martes, 13 de marzo de 2018

Conectada al Diablo

“Luciferina” es una película de terror argentina dirigida y escrita por Gonzalo Calzada. Es la primera historia de la saga “La Trinidad de las Vírgenes”, también escrita por Calzada, a la que le siguen “Inmaculada” y “Gótica” (está previsto que estas dos también se adapten a la pantalla grande). El reparto está compuesto por Sofía del Tuffo, Pedro Merlo, Marta Lubos, Malena Sánchez (Nina en la miniserie “Cromo”), Tomás Lipán, Stefanía Koessl (Mónica en “El Clan”), Vando Villamil, Gastón Cocchiarale y Francisco Donovan. Llega a las salas argentinas el 15 de marzo gracias a la distribuidora Energía Entusiasta.


Natalia (Sofía del Tuffo), una chica de 19 años, tras enterarse del suicidio de su madre, decide dejar el convento en el que se estaba formando para ser monja. Al regresar a su hogar se encuentra con su padre (Vando Villamil) postrado en la cama del ático, todo vendado debido a que intentó detener a su esposa de sus frenéticos ataques en los que pintaba úteros sangrientos. También ve de nuevo a su hermana Ángela (Malena Sánchez), que sigue teniendo una personalidad totalmente diferente a la de ella y está en una relación violenta con Mauro (Francisco Donovan). Ángela y sus compañeros de la facultad de psicología planean irse a las islas del Tigre para ser parte de un ritual espiritual con un chamán que les hará tomar la bebida sagrada conocida como ayahuasca. Natalia se les une sin tener plena consciencia que la ayahuasca la hará experimentar visiones terribles así como posesiones que junto a la Hermana Gregoria (Marta Lubos) deberá exorcizar.

Finalmente llega a la cartelera una propuesta que no defraudará a los fanáticos del terror. Ya hemos visto variadas historias que tratan sobre posesiones pero no generan el miedo que esperábamos, por suerte aquí sucede todo lo contrario. La película consigue perturbar al espectador de una forma que pocas veces se logra, haciendo que diversas escenas queden grabadas en la mente después de días de haberla visto. Y esto sucede gracias a la perfecta ambientación, los buenos efectos especiales y el maquillaje que en ningún momento luce falso.

El convento abandonado al que los jóvenes se dirigen resulta el escenario ideal para que ocurran las más terroríficas tragedias. Tanto la fotografía como los sonidos están tan bien utilizados que hasta a la luz del día el lugar da mala espina. Ésta no es una cinta plagada de jump scares: el director se toma su tiempo para crear situaciones visualmente espeluznantes, ya sea por la cantidad de sangre, la potente voz del Diablo o el accionar de los personajes poseídos, en especial el de Abel (Pedro Merlo). Hay más de tres secuencias que por lo terrible que está pasando deseamos que acaben ya, sin embargo son súper largas y logran incomodar por bastantes minutos.

El film aborda temas tales como la virginidad, el aborto y el aura que posee cada persona. A pesar de que el interés se mantiene durante los 114 minutos de duración, el guión en algunas partes flaquea por lo que queda la sensación que algunos hechos podrían haber sido mejor explicados.

“Luciferina” logra que una historia bastante conocida en el género dé espanto. No sólo por segundos, sino durante la mayoría de la trama. Su tercer acto posee un alto contenido morboso que no va a dejar indiferente a nadie. Al verla, bien no la vas a pasar, pero qué bueno es ver producciones nacionales de esta calidad.

Puntaje: 7,50



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