lunes, 16 de diciembre de 2019

La decadencia de la sociedad italiana

“La dolce vita” (1960) es una tragicomedia dirigida por Federico Fellini, que también participó en la escritura del guión junto a Ennio Flaiano y Tullio Pinelli. Protagonizada por Marcello Mastroianni, el reparto se completa con Yvonne Furneaux, Alain Cuny, Anita Ekberg, Anouk Aimée, Walter Santesso, Riccardo Garrone, Annibale Ninchi, Magali Noel, Carlo Musto, Nadia Gray, Lex Barker, Valeria Ciangottini, entre otros. Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes de 1960, la cinta se reestrena remasterizada tanto en imagen como en sonido.


La historia gira alrededor de Marcello Rubini (Marcello Mastroianni), un fotoperiodista romano que a finales de los años cincuenta va de fiesta en fiesta, no ama a su pareja Emma (Yvonne Furneaux) y en realidad quiere ser escritor pero no se anima a cumplir su deseo. A través de sus paseos por diferentes lugares de Italia, seremos testigos de las oscuras particularidades que tenía en esa época la aristocracia.


Descrita por The New York Times como “una de las películas más vista y aclamada de la década de 1960”, la obra de Fellini no presenta una estructura narrativa usual, lo que puede llegar a confundir bastante al espectador. Con una primera escena que funciona como prólogo para después pasar a siete episodios que solo están conectados por su protagonista y terminar con un epílogo, “La dolce vita” más que contar una única historia busca reflejar cómo era la sociedad italiana, en especial la clase alta, al vivir en una ciudad recuperada completamente de la Segunda Guerra Mundial.

De esta manera, y a través de variados personajes, veremos cómo ninguno de ellos se encuentra feliz. Los burgueses pretenden escapar de la realidad organizando grandes fiestas nocturnas que se caracterizan por el excesivo uso de alcohol y las drogas; a las mujeres se las maltrata tanto físicamente como incentivándolas a que hagan bailes provocativos o engañándolas; con la llegada en avión de Sylvia (Anita Ekberg), una famosa actriz, los paparazzi son el claro ejemplo de la falta de moral y ética que existe en el periodismo, ya que éstos hacen preguntas completamente sexistas y no les importa nada con tal de conseguir el mejor ángulo para sus fotografías.

Marcada por el vacío, la desesperanza y la incomunicación, la película se llega a sentir muy transgresora y polémica incluso aunque hayan pasado muchos años desde su estreno, siendo entendible por qué fue censurada en varios países y condenada por la Iglesia Católica. Pero, por sobre todas las cosas, “La dolce vita” sabe transmitir con maestría la insatisfacción de personajes que no tienen en claro cuál es el sentido de la vida, por lo que se vuelcan a la sobredosis, los celos, la destrucción, las fuertes discusiones, el asesinato, el miedo a salir de la zona de confort e incluso el suicidio.

Sin poder establecer empatía con ninguno de los personajes, no hay dudas de que algunos momentos del filme quedarán impregnados en la memoria por representar lo retorcidos que pueden llegar a ser los deseos más íntimos del ser humano o la sensación que despierta ver a una mujer en su máximo esplendor. La película sirve para rememorar una época de lujos banales, más allá de eso los episodios inconexos en su conjunto pueden generar en muchos espectadores que la longitud de tres horas se padezca ya que, sin un hilo conductor, la obra se vuelve difícil de digerir.

Puntaje: 7

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