miércoles, 27 de septiembre de 2017

Nunca es suficiente

“¡madre!” (mother!, escrito en minúscula a propósito) es un thriller psicológico dirigido y escrito por Darren Aronofsky, reconocido por El Cisne Negro (Black Swan, 2010) y Noé (Noah, 2014). El reparto incluye a Jennifer Lawrence (El Lado Luminoso de la Vida, Los Juegos del Hambre, Pasajeros), Javier Bardem (Piratas del Caribe: la venganza de Salazar), Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Domhnall Gleeson (Cuestión de Tiempo), Brian Gleeson (hermano tanto en la ficción como en la vida real de Domhnall), Jovan Adepo y Kristen Wiig. Fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Venecia el 5 de septiembre, donde además compitió por el León de Oro (premio más importante del festival). Llega a las salas argentinas el 28 de septiembre gracias a la distribuidora UIP.


La historia se centra en madre (Jennifer Lawrence) y Él (Javier Bardem). La pareja vive en una casa circular alejada de cualquier tipo de civilización, rodeada por un vasto campo. Un incendio ocurrió cuando Él era joven y madre se ocupa de reconstruir el hogar que tanto aman. Mientras, Él es un escritor que está pasando por una etapa de bloqueo que no le permite pasar sus ideas al papel. Cuando llega una persona inesperada a la casa, madre se sorprende por el cálido recibimiento que le da su esposo. Las cosas cada vez se irán poniendo más oscuras cuando más gente llegue al hogar.


Desde su estreno en Estados Unidos se armó una grieta con “mother!”: algunos la amaron, a otros les pareció malísima. Es difícil explicar lo que uno siente al verla por primera vez. El ambiente que creó Aronofsky nos mantiene alertas desde el primer minuto, sabiendo que no todo anda bien dentro de esa casa, que en algún momento algo va a explotar pero sin dilucidar qué es lo que puede llegar a pasar.

El espectador es testigo de los hechos desde la perspectiva de mother y de nadie más, lo que nos hace empatizar con Jennifer Lawrence a un nivel altísimo. Lo que le va pasando a ella genera todo tipo de emociones: angustia, impotencia, bronca, ganas de entrar en la pantalla y querer ayudarla, etc. Su rol no se parece en nada a los trabajos anteriores de la actriz en los que encarnaba a mujeres fuertes con carácter, sin embargo su vulnerabilidad nos llega al corazón. Cuando entra en juego Michelle Pfeiffer resulta un deleite ver las fricciones que hay entre estas dos mujeres por tener personalidades tan opuestas. Por otro lado, Javier Bardem consigue darle a su personaje un aire de misterio que nos mantiene tensos durante las dos horas.


Si hay algo para elogiar de esta película es su originalidad. Su visionado constituye una experiencia única que no se vive todos los días. Durante su primer tramo los hechos que se van dando resultan extraños, en la mitad hay un momento de paz y armonía en el que pensamos que ya nada puede salir mal pero… cuando comienza el tercer acto las situaciones llegan a un punto inimaginable en el que no podemos asimilar completamente lo que estamos viendo. Y la acción no cesa hasta el final por lo que puede considerarse un viaje en montaña rusa muy pero muy largo que casi nos deja sin aliento.

Hay que aclarar que no es un film para cualquier persona ya que lo que sucede en él puede impresionar, perturbar o no ser entendido del todo. La cinta está tan llena de simbolismos y metáforas que es casi imposible captar cada uno de ellos la primera vez que se la ve. Para no estar tan perdido antes de que comience lo único que hay que tener en cuenta es el rol que juegan los protagonistas: Jennifer Lawrence representa a la madre naturaleza y Javier Bardem a Dios, el Creador.

La belleza de “mother!” radica en los temas que toca, que sin duda te dejarán reflexionando luego de verla y con ganas de debatirla con todos los que la hayan visto porque cada uno puede asociarla de una forma distinta. Podrás odiarla o amarla, lo que no se puede negar es que va a quedar en tu memoria para siempre. 


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