escritora. El reparto está compuesto por Saoirse Ronan, Laurie Metcalf, Tracy Letts, Lucas Hedges (Patrick en Manchester by the Sea), Beanie Feldstein, Odeya Rush (Fiona en The Giver), Timothée Chalamet, Stephen McKinley Henderson, Lois Smith y Jordan Rodrigues. En los Globos de Oro la cinta ganó en la categoría de “Mejor Película – Comedia o Musical” y Ronan se llevó la estatuilla de Mejor Actriz. Está nominada a cinco premios Óscar, incluyendo “Mejor Película”, “Mejor Actriz” y “Mejor Director”. Llega a las salas argentinas el 1 de marzo gracias a la distribuidora UIP.


Christine McPherson (Saoirse Ronan), una chica de 17 años que vive en Sacramento, reniega de su nombre real haciéndose llamar Lady Bird. A punto de graduarse de la secundaria católica “Sagrado Corazón”, la joven desea a toda costa ser aceptada en alguna universidad de la Costa Este para adentrarse en las artes liberales y cultura que su pueblo no le brinda. Su madre (Laurie Metcalf) no está de acuerdo, lo que genera aún más roces en la relación turbulenta que tienen. Con el paso de los días escolares, Lady Bird se enamorará, reirá con su mejor amiga Julie (Beanie Feldstein), se postulará para una obra musical y compartirá secretos con su padre (Tracy Letts).


El film está basado en las experiencias que Greta Gerwig tuvo en su adolescencia, sin que los sucesos que se cuentan hayan pasado de esa forma en la realidad. Ambientada en 2002, la cinta no se siente una película sino que nos hace sentir parte de un momento en la vida de Lady Bird, personaje súper empático que evoca las inseguridades que se tienen hacia el futuro, el miedo a crecer y, por el sistema educativo norteamericano, la angustia que produce dejar atrás el hogar.

Saoirse Ronan, que ya estuvo nominada al Óscar por “Expiación, deseo y pecado” (Atonement, 2007) y Brooklyn (2015), vuelve a dar una interpretación memorable. Christine decide cambiar su nombre porque aún no tiene definido quién va a ser, no sabe qué rumbo tomar. Su carácter tan fuerte, que puede pasar del enojo al consuelo en segundos, la convierte en una protagonista divertida e inteligente. Las escenas con su mamá (una gran Laurie Metcalf) resultan toda una delicia de ver gracias al guión excelentemente elaborado. Las peleas nos hacen sentir identificados por ser situaciones que casi todos atravesamos, tales como ser regañado por no ordenar la ropa o usar más de una toalla para bañarse. Las palabras hirientes están, pero también se percibe el gran amor que sienten la una por la otra y cómo cuesta, para la madre, el momento en que debe dejar que su hija empiece a tomar sus propias decisiones.

No sólo la relación maternal está bien reflejada en pantalla. Además veremos la hermosa complicidad que Lady Bird tiene con su papá, hombre que sufre depresión y acaban de echarlo del trabajo; el vínculo con su mejor amiga Julie, a la que Christine en cierta parte decide dejar de lado para juntarse con la popular Jenna (Odeya Rush); y el primer enamoramiento con Danny (Lucas Hedges), que conlleva a sentirse con el mundo en las manos luego de un beso.

Las reglas del colegio religioso, tales como usar la pollera hasta la rodilla o bailar sin tocar mucho a la pareja, el pelearse por querer ir al baño cuando en la casa solo hay uno o el mentir para ser aceptado, todas son situaciones que nos pueden haber ocurrido en la adolescencia. Eso es lo que hace tan especial a Lady Bird, película con una simpleza encantadora que, una vez que acaba, dan ganas de ver una y otra vez.

Puntaje: 9

Entrenada para seducir

“Operación Red Sparrow” (Red Sparrow, 2018) es una película estadounidense de espionaje dirigida por Francis Lawrence. Es la cuarta vez que trabaja con Jennifer Lawrence como protagonista luego de “Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte II”. El guión corre por parte de Justin Haythe, basándose en la novela homónima de Jason Matthews. Completan el reparto Matthias Schoenaerts (Gabriel Oak en “Lejos del Mundanal Ruido”), Joel Edgerton, Charlotte Rampling, Mary Louise Parker, Joely Richardson (Anita en “101 Dálmatas”), Jeremy Irons, Thekla Reuten, Douglas Hodge y Kristof Konrad. Llega a las salas argentinas el 1 de marzo gracias a la distribuidora Fox.


Ambientada en la era post Guerra Fría, la historia se centra en Dominika Egorova (Jennifer Lawrence), una joven bailarina rusa que no puede seguir su pasión por haber sido herida en una presentación. La compañía de baile le proveía los medicamentos necesarios para la salud de su madre (Joely Richardson) y el dinero para el alquiler. Al ya no poder continuar su carrera y estar próximas a quedar en la calle, Dominika acepta la oferta de su tío (Matthias Schoenaerts), miembro del servicio de inteligencia exterior ruso. Debido a que en su primera misión no pueden quedar testigos, Dominika prácticamente es obligada a entrar en la Escuela Sparrow. Allí aprenderá a usar la seducción como arma para conseguir lo que su superior le pida en el futuro. Pero cuando tenga que establecer contacto con Nate Nash (Joel Edgerton), oficial de la CIA, las lealtades cambiarán.


