viernes, 2 de septiembre de 2022

El mal milagro

 “¡Nop!” (Nope, 2022) es una película de suspenso y ciencia ficción con toques de comedia y western dirigida, escrita y producida por Jordan Peele, siendo éste su tercer largometraje luego de la aclamada “¡Huye!” (Get Out, 2017) y la misteriosa “Nosotros” (Us, 2019). Como en su primera película, el actor Daniel Kaluuya vuelve a ser el protagonista. Lo acompañan Keke Palmer, Steven Yeun (“Minari”), Brandon Perea, Michael Wincott, Keith David, entre otros. El filme se encuentra disponible en cines.

 


La historia gira en torno a los hermanos OJ (Daniel Kaluuya) y Em (Keke Palmer) Haywood, los cuales deberán ocuparse del rancho familiar una vez que su padre muere de forma extraña y repentina. OJ es entrenador de caballos que son utilizados para aparecer en películas, series y comerciales, sin embargo el negocio anda cada vez peor por lo que la situación económica de los Haywood está complicada. Al percibir que algo raro ocurre en el cielo, OJ tendrá un nuevo objetivo: captar mediante cámaras lo que ocurre para lograr reconocimiento, dinero y fama.

 


Estamos ante la película más ambiciosa y desatada de Jordan Peele, una en la que se nota que el presupuesto fue mucho más grande y que toma inspiración de grandes directores como lo son Steven Spielberg y M. Night Shyamalan. Al contrario de sus otros dos filmes, ésta no es una historia donde el foco esté puesto en los personajes sino que se le da más importancia a lo desconocido que habita en los cielos. Esto en particular no me convenció del todo, ya que deseaba conocer más sobre los personajes pero el guión no ayuda a que podamos conectar con ellos. Por otro lado, el ritmo de la película flaquea, llegando a que las dos horas y diez minutos de duración se sientan.

No obstante, lo bueno de esta producción es que puede llegar a ser disfrutable tanto para los que buscan una película pochoclera, con una amenaza desconocida en el cielo, como para los que quieren ir más allá y hacer sus propias interpretaciones sobre lo que acabaron de ver. Simbolismos, críticas y referencias hay muchos, y lo interesante es que el director no subestima al espectador, no nos lo da todo masticado para que lo entendamos de una, más bien planta la semilla para que nosotros nos quedemos pensando y estableciendo relaciones.

En especial, la película nos habla sobre la búsqueda del ser humano por ser validado ante los demás a partir de una situación externa a él. A OJ no se le pasa por la cabeza escapar del rancho por lo que acaba de presenciar, sino que desde el primer momento busca documentar el hecho para que la sociedad finalmente lo valore. Esto se puede conectar con nuestra actualidad, en donde a través de las redes sociales vivimos fotografiando o haciendo videos sobre lo “real” y “lindo” de nuestra vida, para que la mirada del otro sea puesta sobre nosotros y no nos sintamos invisibles. Consumimos sin parar espectáculo tras espectáculo, película tras película, para luego en pocos días desecharla de nuestro cerebro con el afán de dar espacio a más contenido. La entidad del cielo puede ser vista como esto: un ser vivo que consume de forma voraz, expulsa lo que no le sirve y vuelve a ir por más.

 


Por otro lado, también veremos un hecho traumático que le ocurrió a un personaje secundario llamado Jupe (Steven Yeun) que, aunque en un principio puede parecer descolgado, está muy relacionado con el mensaje del filme y la frase inicial que se muestra al inicio de éste. Además, hay una comparación entre las cámaras para filmar de antaño y los aparatos electrónicos que se utilizan ahora, lo que gustará mucho a los que les agrada ver el detrás de escenas de un contenido audiovisual.

Asimismo, acercándonos al último acto, el cual es donde Peele más desatado está en darnos un buen espectáculo, podemos ver un llamado de atención a la prensa amarillista o en general al periodismo, que hace lo que sea por conseguir el video inédito que llevará a generar una gran cantidad de me gusta y comentarios, haciendo que la cámara sea más importante que la propia integridad física. También se pone foco en cómo el humano esconde muy dentro de sí su trauma personal, transformándolo en un producto con el que es posible beneficiarse económicamente.

Por último, aunque hay muchísimos tópicos más por analizar, “¡Nop!” pone sobre la mesa el ego humano. Tanto OJ como Jupe creen firmemente que pueden domesticar a lo que deambula en los cielos, por más que ni siquiera lo conozcan. Esa creencia de que somos superiores a todo lo demás impacta y nos deja reflexionando alrededor de lo efímeros que en realidad somos.

Con una fotografía excelente por parte de Hoyte van Hoytema, reconocido por sus colaboraciones con Christopher Nolan, “¡Nop!” en su conjunto no me parece que supere a los dos filmes anteriores del director, sin embargo lo que sí consigue es dar pie al debate luego de salir de verla, intercambio de opiniones que se sigue dando los días siguientes porque siempre se le puede encontrar algo nuevo. Reinventando el concepto del ente volador, Jordan Peele continúa demostrando que se le da bien la mezcla de géneros.

 

Puntaje: 7

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