martes, 13 de junio de 2017

Sobrevivir

“The Immigrant” (Sueños de Libertad, 2013) es una película dramática dirigida, producida y escrita por James Gray. Está protagonizada por Marion Cotillard, Joaquin Phoenix y Jeremy Renner. Fue nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 2013.


Ambientada en Nueva York de 1921, la historia recae en Ewa, una mujer polaca que llegó a Estados Unidos junto a su hermana Magda. Las dos escaparon de la post guerra de su país y buscan perseguir el sueño americano. Pero Magda no puede ocultar su enfermedad y no la dejarán pasar la frontera, reteniéndola en cuarentena en la isla de Ellis. Ewa, a punto de ser deportada, recibe la inesperada ayuda de Bruno, un judío que la aloja en su casa. Él sabe que lo único que le importa a Ewa es ganar el dinero suficiente para recuperar a su hermana, y usará eso a su favor para introducirla en la prostitución. Posteriormente aparecerá Emil, primo de Bruno que se gana la vida como ilusionista, y también se interesará por Ewa.


James Gray escribió el film pensando en Marion Cotillard y Joaquin Phoenix. Si ellos no accedían, seguramente no hubiese película. La actriz francesa vuelve a deleitarnos con una grandiosa interpretación, en la que pareciera que nada está a su favor y lo que prometía América se transforma en una mentira. Católica y sabia, es tan grande lo que siente por su hermana que la única manera que tiene para sobrevivir en un país desconocido para ella es elegir quedarse en la casa de Bruno, un hombre detestable que, gracias a la sólida actuación de Joaquin Phoenix, dan ganas de matarlo con tus propias manos.
Cotillard se metió de lleno en su papel y eso se nota: tuvo que aprender polaco y que su inglés tenga un acento creíble. Pero no sólo por eso, su cara demacrada, particularmente sus ojos, transmiten la realidad que le tocó vivir. Junto a ella transitamos su sufrimiento, fragilidad y vemos cómo su sueño de ser feliz se va desvaneciendo. Jeremy Renner aparece en menor medida pero cumple con su rol, el cual desata la furia e inestabilidad de Bruno.
La fotografía del film es exquisita, con tonos sepia que le dan un clasicismo poderoso. Los colores oscuros reflejan la tristeza de Ewa como de Nueva York en los años 20, en la que no todo era color de rosas.
Quizás el final es un tanto atropellado, pero a lo largo de su trama toma giros inesperados, plantea cuestiones religiosas junto a morales y el personaje de Ewa empatiza con el espectador desde la primera escena.
The Immigrant es un melodrama bien realizado que muestra un mundo duro, en el que el hombre se aprovecha del más necesitado. Vale la pena transitar junto a Ewa sus desdichas y apreciar lo que es capaz de hacer por un ser querido.


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