Filmada en Budapest y Viena, la cinta se destaca en sus encuadres prolijos de bellos paisajes y lugares lujosos así como en su banda sonora compuesta por James Newton Howard. Jennifer Lawrence tiene la presencia necesaria para cautivar pero en este caso lamentablemente no llega al nivel actoral que logró con “¡madre!” (2017). Y esto sucede debido a lo notorio que resulta su esfuerzo por hacer un acento ruso creíble, aparte de que su personaje sólo produce empatía por lo que le toca sufrir. Dominika no tiene la profundidad que requería este tipo de rol, nunca llegamos a conocerla al 100%, lo que hace que sus decisiones se tornen confusas para el espectador porque no sabemos qué es lo que pasa dentro de su cabeza.

El film dura 140 minutos y esto le juega muy en contra ya que no cuenta con dinamismo, lo que da paso a que el relato en muchos momentos sea aburrido. Se van intercalando escenas densas (donde hay mucho diálogo poco interesante) con situaciones que captan la atención y nos dejan tensos por el nivel extremo de violencia y/o sexualidad. La tortura, sangre y desnudos impactan cuando llegan, pero luego la película vuelve a caer.

Aunque no está dividida por partes, el largometraje se siente así: primero la danza, luego lo que le encomienda el tío, el ingreso a la Escuela Sparrow y la misión real. De todos estos diferentes tonos el más atrapante sin lugar a dudas es el adoctrinamiento que se da en la academia: en las clases que imparte Matron (Charlotte Rampling) cualquier cosa puede suceder porque, según ella, el cuerpo humano no le pertenece a cada uno sino al Estado. Sus creencias dan disgusto y el sometimiento está bien construido, sin embargo no nos cierra del todo que las enseñanzas sólo se basen en cómo seducir (nunca vemos cómo se los entrena militarmente).


El crecimiento de la protagonista no convence, tampoco lo hace su relación con Nate Nash. A pesar de que visualmente cumple con creces, “Operación Red Sparrow” sólo será recordada por su brutalidad.

Puntaje: 6


Huir de la Tierra

“Un Viaje a la Luna” es una película coming of age argentina dirigida y co-escrita por Joaquín Cambre. Resulta su primer largometraje luego de realizar más de 200 videoclips y comerciales. El reparto incluye a Ángelo Mutti Spinetta (nieto del famoso cantante de rock), Leticia Brédice, Germán Palacios, Ángela Torres y Luis Machín. Ganó el Premio a Mejor Ópera Prima y Mejor Música en la última competencia argentina del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Llega a los cines el 1 de marzo gracias a la distribuidora Cine Tren.


La historia se centra en Tomás (Ángelo Mutti Spinetta), un chico introvertido de 14 años que está bajo la presión de su madre (Leticia Brédice) ya que debe aprobar un examen para pasar de año. Con su padre no tiene mucha relación y a su hermana mayor sólo le importa el novio. Tomás concurre al psiquiatra (Luis Machín) y es obligado por su mamá a tomar medicamentos antipsicóticos. El chico siente un pequeño enamoramiento por Iris (Ángela Torres), la vecina mayor de enfrente que está en pareja. Con las vacaciones familiares ya planeadas, a Tomás lo único que le importa es emprender un viaje a la Luna por lo que no perderá el tiempo y se pondrá a construir su propia nave espacial en su habitación.


Yendo al grano, la película está repleta de errores. El primero y principal es la pésima dirección de actores: salvo por Leticia Brédice, que logra interpretar a una madre totalmente imbancable, pareciera que los demás no tenían mucho interés en el proyecto. Ángelo Mutti Spinetta nunca llega a resultar creíble por su chata composición del personaje. Y esto es un problema grave porque él es protagonista y está casi todo el tiempo en pantalla. Cuando le toca hablar, lo hace sin ninguna pizca de expresividad, sólo recita lo que se aprendió. Luis Machín está súper desaprovechado en el papel del psiquiatra, no aporta nada y, por lo que se ve, no le importa lo que le pasa al paciente. Ángela Torres, que aparece en el póster promocional, sólo cuenta con unas pocas escenas en las que se nota que le quisieron dar más importancia a su aspecto (chica muy maquillada y fumadora) que a su personalidad. Como ven, la profundidad de cada personaje es inexistente.

El guión está mal elaborado desde el comienzo. La voz en off de Tomás, que sirve tanto como inicio y desenlace, nos habla de manera filosófica sobre el tiempo, el Sol y los planetas. No produce empatía en el espectador, más bien parecen frases sacadas de un libro. Gracias a un pensamiento recurrente del joven podemos captar que en el pasado pasó por una situación traumática, sin embargo cuando este flashback debería ser mostrado en su totalidad para comprenderlo, deciden mostrar lo mínimo posible, dejándonos con la duda de lo que sucedió.

En su hora y media de metraje la cinta se vuelve extremadamente tediosa por cada escena alargada a más no poder. Sin embargo, la paciencia se agota por completo cuando entramos en el tercer acto: pasamos a ver lo que imagina Tomás, por lo que seremos parte de lo que indica el título del film (una nave espacial dirigiéndose hacia el satélite de la Tierra). Lo único que provoca ver a la familia dentro de la “nave” es risa por la bizarra situación. Aparte resulta inconcebible cómo se comporta la madre allí, teniendo en cuenta que conocemos su carácter, o la poca fuerza que tiene el padre en relación a su hijo de 14 años.

