viernes, 21 de julio de 2017

El veloz conductor musical

“Baby: El Aprendiz del Crimen” (Baby Driver, 2017) es una película de acción dirigida y escrita por Edgar Wright. El reparto incluye a Ansel Elgort, Kevin Spacey, Lily James, Eiza González, Jamie Foxx, Jon Hamm, Jon Bernthal, CJ Jones, Sky Ferreira, Lance Palmer y Lanny Joon. Llegará a las salas argentinas el 27 de julio de 2017 gracias a la distribuidora Sony Pictures.


Baby es un joven conductor especializado en fugas que trabaja para Doc, el jefe de una organización de crímenes/robos. No lo hace porque quiera, sino porque debe saldar una deuda con él. Debido a un accidente en su infancia, Baby tiene tinnitus (escucha sonidos constantes que no provienen del exterior). Para apaciguar esto, pasa su vida escuchando música con auriculares, a la vez que escucha perfectamente cuando otra persona le está hablando. Acumulando dinero de su arriesgado trabajo, el cual su padre adoptivo no aprueba, la vida de Baby cambia cuando conoce a Débora, una mesera con sus mismos sueños. Cuando Doc comienza a amenazar a Baby, su relación y libertad serán puestas a prueba.


Edgar Wright brinda un espectáculo fenomenal que resulta obligatorio verlo en pantalla grande para cualquier cinéfilo. Ya la excelente secuencia inicial nos anticipa el tono de la película, que combina de manera inteligente la acción, humor, drama y romance. La banda sonora tiene tanto protagonismo como Baby y aporta una frescura inigualable ya que el conductor audaz que logra que los ladrones no sean capturados ya fue tratado en otros filmes. Acá el personaje principal es muy peculiar: callado, con gafas negras y auriculares que nunca saca de sus orejas, se nota que no encaja en el mundo criminal pero su velocidad al estar tras el volante no falla. Doc ve eso en él y lo usa para su beneficio, por lo que aunque Baby salde su deuda sabemos que la relación entre él y su jefe no acabará ahí.
Ansel Elgort como Baby no nos hace tener más dudas de que su futuro como actor será brillante. Su protagónico en Bajo La Misma Estrella (The Fault In Our Stars, 2014) había dado pistas del potencial que tenía. En esta cinta el joven está en su salsa: teniendo en cuenta que en la vida real también es DJ, es genial verlo grabando conversaciones para luego cortar partes, remixarlas y convertirlas en canciones. Sabe transmitir su pasión por la música y desde el principio empatizamos con su personalidad, tan incomprendida para la banda de ladrones.
Lily James como su interés amoroso aporta esa pizca de inocencia que faltaba, es tierna y agradable. Baby desea apartarla de ese mundo del que es parte, pero llega un punto que se hace imposible. Hubiese estado bueno que su relación tenga más desarrollo ya que una decisión que toma ella hacia el final resulta un poco inverosímil, sin embargo la química entre ellos es notoria y consiguen que el espectador quiera verlos triunfar. Por otro lado Jamie Foxx en su papel de “El Loco” logra ser un tipo rudo y atemorizante, se burla de Baby por siempre estar con sus auriculares por lo que aparte de dar la sensación de que es mejor no meterse con él, en las demás escenas causa gracia por su incomprensión hacia el conductor.
El montaje, los planos, el manejo de la cámara, el guión y los colores de ensueño hacen que uno quede maravillado ante semejante propuesta. Tiene elementos modernos pero también se puede considerarla como clásica, atrapa desde el primer minuto, la adrenalina no se detiene y nunca se pierde el ritmo. No es muy común que uno termine de ver una película y tenga ganas de volver a verla para apreciarla aún más, con Baby Driver esto pasa y es gracias al gran trabajo que brinda Edgar Wright y porque producciones así no se ven todos los días.

Autos, tiros, música buenísima en cada escena y actuaciones geniales hacen de Baby Driver una experiencia cinematográfica única que no debe dejarse pasar en cine. El entretenimiento está asegurado. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario