miércoles, 24 de agosto de 2022

Los hechos que conforman una vida

 Cortar las plantas. Escuchar las quejas de los vecinos porque tu perro cuando se queda solo en la casa se la pasa llorando. Llevar al perro al trabajo para que te acarree otro problema: que tu jefa (Valeria Lois) te diga que no podrás venir más si traes a tu mascota. “Son órdenes de arriba”, expresa. Volver a casa y escuchar a tu mamá hablando con unas amigas. Ponerte a cortar berenjenas para sentirte útil. “¿Ya no escribís más, Sebastián?”, pregunta una de sus amigas, a lo que respondés que no, que ya lo dejaste. Caminar por la calle de noche y ver que unas personas tienen problemas porque su camión se quedó varado. Ayudar a empujar y, de paso, aclarar que estás buscando trabajo. Empezar a relacionarte con nueva gente, viajando en el camión y vendiendo vegetales. Asistir a un casamiento. A través del baile, conocer al amor de tu vida (Julieta Zylberberg). Empezar a cuidar a un señor que está en silla de ruedas. Consolar a su mujer, que ya no da más con la situación. Mientras trabajás la tierra, desmayarte, como tus demás compañeros. Enterarte que esto sucedió porque el mundo cambió: el estrello de un meteorito hizo que la composición del aire sea distinta, por lo que ahora todos los que miden más de un metro veinte deberán usar un casco especial para no perder la consciencia. Sino, habrá que caminar agachados. Tener un bebé. Que el médico te aconseje no llenarlo de ansiedades. Preocuparse por el futuro, por si llegará al metro veinte y necesitará el costoso casco. Discutir con tu mujer. Contemplar el mar con un perro al lado. Atravesar un divorcio. Charlar con la señora que cuida a tu hijo. Regar las plantas, que otra vez vuelven a florecer. Vivir.

 


Sebastián (Daniel Katz) es un poco de nosotros en “El Perro que no Calla” (2021), una película en blanco y negro que viene a mostrarnos lo difícil, caótica pero maravillosa que es la vida a través de escenas graciosas, tristes y reales. Por medio de la mirada y su contemplación, el actor supo transmitir la vulnerabilidad de su personaje, un tipo que atraviesa diversos trabajos temporales, que se la rebusca, aprendiendo algo en cada experiencia que tiene. Cuando el mundo se transforma y el humano debe adaptarse utilizando el casco, no es difícil que nuestra mente vuelva a la pandemia. Sin embargo, a la directora y coguionista Ana Katz (hermana de Daniel) se le ocurrió esta idea antes de que el coronavirus comenzara. Toda una visionaria.

La película es hermosa por su simpleza al retratar lo que es la vida a partir de momentos que hacen a Sebastián ser quien es. Además cuenta con escenas de animación muy bien colocadas, que ayudan a proteger la intimidad del protagonista así como también ver lo que ocurrió en el planeta. La canción que suena en el desenlace no puede ser más acertada, reafirmándonos todo lo que vimos: “Pero sé que todo va a estar bien, sólo una cosa por vez”.

 

Puntaje: 8

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