miércoles, 14 de junio de 2017

Condenada a no conocer el mundo

“Everything, Everything” (“Todo, Todo”, 2017) es un drama romántico dirigido por Stella Meghie y escrito por J. Mills Goodloe. La película está basada en la novela homónima de Nicola Yoon, publicada en 2015. Amandla Stenberg, conocida por su papel de Rue en la saga de Los Juegos del Hambre, y Nick Robinson, Ben Parish en La Quinta Ola, son sus protagonistas. Completan el reparto Anika Noni Rose, Ana de la Reguera, Taylor Hickson y Danube Hermosillo. En Estados Unidos se estrenó el 19 de mayo de 2017 y a las salas de Argentina llega gracias a la distribuidora Warner Bros. el 15 de junio.


La historia gira en torno a Maddie Whittier, una chica de 18 años que nunca salió de su casa porque sufre de inmunodeficiencia combinada grave, lo que implica que cualquier germen o bacteria del exterior puede causarle la muerte. Las únicas personas con las que socializa son su madre, que es también su doctora, su enfermera Carla y la hija de ésta que a veces va a hacerle compañía. Maddie tiene una vida muy vacía hasta que al lado de su casa se muda Olly, un chico que siempre viste de negro y se empieza a interesar por ella.


Es difícil no spoilearse lo que sucede en el film si ya en el tráiler nos lo dan a entender y en el libro (la edición que salió en Argentina de la editorial SM) hay una imagen en la mitad que pertenece a una de las escenas finales de la película. Si ya de por sí la trama es previsible, esto la hace aún más.
Amandla Stenberg y Nick Robinson hacen lo que pueden con un guión plano, aburrido y en momentos infantil, que en pocas ocasiones nos hace reír. Las escenas de ellos dos sólo zafan por la química que tienen, pero se decide alargarlas con silencios que no hacen más que cansar al espectador. Lo mismo sucede con las imaginaciones que suceden dentro de la cabeza de Maddie: la chica al hablar por teléfono con Olly piensa cómo sería esa conversación si lo tiene frente a frente, por lo que se nos muestra esa “imaginación” en casi todas las charlas que mantienen por computadora o celular. Mala decisión.
El tema del film ya se usó en “El chico de la burbuja de plástico” (1976) y “Bubble Boy”, comedia estrenada en 2001. Increíble cómo Nicola Yoon se copió de esa idea para crear una historia de amor que abusa de los clichés. Hay cuestiones importantes que son tratadas así nomás como el maltrato de un padre hacia su hijo o que las acciones que uno hace tienen consecuencias. La inverosimilitud de “Todo, Todo” va aumentando paso a paso en sus 96 minutos de duración, incluyendo errores simples y no tanto.
Puntos a favor tienen la fotografía y el soundtrack. Los colores son brillantes, nítidos y claros. Los planos de la cara de Maddie reflejan cuánto desea salir de su pulcro hogar y cómo se enamora de Olly. Las canciones están acorde a lo que sucede en la pantalla: tristes cuando hay drama, muy alegres cuando hay aventura.

“Todo, Todo” comete el error de ser muy fiel al libro en el que se basa, en el que tampoco pasaban muchas cosas como para transformarlo en un largometraje. Los actores derrochan ternura, tienen carisma pero eso no alcanza. Es una película agradable a la vista, que sólo funciona para un domingo a la tarde. Para historias románticas y dramáticas, mejor optar por “Yo Antes de Ti” o “Bajo La Misma Estrella”.


1 comentario:

  1. Me ha encantado tu reseña ♥
    El libro me decepcionó muchísimo, así que no tenía claro lo de ir al cine para ver esta película. Ahora menos, jajaja.
    Un abrazo enorme!

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