Los efectos utilizados son ridículos, como por ejemplo los ojos, nariz y boca de Iris en la Luna o cuando su personaje flota y canta en el universo. Algunos planos también dejan mucho que desear, en especial el que sólo muestra la boca del psiquiatra moviéndose.

Si el objetivo de la película era mostrar a un chico que lleva consigo una carga pesada difícil de exteriorizar, “Un Viaje a la Luna” no sabe plasmarlo con claridad ya sea por la labor protagónica como por la historia que nunca puede ser tomada en serio. Lo único que vale la pena es la canción que suena en los créditos, escrita y musicalizada por Emilio Haro y Gabriel Barredo, con voz de Ángela Torres.

Puntaje: 3 

Espíritus enojados

“La Maldición de la Casa Winchester” (Winchester, 2018) es una película de terror co-producida entre Estados Unidos y Australia. Está dirigida por los hermanos Spierig, que también escribieron el guión junto a Tom Vaughn. El reparto incluye a Helen Mirren, Jason Clarke (Malcolm en “El Planeta de los Simios: Confrontación”), Sarah Snook, Eamon Farren, Laura Brent y Finn Scicluna-O'Prey. El film está basado en hechos reales.


En 1906, la compañía de armas Winchester se contacta con el médico Eric Price (Jason Clarke) para pedirle que se dirija a la mansión de Sarah Winchester (Helen Mirren), viuda que heredó el negocio de su esposo. La empresa quiere tener un certificado que confirme que Sarah no tiene las facultades mentales necesarias para liderar la compañía. Eric accede a viajar a San José, California, donde se encuentra con una casa gigante en plena construcción de más y más habitaciones. Recibido por Marian Marriot (Sarah Snook), sobrina de Sarah, Eric no tardará en darse cuenta que algo raro sucede en la mansión.


Como ya estamos acostumbrados, la película está catalogada en el género del terror pero no logra crear miedo en el espectador. Aunque los primeros jump scares nos hacen tirar la cabeza hacia atrás, el recurso se repite una y otra vez, generando que ya sepamos de antemano cuando van a aparecer los fantasmas. La música en pocos segundos al máximo volumen no hace más que cansar: siempre pasa lo mismo y la historia se vuelve muy aburrida.

Esto también se debe al poco interés que sentimos por los personajes. Jason Clarke como protagonista tiene cero profundidad, lo que hace imposible empatizar con él (sólo sabemos que es médico y adicto al láudano). Ya avanzada la trama conocemos un poco más sobre su pasado, sin embargo el guión está armado de tal forma que toda la información, tanto de Eric como de la casa maldita, es dicha de golpe sin generar ningún efecto.

Helen Mirren está desaprovechada en el papel de la viuda que ve a los espíritus. Si bien su introducción contiene misterio (da órdenes estrictas a los carpinteros, se viste toda de negro), su angustia por la pérdida de su marido e hija no consigue traspasar la pantalla. Por otra parte, la sobrina y el hijo de ésta, que viven en el hogar, no aportan nada a la trama. Tranquilamente si no estuvieran en la película se entendería lo que sucede sin problemas.

Situaciones ridículas como dispararle a un espíritu o que justo ocurra un terremoto sólo alargan un film con desenlace muy previsible. La fotografía oscura del lugar está bien manejada, lo que luego de haberla visto nos hace pensar en que, si los hermanos Spierig se enfocaban en mostrar más la vivienda, con sus pasadizos secretos y diversas puertas, la cinta hubiese sido mucho más atractiva.


El “inspirada en hechos reales” del póster promocional sólo busca meternos en un relato que no se esfuerza en sobresalir del resto de películas “tenebrosas” que no logran su cometido. Resulta una lástima porque la información de la Winchester Mystery House, que ahora es usada como atractivo turístico, tenía potencial para otorgar una historia espeluznante. 

Puntaje: 4


miércoles, 21 de febrero de 2018

Un cuento de hadas diferente

“La Forma Del Agua” (The Shape Of Water, 2017) es una película de fantasía y romance dirigida y producida por Guillermo del Toro, reconocido por “El Laberinto del Fauno” (2006) y “La Cumbre Escarlata” (2015). También hizo el guión junto a Vanessa Taylor. El reparto está compuesto por Sally Hawkins (Mary Brown en Paddington), Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg y Doug Jones. Consiguió 13 nominaciones a los premios Óscar, incluyendo Mejor Actriz, Mejor Director y Mejor Película. Llega a los cines el 22 de febrero gracias a la distribuidora Fox.


Ambientada en el año 1962, durante la Guerra Fría, la historia se centra en Elisa Esposito (Sally Hawkins), una mujer huérfana, muda y soltera de aproximadamente 40 años. Ella lleva una vida muy rutinaria: se levanta siempre a la misma hora, mientras se baña se masturba y luego se dirige al establecimiento de investigación secreto del gobierno de Estados Unidos, donde trabaja limpiando el laboratorio con su amiga Zelda (Octavia Spencer). La parsimonia del lugar se altera cuando llega el Coronel Richard Strickland (Michael Shannon), hombre que capturó a una criatura acuática en Sudamérica. La curiosa Elisa comienza a interesarse en el monstruo y se da cuenta que él la comprende a través de las señas. El problema surge cuando Strickland disfruta torturar al Hombre Anfibio. Desde ese momento, Elisa, junto a su vecino Giles (Richard Jenkins), armará un plan para sacar al monstruo de allí.


