martes, 28 de noviembre de 2017

Una inspiradora forma de vida

“Jane” es un documental dirigido y escrito por Brett Morgen, el cual utilizó más de 100 horas de secuencias que se creían perdidas sobre la primatóloga inglesa Jane Goodall en el Parque Nacional Gombe Stream de Tanzania. Sumado a este material también se puede ver una entrevista a Jane en la actualidad. Llegará a la Argentina en marzo de 2018. 

La película constituye una experiencia tanto emocional como sorprendente gracias a lo que se cuenta y a la magnífica música de Philip Glass. La gran edición nos sumerge por completo en la vida interesantísima de esta mujer que prácticamente desde que nació sabía a qué quería dedicar su vida. Tan sólo con 23 años Goodall viajó a Kenia, trabajó con el antropólogo Louis Leakey y en 1960 él decidió mandarla a Gombe para que estudie el comportamiento de los chimpancés salvajes. En ese entonces ese tipo de labor de campo no existía, por lo que gracias a su paciencia y determinación, Jane descubrió conductas de los simios que los científicos no habían notado, como por ejemplo el hecho de que estos animales construyen sus propias herramientas.

Las imágenes conservan la belleza inaudita de la selva africana, con los diferentes colores de las distintas especies que ocupan ese hábitat sumado a unos verdes súper llamativos. Además los sonidos de los pájaros, monos o el silencio transmiten una paz difícil de conseguir en estos días.

La relación de Jane con los chimpancés resulta admirable por la pasión que tuvo hacia su oficio de investigadora. Pasaron meses y meses en los que ella, por más que se la pasó observando, no vislumbró simios, sin embargo volverse a Londres y rendirse nunca estuvo entre sus opciones. Los peligros eran variados y todo el mundo le decía que su sueño era una locura, todos salvo su madre. Vanne Goodall la impulsó a no tener miedo a ser ella misma y cumplir su misión, hasta la acompañó a Gombe por su seguridad. Fue difícil acercarse a los chimpancés pero Jane lo logró a tal punto que llegó a darse cuenta de que ellos casi no tienen diferencias con respecto al ser humano.

Aparte de ver cómo se agrupan, el apareamiento y el rol materno que tienen los monos, Jane descubrió que sus sentimientos son tan genuinos como los nuestros y el grado de agresividad es muy alto. Pero no sólo su travesía laboral nos hará conectar con ella, sino también su vida personal: la llegada de Hugo van Lawick, fotógrafo del National Geographic Society, y el comienzo de una relación fue algo que Jane nunca se había planteado. Es hermoso ver a dos personas con metas fijas y un carácter fuerte por alcanzarlas. La crianza de su hijo Grub, con las complicaciones que conlleva tener una rutina diferente al resto de las personas, nos adentra en ese mundo sin una pizca de artificialidad.

El modo de vivir tan particular de Jane Goodman, su convicción de que no tiene por qué haber diferencia entre ayudar a un humano o a un animal y la decisión de viajar cuanto más pueda para inspirar y generar conciencia sobre lo primordial que es cuidar nuestro planeta la convierte en un modelo a seguir necesario para la sociedad actual. “Jane” deja grandes enseñanzas, conmueve y saca sonrisas. Un documental imperdible con una belleza inigualable, tanto en contenido como en imagen.



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