miércoles, 21 de febrero de 2018

Conociéndose a sí mismo

“Llámame por tu nombre” (Call me by your name, 2017) es una película de drama y romance basada en la novela homónima de 2007 escrita por André Aciman. Está dirigida por Luca Guadagnino y el guión corre por parte de James Ivory. La protagonizan Timothée Chalamet y Armie Hammer. También actúan Esther Garrel, Vanda Capriolo, Michael Stuhlbarg, Amira Casar y Victoire Du Bois. Está nominada a cuatro premios Óscar: Mejor Película, Mejor Actor (por Chalamet), Mejor Guión Adaptado y Mejor Canción Original (por “Mistery of Love”). Llega a las salas argentinas el 22 de febrero gracias a la distribuidora UIP.


Verano de 1983. Norte de Italia. Elio (Timothée Chalamet), un chico judío de 17 años, debe desocupar su habitación ya que por seis semanas la usará Oliver (Armie Hammer), un hombre estadounidense graduado en arqueología que viene a ayudar a su padre. Elio pasa los días tocando el piano, leyendo y zambulléndose en el lago. De a poco comienza a sentir atracción por el huésped, aunque su personalidad en nada se parece a la de él. Durante la estadía de Oliver, los dos descubrirán que lo que sienten el uno por el otro es recíproco. ¿Podrán continuar juntos, aunque sea en secreto?


Luego de ver este film puedo comprender por qué fue nominado a muchos premios y aclamado tanto por la crítica como por el público. Variados aspectos lo hacen brillar. Por un lado está la excepcional fotografía de Sayombhu Mukdeeprom: la cinta está repleta de verdes y anaranjados vívidos, tan bellos de contemplar que nos hacen querer estar dentro de la pantalla. El agua cristalina, las frutas, estatuas, la tranquilidad que exuda la casa de campo, todo se conjuga para brindarnos una experiencia simple que toma forma paso a paso.

Es por su ritmo pausado que la película puede no ser disfrutada por cualquiera. Muchos dirán que a medida que pasan los minutos no está sucediendo nada relevante. Así está construida y tiene sentido: ese tiempo de vacaciones nos resulta familiar porque de esa manera sucede en la realidad. El conflicto no tiene por qué aparecer ya, sino que el director nos hace ver el día a día del protagonista, y llegando al desenlace cada mínima cosa que vivió cobra sentido al ver cómo reacciona.

No se puede dejar pasar la gran química que tienen Timothée Chalamet y Armie Hammer. Más que por sus palabras, captamos lo que les pasa por sus miradas y movimientos corporales. La tensión sexual está presente desde que se saludan por primera vez hasta el acortado viaje que comparten. Luca Guadagnino le da mucha importancia al cuerpo humano como centro del plano y no tiene miedo a la hora de mostrar a un adolescente conociendo su propio cuerpo. Esto hace que el film nunca se sienta artificial, sino que tranquilamente el relato podría haber sucedido en ese año como en el pasado o futuro.

El guión cumple con lo que se propone: de a poquito nos vamos encariñando con los personajes aunque no sepamos mucho sobre ellos. Sus idas y venidas, peleas diminutas y conversaciones que esconden gran profundidad constituyen los mejores momentos del film, aparte del importante monólogo que el padre de Elio (Michael Stuhlbarg) da a su hijo. Además, “Mistery of Love” y “Visions of Gideon”, canciones del músico estadounidense Sufjan Stevens, describen a la perfección los sentimientos de Elio y Oliver.


“Llámame por tu nombre”  rebosa sensualidad en sus 132 minutos de duración. Emociona, hace reír y angustia. El director logra que nos sintamos parte del verano que marcó un antes y un después en la vida de Elio, y esa oportunidad es un viaje de ida para no perderse.

Puntaje: 9 


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