Si hubiera que definir a esta película con una sola palabra sería mágica. El relato tiene muchos elementos del cuento de hadas romántico pero a la vez se distingue de los que ya conocemos. Aquí la princesa se siente imperfecta, el príncipe no es atractivo y sin embargo los dos hallan el amor en el otro. Resulta una delicia ver cada escena que comparten, cómo empiezan a relacionarse, sus gestos y tacto. Elisa encuentra en el monstruo a alguien que no la ve como los demás: él ni siquiera capta que es muda, la acepta por ser ella misma.

Sally Hawkins está magnífica en su rol y bien merecida tiene su nominación al Óscar. Sólo con su mirada nos transmite todo lo que piensa. Empatizamos con ella desde el principio gracias a la excelente presentación de su personaje, que ya nos hace saber cómo es, qué cosas le gustan y cuales detesta. Octavia Spencer compone muy bien a Zelda, una mujer que vive quejándose de su marido (y con mucha razón). En algunos momentos nos hace reír como también nos enoja cuando la discriminan por ser afroamericana. Michael Shannon consigue que, sin emitir palabra, ya sepamos que es el villano. Aunque le faltan motivaciones más concretas (no sólo debería ser malo porque debe acatar las normas de su superior), el actor sabe dar miedo a partir de sus acciones y rudeza al hablar.

El diseño de producción está cuidado al máximo detalle, haciendo que cada plano sea un espectáculo para los ojos. Los movimientos de cámara, el vestuario y la música hacen que nos adentremos en la fantasía sin cuestionar lo que sucede. Del Toro pone las reglas y las acatamos sin dudarlo.

Lo único que le juega en contra a La Forma Del Agua es su duración. En cierto momento, ya adentrada la trama, el conflicto se alarga sin necesidad. A pesar de ello, la escena final conforma una obra de arte en sí misma y obligatoriamente debe ser vista en cine.

“La Forma Del Agua” nos reafirma que lo distinto no tiene que ser rechazado, que lo importante está dentro de uno y no en el aspecto externo. La belleza es de distintos tipos, y qué mejor que esta película para demostrarlo.


Puntaje: 8


Conociéndose a sí mismo

“Llámame por tu nombre” (Call me by your name, 2017) es una película de drama y romance basada en la novela homónima de 2007 escrita por André Aciman. Está dirigida por Luca Guadagnino y el guión corre por parte de James Ivory. La protagonizan Timothée Chalamet y Armie Hammer. También actúan Esther Garrel, Vanda Capriolo, Michael Stuhlbarg, Amira Casar y Victoire Du Bois. Está nominada a cuatro premios Óscar: Mejor Película, Mejor Actor (por Chalamet), Mejor Guión Adaptado y Mejor Canción Original (por “Mistery of Love”). Llega a las salas argentinas el 22 de febrero gracias a la distribuidora UIP.


Verano de 1983. Norte de Italia. Elio (Timothée Chalamet), un chico judío de 17 años, debe desocupar su habitación ya que por seis semanas la usará Oliver (Armie Hammer), un hombre estadounidense graduado en arqueología que viene a ayudar a su padre. Elio pasa los días tocando el piano, leyendo y zambulléndose en el lago. De a poco comienza a sentir atracción por el huésped, aunque su personalidad en nada se parece a la de él. Durante la estadía de Oliver, los dos descubrirán que lo que sienten el uno por el otro es recíproco. ¿Podrán continuar juntos, aunque sea en secreto?


Luego de ver este film puedo comprender por qué fue nominado a muchos premios y aclamado tanto por la crítica como por el público. Variados aspectos lo hacen brillar. Por un lado está la excepcional fotografía de Sayombhu Mukdeeprom: la cinta está repleta de verdes y anaranjados vívidos, tan bellos de contemplar que nos hacen querer estar dentro de la pantalla. El agua cristalina, las frutas, estatuas, la tranquilidad que exuda la casa de campo, todo se conjuga para brindarnos una experiencia simple que toma forma paso a paso.

Es por su ritmo pausado que la película puede no ser disfrutada por cualquiera. Muchos dirán que a medida que pasan los minutos no está sucediendo nada relevante. Así está construida y tiene sentido: ese tiempo de vacaciones nos resulta familiar porque de esa manera sucede en la realidad. El conflicto no tiene por qué aparecer ya, sino que el director nos hace ver el día a día del protagonista, y llegando al desenlace cada mínima cosa que vivió cobra sentido al ver cómo reacciona.

No se puede dejar pasar la gran química que tienen Timothée Chalamet y Armie Hammer. Más que por sus palabras, captamos lo que les pasa por sus miradas y movimientos corporales. La tensión sexual está presente desde que se saludan por primera vez hasta el acortado viaje que comparten. Luca Guadagnino le da mucha importancia al cuerpo humano como centro del plano y no tiene miedo a la hora de mostrar a un adolescente conociendo su propio cuerpo. Esto hace que el film nunca se sienta artificial, sino que tranquilamente el relato podría haber sucedido en ese año como en el pasado o futuro.

