sábado, 3 de junio de 2017

Ser el mejor y sólo el mejor

“Burnt” (Una Buena Receta, 2015) es una película dramática dirigida por John Wells y protagonizada por Bradley Cooper. Sienna Miller, Daniel Bruhl, Omar Sy, Riccardo Scamarcio, Sam Keeley, Matthew Rhys completan el elenco junto a apariciones breves de Emma Thompson, Alicia Vikander, Uma Thurman y Lily James.


La trama gira en torno a Adam Jones, un reconocido chef de París que ganó dos estrellas Michelin por sus deliciosos platos. Debido a su comportamiento arrogante y al abuso de drogas, Adam se alejó de la gastronomía, generándole problemas a sus compañeros de trabajo. En Nueva Orleans se impuso como auto-castigo abrir un millón de ostras, volver a estar sobrio y luego viajar a Londres para abrir un nuevo restaurant y finalmente conseguir la tercera estrella Michelin. Para eso tendrá que convencer a sus antiguos compañeros de volver a trabajar con él y reclutar a otros nuevos, mientras que se hace chequeos de salud semanales con la doctora Rosshilde.


El film nos hace parte de la competencia severa que se vive dentro del ámbito culinario, donde vemos cómo se deben acatar las órdenes al instante y cómo un artículo del periódico puede afectar al negocio. Para los chefs los “hombres de Michelin” son como su Biblia: Michelin envía inspectores a comer a los restaurantes y dar estrellas (o a veces ninguna). Nunca se conoce la identidad de estas personas por lo que siempre los platos deben estar perfectos para cada comensal.
Con esta premisa somos testigos de la ambición de Adam Jones, el cual busca la perfección a toda costa sin que nada lo detenga. Ni siquiera se conforma con las críticas buenas, para él que un alimento esté 10 segundos más en la sartén ya es un pecado irremediable y hay que volver a cocinar todo de nuevo.
En la primera parte de la película detestamos a Bradley Cooper, un hombre neurótico que no duda en romper los platos, gritar a su equipo y creerse el único capacitado para hacer las cosas bien. Lo que no entiende es que para ser eficiente se necesita confiar en el otro y trabajar juntos.
Los planos en detalle de cada alimento, los colores y la música enérgica ayudan a sentirnos dentro de esa cocina, donde la presión y el nerviosismo están a la orden del día.
Es una lástima que actrices como Emma Thompson y Alicia Vikander tengan tan pocos minutos en pantalla, la primera encarnando a la doctora de Adam y la segunda como su ex novia. Sus personajes no aportan mucho a la historia y ni hablar de Uma Thurman que sólo aparece pocos segundos como una crítica gastronómica.
Otra desventaja de Burnt se basa en que nunca le dan mucha importancia a la infancia difícil que tuvo Adam y su período con las drogas por lo que no logramos conocer en profundidad al protagonista. Sin embargo, Bradley Cooper se carga la película al hombro y sale bien parado.
Burnt es ideal para los amantes de la comida que buscan una historia esperanzadora a pesar de tener todo en contra. Con drama, amor y acción dentro de la cocina, entretiene y deja una buena moraleja.
Eso sí: ¡te aseguro que te vas a tentar con cada plano de alimentos dulces y salados!


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