“Latidos en la Oscuridad” (Bad
Samaritan, 2018) es un thriller dirigido por Dean Devlin, que también es el
productor, y escrito por Brandon Boyce. El reparto incluye a Robert Sheehan
(Simon en “Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso”), David Tennant (Doctor Who),
Carlito Olivero, Jacqueline Byers, Kerry Condon, David Meyers, Rob Nagle,
Tracey Heggins, entre otros.
La historia se centra en Sean
Falco (Robert Sheehan), un joven fotógrafo que vive en Oregón junto a su madre
y padrastro. Por las noches Sean trabaja junto a su mejor amigo Derek (Carlito
Olivero) en el valet parking del restaurante italiano Nino’s. Sin embargo, no
solo se dedican a aparcar y vigilar los coches, sino que aprovechan ese empleo
para robar las casas de los comensales mientras éstos disfrutan de su cena.
Cuando Cale Erendreich (David Tennant) de muy mala manera les deja el Maserati
a su cuidado, los chicos oirán que mantiene una conversación telefónica sobre
dinero, por lo que no dudarán en robarle a él también. Lo que menos se imaginan
es que dentro de la gran casa, Cale esconde a una mujer que secuestró.
Luego de la desastrosa
Geo-tormenta (Geostorm, 2017), Dean Devlin se vuelca a otro género y vaya que
genera misterio… en su comienzo. El atractivo aquí está en que se pone al
personaje protagónico (que realiza actos con los que no estamos de acuerdo) en
una situación que lo cambia. Porque al meterse en la casa de Cale, un David
Tennant que ya por su cara genera distancia, a Sean ya no le importará llevarse
la tarjeta de crédito nueva que halló: la vida de esa chica encadenada y llena
de golpes está en juego y liberarla pasará a ser su único objetivo.
Gracias a la interpretación de
Robert Sheehan nos es muy fácil empatizar con él porque sentimos lo anonadado
que quedó al no poder salvar en una primera instancia a la joven. Sean prefiere
contar la verdad a la policía sobre los hurtos que cometió y que esté la
posibilidad de ir preso con tal de que se descubra el secreto de Cale, lo que
produce que estemos de su lado en todo momento.
La atmósfera creada logra
provocar intriga e interés, aparte de que en las escenas de David Tennant
fácilmente se puede captar su locura y obsesión por el orden, comportamiento y
evolución. No obstante, a medida que avanza la trama el relato va decayendo al
caer en clichés como la típica cabaña en el bosque, jump scares que ya no
producen el efecto buscado y situaciones que carecen de lógica. Todo esto
podría dejarse pasar si el tramo final no fuera tan patético ya que
lamentablemente el desenlace echa por la borda lo construido en un principio.
La explicación sobre el pasado
del psicópata pareciera que fue hecha a las apuradas porque se le da cero
importancia. Por otra parte resulta ridículo que el FBI no haga nada por
necesitar una orden aunque escuche disparos. Además la pelea final tiene muchos
minutos de más, y que personas que recibieron tiros o estuvieron en contacto
con soda cáustica corran lo más bien o no estén heridas carece de coherencia.
Es una lástima que “Latidos en la Oscuridad”, título malísimo que nada
tiene que ver con el original, no lleve a buen puerto la idea que tenía, la
cual contaba con un gran potencial. A pesar de sus variados errores, por gran
parte de su duración el filme de Devlin entretiene y hace pasar un buen rato.
Puntaje: 6
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