El guión cumple con lo que se propone: de a poquito nos vamos encariñando con los personajes aunque no sepamos mucho sobre ellos. Sus idas y venidas, peleas diminutas y conversaciones que esconden gran profundidad constituyen los mejores momentos del film, aparte del importante monólogo que el padre de Elio (Michael Stuhlbarg) da a su hijo. Además, “Mistery of Love” y “Visions of Gideon”, canciones del músico estadounidense Sufjan Stevens, describen a la perfección los sentimientos de Elio y Oliver.


“Llámame por tu nombre”  rebosa sensualidad en sus 132 minutos de duración. Emociona, hace reír y angustia. El director logra que nos sintamos parte del verano que marcó un antes y un después en la vida de Elio, y esa oportunidad es un viaje de ida para no perderse.

Puntaje: 9 


Brutos vs. Bronzios

“El Cavernícola” (Early Man, 2018) es una película británica de animación en stop motion. Está dirigida por Nick Park, que también utilizó esta técnica al crear “Wallace y Gromit” y “Shaun El Cordero”. El guión está a cargo de Mark Burton y James Higginson. Cuenta con las voces originales de Tom Hiddleston, Eddie Redmayne y Maisie Williams (Arya Stark en la serie “Juego de Tronos), pero en los cines argentinos sólo se estrena doblada al español.


En la Edad de Piedra, un grupo de cavernícolas viven tranquilos cazando conejos en el valle. Una noche aparecen tres máquinas gigantes que al avanzar destruyen todo a su alrededor. Éstas están lideradas por Lord Nooth, un señor autoritario de la Edad de Bronce que pretende ocupar el valle, dejando desamparados a los cavernícolas en las tierras volcánicas. Convencido de recuperar su hogar, Dug, junto a su amigo jabalí Hognob, se escabullirá en el pueblo de los Bronzios y se dará cuenta que son aficionados del fútbol. Recordando los dibujos en piedra de sus antepasados, que ya habían jugado con un balón, Dug desafiará a Lord Nooth a un partido. Si los Brutos (Edad de Piedra) logran triunfar, los Bronzios deberán desocupar el valle y no meterse más en sus vidas. Si sucede lo contrario, los cavernícolas deberán trabajar en las minas por siempre.


Como se puede ver la historia es de una simpleza absoluta sin embargo los muñequitos de plastilina otra vez consiguen sacarnos carcajadas. Y las risas son muchísimas tanto en chicos como adultos. Durante la hora y media de duración no hay ni un solo momento en el que el film sea aburrido, hasta dan ganas de no pestañear para captar cada detalle de ese mundo tan bien diseñado. La forma de manejarse en la prehistoria está plasmada de una manera muy innovadora, ya sea por los broches para la ropa que consisten en pequeños cocodrilos con dientes afilados o los escarabajos que funcionan como afeitadoras. La Edad de Bronce no se queda atrás ya que podemos ver la importancia que se le da a este metal, la vestimenta futbolística (con bichos como botines) y los lujos con los que vive Lord Nooth.

Es para destacar que la cinta no tenga como único objetivo el hacer reír; aparte de ello se anima a tocar temáticas interesantes que serán captadas por los más grandes. Una de ellas consiste en el dominio de las tierras, que conlleva la destrucción del hábitat natural y que, como en la realidad, no tiene un argumento válido (en la película Lord Nooth se justifica diciendo que la “Edad de Piedra” ya llegó a su fin). El villano pretende esclavizar a los que cree de “un rango inferior” pues él considera que sólo sirven para trabajar en las minas.

Por otro lado la película sale airosa al romper estereotipos en cuanto al rol de la mujer: Goona adora jugar al fútbol pero en la Edad de Bronce ese deporte sólo es para hombres; ella continúa firme a su pasión, entrenando cuando nadie la ve hasta que conoce a Dug y decide ayudar a su tribu para que logren ganar el gran partido. En la Edad de Piedra se nota que en cuanto a habilidad e inteligencia ella es muy superior a los demás, no obstante esto nunca es mal visto por los cavernícolas, todo lo contrario a lo que pasaba en su propia comunidad. Personajes femeninos fuertes e independientes como Goona son los que se necesitan más y más en la pantalla grande.

Por último, no se puede dejar de mencionar el tan esperado partido, que resulta un espectáculo graciosísimo. Que Lord Nooth se imponga como árbitro, con lo que eso conlleva, genera escenas desopilantes que dan ganas de volver a ver una y otra vez (ni hablar de las repeticiones de los goles).


“El Cavernícola” tiene todo lo que necesita una película para pasarla excelente en familia. Entre humanos, jabalí y conejitos, la importancia de trabajar en equipo y lograr lo que uno se propone se alza por lo demás, logrando una historia sencilla pero con gran corazón.

Puntaje: 8


La cantante desaparecida

“Mala Vida” es una comedia nacional dirigida y escrita por Mad Crampi (Run Run Bunny!) y Fernando Díaz. El reparto está compuesto por Belén Chavanne (El Ciudadano Ilustre, Hipersomnia), Joaquín Berthold, Maxi Ghione, Matías Marmorato, Vera Spinetta, Federico Liss, Ana María Orozco (novela de canal 13 “Simona”), Berta Muñiz, Magnus Mefisto, Lucio Greco y Miguel Di Lemme.


Heidi (Belén Chavanne), una cantante pop súper famosa que usa peluca roja, pareciera haberse esfumado de la noche a la mañana. Lola (también interpretada por Belén Chavanne), una chica ingenua, está de novia con Julián (Joaquín Berthold) hace dos semanas. Ella cree estar embarazada de otro, sin embargo Julián quiere cuidarla a toda costa y le urge casarse aunque recién se están conociendo. Debido al parecido físico que tiene Lola con Heidi, Acuña (Maxi Ghione), un delincuente de poca monta que tiene a dos secuaces incluso más inútiles que él, idea un plan: secuestrarán a Lola, la harán pasar por Heidi y pedirán una exuberante cantidad de dinero como rescate. Mientras tanto, en el noticiero, conducido por los personajes de Vera Spinetta y Matías Marmorato, entrevistan al “Gordo Grampa”, novio de Heidi que le lleva unos cuantos años de edad.

Muchos adjetivos pueden describir a esta película y ninguno es bueno. Grosera, bizarra, absurda, sin gracia, insoportable y la lista continúa. Hay tanta cantidad de personajes que el desorden es inevitable, causando un revoltijo sin ningún tipo de atractivo. Los “chistes” no funcionan, las actuaciones son pésimas porque el guión es un disparate atroz y debemos bancarnos hasta el hartazgo ver a gente drogándose porque sí.

Cada vez que aparece un nuevo actor en pantalla, ésta se congela por unos segundos en unos tonos de color eléctricos y con un texto que nos indica nombre, signo, ocupación, expectativas y preocupaciones. Como el reparto es inmenso, el recurso se torna súper repetitivo y no funciona. El interés por la historia es nulo porque nada es tomado en serio. Esto no sería un problema si la película hiciera reír, pero el humor aquí no está presente aunque se supone que a eso aspiraron los guionistas.

Aunque sólo dura 72 minutos, la cinta se torna interminable. No logra captar la atención del espectador porque no existe un hilo conductor, no hay desarrollo: la película es un rejunte de escenas sin argumento. La fotografía, a cargo de Salvatore Luccerto, es lo único que puede destacarse ya que logra remarcar matices intensos de un Buenos Aires imaginario.


“Mala Vida” constituye un producto cinematográfico terrible que vas a olvidar en pocos segundos. No se entiende cómo los actores decidieron involucrarse en tremenda bazofia. 

Puntaje: 2


El duelo no concedido

“Una Mujer Fantástica” es una película dramática chilena dirigida por Sebastián Lelio, que también la co-escribió junto a Gonzalo Maza. Cuenta con las actuaciones de Daniela Vega, Amparo Noguera, Francisco Reyes, Nicolás Saavedra, Luis Gnecco y Aline Küppenheim. Fue ganadora del Oso de Berlín por Mejor Guión y el Goya en la categoría “Mejor Película Iberoamericana”. También está nominada como “Mejor Película Extranjera” en los premios Óscar que se llevarán a cabo el 4 de marzo. Llega a los cines argentinos el 22 de febrero gracias a la distribuidora Mirada.


La historia se centra en Marina (Daniela Vega), una mujer transexual que de día trabaja como camarera y de noche canta en un club. Vive en pareja con Orlando (Francisco Reyes), el cual es 20 años mayor que ella. Luego de cenar en un restaurante donde él le regala un viaje a las Cataratas del Iguazú, los dos vuelven a su casa. El futuro que planeaban juntos se esfuma cuando él se despierta adolorido a la madrugada y no puede sostenerse en pie. Marina lo lleva lo más rápido que puede a la clínica, pero desgraciadamente Orlando muere debido a un aneurisma. Desde ese momento, Marina deberá enfrentarse a la Policía de Investigaciones de Chile, que sospecha que la muerte del señor no fue sólo un accidente; al hijo de Orlando, que quiere desalojarla y sacarle su mascota cuanto antes; y a Sonia (Aline Küppenheim), la ex mujer que de ninguna manera permitirá que ella se presente en el funeral.


De acuerdo a los diversos obstáculos que enfrenta la protagonista, el espectador es testigo de cómo la sociedad, sólo por su condición de transexual, no le permite formar parte del duelo aunque ella fue la última pareja del fallecido. Ahora que Orlando está muerto, los demás pretenden que Marina desaparezca también. Desde el guión el director hace un gran hincapié en los prejuicios que existen en la actualidad, esto lo podemos ver desde el policía que la llama a propósito por su nombre de nacimiento hasta Bruno (Nicolás Saavedra), el hijo de Orlando que siempre que puede la mira con malicia y le dice que no sabe lo que ella es, dando a entender que no la considera una persona.

La actriz y cantante lírica trans Daniela Vega carga con un protagonismo absoluto, apareciendo en el 99% de la película. Es desde los primeros planos que podemos ver su sufrimiento, tristeza que pareciera que el mundo le prohíbe sacar a la luz. A pesar de los maltratos que recibe y de las acusaciones falsas, ella se mantiene firme. Hay escenas metafóricas bien compuestas, como la de Marina caminando por una calle en la que un viento extremo hace que todo su cuerpo se doble (el viento viene a representar todos los impedimentos que atraviesa), y otras tan inentendibles como innecesarias (lo que sucede dentro del boliche).

Gracias a las buenas actuaciones, el guión que más de una vez nos indigna al ver el entorno homofóbico en el que vivimos y la música que se ocupa de dejar un halo de misterio, la cinta atrapa en su primera mitad. Luego el interés va decayendo, ya sea por el ritmo pausado o por el sentimiento de que la temática podía haber dado para mucho más.

Hay algo en particular que la protagonista quiere conservar con toda su alma y uno espera ver que lo consiga. Molesta que cuando llega el desenlace ese problema ya haya sido resuelto sin haber mostrado cómo. Además otras situaciones expuestas quedan en el aire, por ejemplo el consumo de marihuana por parte del difunto o las sospechas injustificadas de que Orlando golpeaba a Marina.

“Una Mujer Fantástica” trata asuntos actuales importantes pero pareciera que el director no se animó a explotarlos al máximo. El trasfondo del personaje protagónico debería haber sido desarrollado ya que luego de su visionado nos queda la sensación que no la llegamos a conocer por completo. Aunque en su conjunto no llega a convencer, escenas en particular quedan resonando en la cabeza de uno mucho después de que terminen los créditos y la cinta constituye un paso adelante para que se sigan haciendo producciones latinoamericanas centradas en la comunidad LGBT.


Puntaje: 6,50


miércoles, 14 de febrero de 2018

Difícil llegar a los millones

“La Bóveda” (The Vault, 2017) es una película de suspenso dirigida por Dan Bush, quien además está a cargo del guión junto a Conal Byrne. El reparto incluye a Francesca Eastwood, hija de Clint, Taryn Manning, James Franco, Q'orianka Kilcher, Scott Haze, Keith Loneker y Clifton Collins Jr. Llega a los cines argentinos el 15 de febrero gracias a la distribuidora Distribution Company.


Las hermanas Leah (Francesca Eastwood) y Vee (Taryn Manning) junto a dos amigos y su hermano Michael (Scott Haze) planean robar millones de un Banco para sacar a este último de un aprieto en el que se metió. Exitosamente logran despistar a la policía con el inicio de un incendio en un edificio cercano, pero al abrir la caja fuerte se dan cuenta que el dinero allí es muy poco de acuerdo a lo que ellos necesitan. El subgerente (James Franco), que se la pasó escuchando su conversación, les propone un trato: si ellos no lastiman a nadie, él les dirá dónde está todo el efectivo (aparte de ayudarlos otorgándoles la llave e indicaciones correspondientes). Los ladrones aceptan la condición y, para conseguir siete millones, deberán dirigirse a la bóveda del establecimiento. Lo que no saben es que espíritus malignos habitan allí, seres atormentados por un episodio sangriento que ocurrió en 1982.


“La Bóveda” es el claro ejemplo de cómo se puede arruinar por completo y en pocos segundos una historia que en su primer acto era de lo más atrapante gracias a la tensión bien construida. Luego de conocer a cada integrante complotado para el mismo fin, con sus actitudes violentas para con los rehenes y su desorganización debido a las distintas personalidades, el relato da un giro tan brusco que se convierte en algo que no tiene nada que ver con lo planteado. De esta manera el interés baja en su totalidad ya que la cinta se llena de clichés como por ejemplo escenarios oscuros con sombras que por las cámaras de seguridad no se perciben, llamadas que no se sabe de dónde provienen, mitos de terror a los que la protagonista no cree, etc. Esto no hubiese sido problema si los guionistas hubiesen tenido ideas concretas pero no, ni siquiera el conflicto está bien armado.

Cuando se decide volcarse a lo sobrenatural, el argumento hace agua por donde se lo mire, volviéndose todo lo que no era en un principio: aburrido, trillado y sin ritmo. Llega un punto en el que la trama no avanza y el espectador debe armarse de paciencia para seguir mirando hasta el final, que además no brinda respuestas sólidas de lo que sucedió. Nunca se llega a comprender qué quisieron hacer con el personaje de James Franco, aparte de que se nota la intención del director por mostrar muchas veces en primer plano la belleza de Francesca Eastwood.

Los demás actores se mueven por el Banco sin ninguno llegar a destacarse, esto es debido en gran parte a las débiles líneas que les tocó interpretar. Hay uno o dos jump scares que son efectivos en un principio, pero al ver con claridad los efectos utilizados dan risa.


Resulta una lástima que “La Bóveda” se convierta en una película olvidable más del montón porque realmente tenía potencial para ser buena. Por suerte no dura más de una hora y media. 

Puntaje: 4


jueves, 8 de febrero de 2018

Vuelve el osito entrañable

“Paddington 2” es una película familiar británica francesa que funciona como secuela del film “Paddington”, estrenado en 2014. Paul King regresa a la dirección y escritura del guión (este último junto a Simon Farnaby), como también los actores de la primera: Hugh Bonneville (Robert en la serie Downton Abbey), Sally Hawkins, Madeleine Harris, Samuel Joslin, Peter Capaldi (Doctor Who), Julie Walters (Molly Weasley en la saga de Harry Potter) y Jim Broadbent. A ellos se les suma Hugh Grant como el villano de turno. La voz original del osito animado fue puesta por Ben Whishaw, mientras que en Argentina el actor Nicolás Vázquez se encargó del doblaje. Llega a los cines argentinos el 8 de febrero gracias a la distribuidora Digicine.


En esta nueva aventura, Paddington ya es un miembro más de la familia Brown, casi todos los vecinos del barrio londinense de Windsor Gardens lo adoran y todo parece transcurrir con normalidad. Al acercarse el cumpleaños número 100 de la Tía Lucy (Imelda Staunton), Paddington desea regalarle algo súper especial en agradecimiento a todas las enseñanzas que ella le dio. El obsequio perfecto no está muy lejos: el vendedor de antigüedades Samuel Gruber (Jim Broadbent) tiene un libro tridimensional con lugares icónicos de Londres. El osito se muere de ganas por comprárselo y enviárselo a su tía, que vive en Perú y desde siempre soñó con conocer la capital de Inglaterra. El problema se inicia cuando un ladrón roba el libro y Paddington es acusado injustamente. Mientras los Brown se encargan de demostrar la inocencia del oso hallando al verdadero culpable, Paddington tratará de hacer de la prisión un sitio más alegre.


Para sorpresa de muchos, esta película consiguió un 100% de aprobación en el sitio web especializado en cine Rotten Tomatoes, convirtiéndose en la cuarta cinta que llega a esa excelente calificación. En particular no me asombra ya que la primera entrega brindó una de las mejores propuestas infantiles, con una villana excéntrica como Nicole Kidman, un personaje protagónico animado muy rico en cuanto a su personalidad y una transmisión de valores que hoy en día hacen falta. La segunda parte no se podía quedar atrás, por lo que volver a ver a Paddington resulta de lo más maravilloso: el excelente uso del CGI hace que nos olvidemos que es una figura computarizada, ya sea por el buen diseño de su pelaje, sus expresiones faciales y todo lo que tiene para decir. El personaje no tiene ni una pizca de maldad, su inocencia y bondad logran que nos encariñemos con él desde la primera escena.

La película logra ser muy divertida tanto para los chicos como para los más adultos, esto se debe a las situaciones hilarantes que se van dando y al buen uso de los chistes. Los momentos más destacados ocurren cuando Paddington trata de ganar su propio dinero realizando diversos trabajos, cuando está dentro de la cárcel y se enfrenta al cocinero malhumorado Knuckles (Brendan Gleeson) y siempre que Phoenix Buchanan (Hugh Grant) hace de las suyas.

Al ver la versión doblada debo decir que al principio me molestó lo notoria que es la voz en off de Nicolás Vázquez como el osito, pero cuando el propio oso comienza a hablar esa tonalidad se va perdiendo. Los demás personajes, doblados al mexicano, no llegan a encajar del todo por lo que siento que en su idioma original me hubiese gustado mucho más.


“Paddington 2” otorga muchas sonrisas y brinda una paleta de colores llamativos que es digna de apreciar en pantalla grande. Si viste la primera y te moriste de amor con el animalito más fanático de la mermelada, su secuela incluso te hará quererlo más.

Puntaje: 8,50

Unas mini vacaciones no tan relajadas

“Recreo” es una comedia dramática argentina dirigida y escrita por  Hernán Guerschuny y Jazmín Stuart. Esta última también la protagoniza junto a  Carla Peterson, Juan Minujín, Fernán Mirás, Martín Slipak y Pilar Gamboa. Fue producida por HC Films, Benteveo y Chinita Films. Llega a los cines el 8 de febrero gracias a la distribuidora Disney.


La historia se centra en tres parejas amigas que, junto a sus respectivos hijos, deciden alejarse del bullicio de la ciudad y pasar un fin de semana largo en un campo sobrevolado por globos aerostáticos. La convivencia cada vez será más dificultosa debido a las diversas personalidades, la crianza de los chicos, los engaños y palabras hirientes.


Sin la profundidad de sus personajes y un guión inteligente esta película no tendría de dónde sostenerse. Por suerte estos dos elementos están y además se fusionan muy bien, creando charlas de sobremesa que no decaen. ¿Por qué nunca se pierde el interés? Debido a los temas que se abordan, como por ejemplo lo que conlleva ser madre, el estado revolucionario en el que se está luego de tener al primer hijo, la monogamia, los planes que se tenían de joven y nunca llegaron a concretarse, el rol de la mujer en la actualidad, la libertad que a medida que pasan los años cada vez es menor, etc.

Las buenas interpretaciones hacen que estas conversaciones se sientan fluidas, sin ninguna pizca de artificialidad. Los seis actores lograron dar vida a personas que se sienten reales, tanto es así que podrían existir fuera de la pantalla. Piensan, se equivocan y aparentan.

Por un lado tenemos a Sol (Pilar Gamboa), mujer que se siente sobrepasada al cuidar de sus trillizos recibiendo poca ayuda de su marido Nacho (Martín Slipak), que a la vez se manda mensajes con otras mujeres. Lupe (Jazmín Stuart) está casada con Mariano (Juan Minujín) y la llegada del bebé la hace no estar segura de nada, replantearse la vida que viene llevando. Algunas de sus acciones molestan a su esposo, que reacciona de una forma más cruel que honesta. Por último están Leo (Fernán Mirás) y Andrea (Carla Peterson), pareja de clase alta con un chico de 12 años al que no le dan la atención que necesita.

El escenario en el que se da el relato ayuda a crear una sensación de familiaridad que busca la identificación con lo que va pasando, tan cotidiano como humano. La película claramente está apuntada a las parejas de aproximadamente 40 años, pero esto no significa que otros públicos (menos el infantil) puedan disfrutarla.


“Recreo” resulta una buena propuesta del cine nacional que nos deja reflexionando sobre lo rápido que el tiempo transcurre en la vida, las diferencias al crecer y qué es lo que verdaderamente importa. Si aparte de reírte buscás una buena historia, no la podés dejar pasar. 

Puntaje: 8